+¿Alex?- preguntó Liu, tras una larga noche de sueño y despertado completamente solo.
- ¡Mierda, mierda, mierda!- escuchó la inconfundible y ronca voz insultar con soltura y maldecir des de la cocina y, por algun motivo, a Liu le resultó cómica esa voz preocupada y nerviosa por parte del mayor.
Se levantó con rapidez y ávidamente corrió hasta el lugar de procedencia de los gritos enfurismados del mayor. Encontró al vampiro en la cocina, con una sartén ennegrecida y quemada echando humo bajo el agua sucia del fregadero. Una densa nube que parecía provenir de una hoguera se elevó en la cocina haciendo toser la muchachito, el olor empalagoso y ácido de algo que se había quemado hizo que los ojos de Liu comenzasen a lagrimear y a picar mientras Alex se sentía avergonzado, era un vampiro que sabía hacer casi de todo, pero acaba de ser vencido en una llameante batalla contra un montón de utensilios de cocina.
+¿Qué ha pasado?- preguntó el menor rascándose los ojos algo enrojecidos, tosió un poco por el humo, pero Alex abrió al instante la ventana dejando que la negra niebla corriera libre hacia el cielo azul, expandiéndose sin ensuciarlo o corromper su pureza natural.
-Quería prepararte algo para comer, pero, bueno, no se cocinar muy bien que digamos- dijo señalando la sartén que parecía manchada por un gran chorretón de tinta que en realidad solo eran cenizas que habían adquirido una textura más espesa, como el alquitrán o el valioso petróleo, a causa del agua.
+Bueno, la intención es lo que cuenta ¿no?- preguntó Liu risueño, era la primera vez que Alex veía al pequeño sonreírle con tanta naturalidad, estaba siendo él mismo, sin miedo o dolor. Ahora Alex podía permitirse conocer al Liu que antes estaba matando lentamente con sus sórdidos actos. La idea de Alex cocinando para él alegró a Liu, sabía que un vampiro en la cocina era algo poco usual, incluso ridículo si se atrevía a imaginarlo usando un delantal como una ama de casa aburrida, pero la verdad es que agradeció enormemente el gesto de que Alex tratase de hacer algo como eso para él.
Alex sonrió al oír hablar a Liu, no sabía cómo tratar bien a los humanos, pero algo le decía que lo estaba haciendo bien.
-Eres adorable- dijo acariciándole la cabecita con ternura. Pensó que quizás un poco de cariño no molestaría a Liu, así que se aventuró a hacer un poco de caso a sus instintos y tomó al chico por la cintura, estampándolo con autoridad contra la pared antes de intentar acercase a sus labios.
+ ¡N-No me hagas nada!- las palabras salieron de la boca de Liu como si de un acto reflejo se tratase, estaba demasiado acostumbrado a que cualquier acto malienterpretable del vampiro derivase en algo malo, pero realmente no había querido rechazar el tacto del vampiro, solo que esa manera brusca de actuar que tenía lo aterraba-Perdón, me he a-asustado- dijo el chico a notar la cara decepcionada de Alex.
-Tranquilo pequeño, he sido muy brusco ¿no? – Dijo viendo la mirada de Liu, el chico le miraba a los ojos confiando en él y se notaba como Liu, con algo de temor, dejaba su cuerpo y alma en manos del vampiro- No te asustes, no muerdo- dijo Alex bajando un poco al cuello del chico, dejó unos pequeños besos, nada de mordidas para no asustarlo, estaba claro que a partir de esos momentos sería totalmente delicado con el chiquitín.
Deslizó sus carnosos labios notando los suspiros del humano, no estaba disgustado, pero si un poco asustado, aunque Alex pudo notar como el chico disfrutaba de sentir la fuerte succión de su piel, que dejaba marcas amoratadas.
+ S-Siempre me haces marcas- dijo el chico algo nervioso sintiendo unas manos gentiles y nada molestas, pero si enormes, moverse deliberadamente por sus caderas, ese vampiro sabía tocarlo, acariciando su piel fina entre sus dedos, juguetones y a veces bruscos que lo hacían sentir un frío hormigueo bajo el tacto.-¿Por qué?- se aventuró a preguntar el chico. Siempre tenía en todo lugar de su cuerpo algún moratón, chupetón, mordisco o arañazo de ese varonil ser.
-Me gusta marcar lo que es mío- dijo el vampiro risueño, la voz del chico sonaba insegura, pero notó como era solo por el nerviosismo, no estaba tan aterrado como las otras veces que lo saboreaba, ahora todo era diferente- quédate quietecito- ordenó, Liu solo obedeció notaba la lengua caliente sobre sus garganta, seguida de esos labios helados que deseaban devorarlo y el contraste de temperaturas le erizaba la piel de la misma manera que lo hacían esas dulces caricias que habían comenzado a extenderse por su abdomen.
+ A-Alex, espera- dijo notando las manos subir por dentro de la camiseta, necesitaba un poco más de tiempo con él, quizás hablando o sintiéndose simplemente acompañado, pero ahora, de buena mañana, no deseaba comenzar con los roces promiscuos de Alex pues sabía en lo que podían derivar.
-Si no tuvieses boca para decirme que parase te devoraría enterito- dijo Alex dejando de besarlo para tomarlo con gentileza en sus brazos y elevarlo, cargándolo hasta el salón y dejándolo en el sofá.
El chico cayó en la mullida superficie y Alex se sentó a su lado.
+Antes me has dicho que no mordías y ahora me dices que me vas a devorar- dijo el chico en tono irónico, bromeando. Quizás era vergonzoso y asustadizo, pero Liu tenía claro que Alex no le haría daño, al menos por el momento, aunque sí seguía sintiendo miedo ahora tenía un poco más de confianza.
- ¿Entonces qué? – Le siguió el rollo Alex abalanzándose un poco contra el chico, quien comenzaba a intimidarse, dejando de hacerle gracia la bromita- ¿Quieres que te coma?- Dijo acariciando la barbilla del chico sutilmente, la verdad es que pasar tiempo lejos de él lo había hecho pensar en ir demasiado deprisa, pero ahora Alex debería contenerse.
+ Eh, y-yo- comenzó a decir el chico nervioso, por suerte Alex no esperó ninguna respuesta y dejó un pequeño y liviano beso en sus labios antes de retirarse.
-Sigues siendo el pequeñín asustadizo de siempre- dijo retirándose un poco para darle más espacio a su pequeño.
+ ¡Pero es por tu culpa! – dijo el chico cruzándose de brazos. Alex lo miró sabiendo que él no podía cambiar eso y Liu lo supo también así que después de decirle aquello le dedicó una tierna sonrisilla.
-No me lo tengas en cuenta- dijo el vampiro acariciando el pelo de su chico mientras hacía un puchero y fingía un cara de tristeza que hizo reír un poco a Liu, parecía que el pequeño agradecía estar con Alex.
Pensó que quizás no fuese tan malo, pero sí que lo era, Alex era un demonio, pero a Liu comenzaba a darle igual ¿Qué más daba lo que fuese? Lo que importaba era su forma de actuar y ahora mismo estaba ganándose a Liu con rapidez.
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