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—¡Espera! —chilla el omega, su trenza blanca le da en la cara mientras cae al suelo. Ase con fuerza la espada, pero no logra siquiera levantar sus brazos. El gran lobo negro se le lanza encima, las fauces abiertas, los ojos enloquecidos. —¡Espera, espera, espera! —chilla con horror.
Cuando Kajat le dijo que lo entrenaría duro hasta hacerlo pedazos no creyó que fuese a comenzar un par de horas después de la comida. Tras acabar León tuvo que acompañar a Kajat a hablar con varios tenientes y algún que otro soldado indisciplinado. Al volver a palacio pensó que descansaría hasta la llegada de Harry, pero en vez de eso está tratando de no ser devorado por quien se supone que es su guardia real durante el día de hoy.
León pega su cabeza al suelo y el lobo da un bocado allí donde estaba antes. La fuerza del mordisco se proyecta en el aire y le da a León en la cara junto al caliente aliento canino. Los dientes están tan cerca que puede ver las pequeñas muescas e hilillos de saliva. El próximo mordisco lo matará y Kajat, por alguna razón, no parece dispuesto a parar el entrenamiento por eso. Con los pulmones doloridos y el corazón latiéndole en los oídos León agarra a Kajat por los colmillos y trata de mantenerlo a una distancia segura, pero el lobo muerde y él se ve obligado a retirar sus manos si no quiere rompérselas. Coge la espada sin saber bien qué hacer y ataca en vano. Sabe que el enorme lobo parará su filo con los dientes y luego lanzará lejos el arma, pero aun así debe intentarlo y cuando sucede, cuando Kajat le arranca la espada de las manos cerrando sus mandíbulas sobre ella, León aprovecha que tiene la boca cerrada y se escabulle.
No se escabulle lejos, porque el animal lo alcanzaría en cuestión de segundos, sino cerca. Trepa sobre el lobo aferrándose a su pelo, llegando el lomo, ahí donde sus mordiscos no alcanzan. Kajat se mueve vigorosamente, salta, corre y trota desestabilizando al chico, pero León lo abraza hundiéndose en el mullido pelaje, hasta que el lobo rueda sobre sí y él debe separarse para no ser aplastado. Ahora son él y Kajat, sin su valiosa espada a la que ha renunciado para salvarse unos segundos más. Kajat avanza hacia él, despacio, teniéndolo contra un robusto árbol y León quiere tratar de escapar, pero al intentarlo cae de cara al suelo.
Se queja en alto soltando un chillido que hace a la gran bestia alzar sus puntiagudas orejas, y después se rinde, quedando tirado. Tiene el cuerpo agotado por completo, en especial sus piernas, donde todo arde y tiembla. La figura del lobo ya no está y ve a un Kajat desconvertido y a medio vestir acercándose a él.
—¿Estás bien? —pregunta con preocupación, agachándose a su altura.
—Estoy agotado...
Kajat le sonríe y dice:
—Bien. —León tiene ganas de golpearle por tal respuesta, pero lo máximo que puede mover son los párpados. —Quédate aquí, iré a por bebidas frías y nos quedaremos tumbados en el jardín hasta que Harry regrese, tomando el aire. Lo has hecho muy bien.
—De acuerdo, te espero aquí —le asegura el omega, totalmente aliviado de saber que se ha ganado un descanso. —, tampoco es como que pudiese ir a otra parte.
Kajat le revuelve el pelo, yéndose a los pocos segundos. Un minuto después de su ida León logra recobrarse lo suficiente como para ir a buscar la espada de la madre de Harry e irse a sentar en una zona donde aún da un poco el sol. Cierra sus ojos, lleva el rostro al cielo y siente el cálido beso de despedida del día, marchando hacia el ocaso. Escucha pasos y huele a alfa, pero ni los pasos vienen de donde Kajat debería venir ni su aroma es el mismo. Pero es familiar.
—¿Otra vez jugando con cosas que no son para niños? —pregunta la sarcástica voz de Gerard.
León abre los ojos y lo mira desde el suelo, inmóvil. La última vez que Gerard lo vio manejado la espada de su difunta madre él acabó con un ataque de ansiedad que adelantó su celo y eso pese a tener al mismísimo príncipe y a un coronel de su lado. Ahora está solo, débil y acobardado.
El alfa se acerca con sus manos en las caderas y se pone frente a él, invadiendo innecesariamente su espacio. Después extiende la mano.
—Dame eso. —espeta con una voz que le eriza la piel. No de miedo, no de sumisión, sino de ira.
La misma voz autoritaria de los lobos de Kez diciendo <<desnúdate>> o <<cállate>> a omegas que no podían más que obedecer. La voz que él creyó propia del valiente, pero que es solo del privilegiado, del que ordena porque está seguro de que obedecerán. León no odia a Gerard, no le conoce apenas, pero odia la forma en que le mira desde arriba sin dignarse a bajar la cabeza, en que pisotea su espacio, en que le dice que debe o no hacer, como si León no pudiese contradecirle jamás. Como si fuese demasiado cobarde.
—No. —espeta con el corazón galopándole en el pecho como si siguiese luchando.
—¿Qué has dicho? —pregunta el alfa no con enfado, sino con sorpresa.
León traga saliva. Siempre pensó que la valentía se sentía como ser invencible, pero ahora que la prueba sabe a miedo.
—La espada es de Harry, no se la daré a nadie más que a él. —dice firmemente, con la espalda recta, los ojos mirándolo desde debajo de un ceño fruncido. Gerard no sabe que si León se levantase ahora mismo se caería de bruces por el miedo y el cansancio y prefiere que siga sin caberlo.
—Esa espada es de la omega que nos parió a mí y a mi hermano. Un medio omega como tú no tiene derecho a decidir sobre ella más que yo. Ahora dámela, no me hagas usar mi voz, no me apetece que te pongas a llorar como un maldito bebé.
León aprieta los dientes de ira y se siente horriblemente frustrado cuando se le aguan los ojos. La voz. Ese rugido que la naturaleza le concede a los alfas para protejan a sus omegas y sus cachorros, convertido vilmente en el arma de tortura que los alfas usan para volver la propia naturaleza de los omegas contra ellos. Para hacerlos pedir lo que odian, para hacerlos abrir sus cuerpos y corazones, encadenarlos a un deseo que los carcome por dentro. La voz, esa misma mierda que obligó a los omegas de su pueblo a gemir y pedir por más mientras eran violados sobre los cadáveres de sus mates y se les rompía el cuerpo y el alma.
—¡No tienes ningún derecho a usar tu voz sobre mí! —chilla León rompiendo en lágrimas, levantándose del suelo cuando lo creía imposible, con el puño aferrado al mango de madera tan fuerte que sus dedos pulsan. No soy nada tuyo— gruñe con un sonido débil y desesperado, con los ojos rojos, pero el cuerpo en posición de ataque, acercándose al alfa del que su omega le pide a gritos huir. —, no puedes darme órdenes con tu voz, no tienes derecho a quitarme mi libertad, no ti-
—Gerard —una voz los interrumpe a ambos. Irrumpe en la disputa como un rayo, dividiéndolos, luego lo hace el cuerpo de Kajat, que se pone entre ambos como un gran muro. —, el príncipe Harry me ha dado órdenes de proteger a su siervo, no me haga tener que protegerlo de usted. Y no se avergüence a sí mismo siendo esa clase de alfa que usa su voz contra un omega injustamente. Los dioses no nos la dieron para eso.
—Cuando Harry vuelva voy a hablar con él sobre todo esto —dice como amenaza, pero por suerte también como despedida.
Se marcha con pasos pesados, mascullando cosas que León prefiere no entender. Kajat se voltea hacia él y le coloca una mano sobre la cabeza, acariciando los cabellos blancos.
—He intervenido para que no tuviese que sufrir la humillación de que un omega que ha empezado a entrenar hace dos días lo ganase.
León le sonríe y niega, incrédulo. Entonces repara en que el pelinegro ha traído dos tazas de té de flores con hielo y miel. Toma una de ellas, da un sorbito que le hace sentir cosquillas por el empalagoso sabor, y se tumba en la arena con el alfa, sin decir nada.
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¿Os ha gustado el cap?
¿Qué pensáis de la evolución de León como personaje?
Manito arriba quien quiera hacer cola para pedirle matrimonio a Kajat owo
Por cierto, siento haber tardado en actualizar. El tema del plagio me ha afectado y por eso me he tomado el fin de semana libre. Realmente es doloroso estar haciendo tu hobbie que no daña a nadie y que haya gente que quiera dañarte robánote tu trabajo. Encima no es como que sea una cosa ''fea'' sin más, sino que es un crímen. Me alegro de que la situación se haya calmado sin necesidad de pasar por el calvario de buscar un abogado porque sinceramente OOF.
Quiero agrdecer a todos lo que me habéis apoyado en este momento tan estresante para mí y a la persona que me ha avisado del plagio, realmente muchas gracias por ayudarme y por estar ahí para mí <3
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