32

 Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^

León despierta con una muda nueva de ropa, enrollado en sábanas y la habitación completamente limpia y aireada. Hay alguien hundiendo uno de los extremos de la cama, sentado con él, pero no es Harry porque no huele a nada.

<<Harry>>

Los recuerdos de la noche anterior lo golpean como un gran golpe que lo deja sin sentido. Se queda en la cama tirado, indefenso, repasando ese barullo de sensaciones y momentos que su mente no puede siquiera recomponer. El dolor en su cuello, muslo y entrada son pruebas de que eso pasó en verdad, pero por si no los tuviese el omega sabe que su imaginación, pese a ser muy hábil, jamás habría podido entretejer escenas tan eróticas, tan fantásticas, tan... imposibles. Pero sucedieron. León se pone colorado recordándolas, pero no puede ni quiere dejar de pensar en ellas.

Harry tocándolo, complaciéndolo, besándolo, marcándolo, llamándolo cariño... ¿Así se siente tener un alfa? León sabe que Harry no es ni será jamás de los jamases su alfa, solo un loco se haría tales ilusiones, pero haber tenido a Harry por un rato es lo más cercano que ha estado nunca de tener un alfa y se siente así León quiere todo el paquete. Quiere besos y mimos, rugidos posesivos y noches todavía más fogosas.

Se ríe, sorprendido por lo atrevidos que son sus deseos, pero recuerda entonces lo más importante de la noche: el cariño con que Harry lo trato. Lo hizo sentir tan especial, tan querido... La noche pasada no tuvo nada que ver con esos omegas que se corrían siendo violados por alfas en los burdeles y que lloraban de mientras, avergonzándose por estar condenados a sentir placer incluso con los toques más ominosos de los alfas. Él no sintió un placer culposo, sintió solo placer y mimos y cosas hermosas que le hacían doler las mejillas de tanto sonreír después.

-¿Ya estás despierto? -pregunta la persona sobre la cama. León casi había olvidado su presencia, así que se asusta un momento, pero luego se ríe por su estupidez.

-Uh, sí, sí... ¿Tú eres el médico real? -pregunta reconociendo al joven de largo cabello castaño.

El chico asiente, emocionado

-Mi nombre es Aura -dice, y le ofrece un vaso de madera oscura humeante. León lo toma con ambas manos, pensando que es té, pero cuando acerca la nariz para olerlo tiene que retener una arcada. -Esto hará que pases tu celo sin notar ningún síntoma, he analizado tus muestras y he visto que los omegas blancos tenéis celos mucho más fuertes de lo usual, por eso el remedio es también más... fuerte. Lo siento, no está demasiado delicioso.

-Oh, no pasa nada, muchísimas gracias. -León juguetea con el baso en sus manos, los dedos le tamborilean y lo acerca un poco a sus labios, pero no logra hallar coraje para beberlo. Huele ácido y quemado -¿Y eso? -pregunta señalando el otro vaso que trae el omega en las manos ya más por miedo que por curiosidad.

-Verás, no quiero sonar como un pervertido, pero anoche se te oía por todo el castillo... -León se pone rojo de repente, respirando deprisa, nervioso. Si el médico lo ha oído lo habrán oído todos. -¡No te preocupes! Solo, me refería... es suero anticonceptivo, pero potenciado ya que pensé que teniendo esos celos tan fuertes también serías más fértil de lo normal. Te lo tienes que tomar después de mantener relaciones, puede ser al día siguiente, pero no esperes más de un día nunca, por si acaso.

-Oh... gracias, pero yo el príncipe no... -León traga saliva ¿Va a tener que explicarle que todos esos gemidos eran por un solo dedo? ¿Va a tener que decir que él, un esclavo extranjero, tuvo al príncipe masturbándolo hasta que se corrió sin hacer nada a cambio? Siente el vértigo en el estómago ¿Y si eso arruina la reputación de Harry y se enfada con él?

-Lo imagino, Harry habría pedido suero por adelantado, pero lo hice por si acaso. Me lo llevaré para ponerlo en el depósito y que se conserve mejor entonces. Y no quiero presionarte, pero tu celo volverá a provocarte síntomas molestos dentro de unas horas si no te tomas eso ya.

León mira el baso, el aroma sulfuroso le llega a la nariz casi haciéndosela gotear y se plantea realmente no bebérselo. Si Harry va a curarlo como anoche prefiere eso mil veces, pero no puede aprovecharse más del príncipe y menos sabiendo que últimamente está muy ocupado. La decisión está tomada, cierra los ojos, abre la boca, retrae la lengua y lanza el líquido esperando que pase directo a su estómago. Por desgracia le roza el final de la lengua y el olor lo golpea dejándolo aturdido.

León se tapa la boca y la nariz, impidiendo que el vómito salga si sube por su esófago, y tira la cabeza hacia atrás. Unos segundos después respira despacio con un horrible sabor en la boca.

-Toma -dice entre risas el médico ofreciéndole una especie de piedrecita ámbar. -, es caramelo exportado de las islas de lobos de mar, hecho de caña de azúcar.

-Por los dioses, muchas gracias -dice el omega desesperadamente alcanzado el pedazo de golosina y metiéndolo entero en su boca en vez de partirlo en pedazos, como se suponía que debía hacer. -¿Dónde está Harry ahora? Debería preparar su baño si está entrenando.

-El príncipe ha ido a las afueras de la ciudad a despedir a su padre. -explica gentilmente el médico levantándose. -Si necesitas algo hazme llamar, por favor.

-De acuerdo. ¿Entonces el rey parte hoy hacia Vento?

El médico lo mira apretando los labios y asiente.

-Pero no lo digas muy alto, los únicos en palacio que lo saben son los miembros del consejo real, los soldados designados para la misión y tú. Los demás siervos de palacio creen que el príncipe ha ido a acompañar en su ida únicamente a Paola, pero no saben que él rey ha salido, oculto en uno de los carruajes como un mercader más.

-Oh, claro. Perdón. -dice el muchacho tapándose la boca y comprendiendo la gravedad del asunto.

El médico asiente solemnemente y va hacia la puerta.

-¿Quieres que haga pasar al coronel Kajat o prefieres que se quede en la puerta?

-¿Kajat? -pregunta el omega sorprendido ¿No debería estar en la misión del rey o en... bueno, en cualquier lugar más importante que con un simple siervo?

-El príncipe ha ordenado que sea el coronel quien se quede a cargo de tu protección durante su ausencia.

-Oh... -León enrojece y no puede evitar sonreír como un bobo. Un príncipe mandando a un coronel del ejército de los lobos blancos a protegerle. Se siente importante. -Sí, por favor, dile que pase.

Dicho y hecho, el médico se despide con una reverencia a la que León no sabe cómo reaccionar y unos segundos después de que atraviese la puerta la enorme figura del soldado entra a la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Pelo corto y morocho, cejas densas, ojos oscuros, grandes y brillantes. Kajat es la viva imagen de los hombres-sombra de las leyendas de su pueblo, pero lejos de lucir aterrador, como se supone que debería, inspira una extraña calma.

El alfa entra en la habitación con soltura porque obviamente no debe ser la primera vez que está en los aposentos del príncipe y se para frente a la cama, mirando a León con esa mirada ecuánime que parece siempre examinarlo todo.

-Todo el palacio huele a ti -suelta de repente, haciendo al omega enrojecer y sentirse algo confuso. -, no pensé que hubiese en el mundo omegas con celos tan fuerte ¿Se te han pasado un poco los efectos?

-Acabo de tomar la medicina, en un rato seguro que las feromonas disminuye, perdona...

-No es molesto, solo sorprendente. Cuando se pase el dolor te entrenaré. -informa, dejando de ver al chico para pasearse por la habitación con las manos a la espalda.

-¿Entrenarme? -pregunta León desconcertado. -El príncipe no me dijo nada de...

-Harry estará fuera hasta casi la noche, me ha dicho que cuide de ti en general pero no me ha dado indicaciones, lo de seguir con tu entrenamiento es cosa mía.

León traga saliva y recuerda cuando entrenó con Harry y Kajat. Su estómago da un tirón y su memoria salta directa al encontronazo con Gerard.

-Pero estoy en celo; incluso si tomo la medicina estoy débil y sensible.

-Precisamente por eso te voy a entrenar. Tu celo te hace vulnerable y cuanto más vulnerable estés es cuando más vas a necesitar defenderte. Si te enseño a pelear solo cuando estás bien luego no sabrás que hacer en una situación desfavorable. Harry te tiene mucho cariño, pero está tan loquito por ti que ni se le ocurriría ponerte a pelear estando en celo, es blando, pero yo no.

León se tensa en la cama y aprieta las sábanas entre las manos. El tono ronco de Kajat y sus duras palabras logran ponerlo nervioso, pero reconoce que tiene razón de sobras. No quiere ponerse a pelear ahora, no sabe siquiera si podrá tenerse en pie, pero prefiero pasarlo mal ahora que no volver a entrar en celo y caer desmayado en las garras de decenas de alfas. Ya pasó una vez y se salvó fue de milagro, así que no quiere tentar más a la suerte y menos sabiendo que es posible que su seguridad sea puesta en riesgo si algo malo sucede con los lobos rubios.

Harry asegura que no son un problema, pero León está seguro de Kajat tiene razón. Harry es blando con él. Igual que no lo hace pelear quizá tampoco lo hace afrontar otras realidades que puedan ser demasiado para él. Pero Kajat es sincero y esa es su oportunidad.

-Harry va a estar fuera hasta la noche... -repite las palabras del alfa, que asiente. Kajat está dándole la espalda, mirando por la ventana. León ve la enormísima espada que lleva colgando y se decide a hacer la pregunta. -¿Por qué? No sé muy bien qué sucede con el tema.

Kajat parece ignorar su pregunta, se voltea sin mirarlo y va hacia la salida. León piensa que quizá ha preguntado de más y se apena, tiene una respuesta preparada en la punta de la lengua para cuando Kajat abre la puerta, pero se la guarda cuando observa como este mira a los lados del pasillo, cierra de nuevo y se sienta con él en la cama. Se sienta cerca y eso hace al lobito temblar un poco, su presencia intimida al omega dentro de él, aunque por alguna razón Kajat no parece advertir que su cercanía es peligrosa. Es como si no le afectasen las feromonas del omega, aunque las puede percibir.

-¿Qué es lo que sabes?

-Que los lobos rubios están tramando algo y que por eso la corona Seth está pidiendo a la corona Vento que les devuelvan los soldados que les dejaron para controlar la otra mitad del continente. Harry dice que para que no se corra la voz van a camuflar esto como si fuesen a comerciar con mercaderías a Vento. Pero no entiendo por qué Harry no volverá hasta la noche.

Kajat asiente despacio y continuado mientras habla, mirándolo fijamente sin mostrar un solo ápice de sorpresa.

-Es un viaje muy importante, por eso el rey y Hermalias irán de incognito en un carruaje que se supone que lleva fruta. También irá Paola, ella es comerciante, así que la mandan para disimular. La idea es llevar al rey a Vento y traerlo junto a los soldados de vuelta Seth, pero como ves necesita la colaboración de Hermalias, por si hay problemas y para ordenar a los soldados, y la de Paola para mantener la fachada. Harry también es importante en eso. Cuando se hacen viajes aprobados por el rey ya sea militares, comerciales o de cualquier tipo, el rey o el príncipe heredero debe acompañar a los jinetes hasta que salen del territorio de su corona. Como en este viaje se supone que solo irá Paola y los jinetes, que son criados, Harry debe ir a acompañarlos hasta la frontera como haría en un viaje comercial normal, para mantener las apariencias y que todos crean que el rey sigue en palacio. Por eso Harry llegará tan tarde.

León asiente, asimilando los datos. Le tranquiliza saber que Harry no irá en ese peligroso viaje de incógnito y que la única razón de su tardanza es que acompañará a los carruajes hasta el límite de su territorio. Por otro lado, se siente abrumado. Si el mismo rey ha salido de la ciudad y, sobre todo, ha salido de la ciudad secretamente para prepararse para contraatacar, León presupone que debe estar muy seguro de que los lobos rubios traman más que un pequeño ataque. Todos tienen confianza en que los lobos negros ganarán en caso de enfrenamiento, sin embargo, no lo toman a la ligera y eso hace preocuparse a León: si hay una guerra, Harry peleará allí. No necesita preguntar para saber eso.

-Por cierto -añade el alfa, interrumpiendo las cavilaciones del omega. -, por mucho que Harry me haya dicho que responda a tus preguntas referentes a esta operación... Eres consciente de que es algo secreto ¿No? Si esto se filtrase porque se te escapa delante de un criado, de un pueblerino o de algún visitante que venga de otro reino estarías en graves problemas.

-¡Sí, totalmente! Lo tomo muy en serio, coronel, de veras. No querría arruinar algo tan importante para todo un reino, así que tenga por seguro que me mantendré callado. -asevera León con urgencia, defendiéndose como puede.

-Mejor, me caes bien y no quiero tener que ejecutarte. Y hablando de cortar cabezas -el alfa sonríe, poniéndose pie. -coge tu espada, es hora de entrenar.



Comentarios