No tardó en quedarse dormido pues la comodidad del lugar junto a su enorme cansancio lo llevó con rapidez al mundo de los sueños, o más bien dicho de las pesadillas. Al despertar notó un dolor intenso por todo su cuerpo y intuyó que la pastilla contra el dolor había dejado de hacer efecto, miró a un lado y agradeció el hecho de ver que el bote de estas reposaba sobre el cristal impoluto de la mesa. Lo tomó con rapidez y se llevó a la boca una de las pastillas sin dudarlo dos veces, sin necesidad de agua la tragó decidido, esperando a que su dolor se marchase lo antes posible. Liu se sentía totalmente tranquilo sin ver por allí a Alex o Aidan. Al pensar en los vampiros pensó en lo que Alexander le había hecho y temió por lo que le haría, su pecho dolió de nuevo y no pudo contener las lágrimas, bajaban solas por sus ojos como si no tuviese el control de su cuerpo. Liu secó su cara de las saladas lágrimas con la manga de su camiseta y tomó una decisión: huiría, tenía demasiado miedo de Alex como para compartir una semana con él. Liu se levantó con sumo cuidado tras esperar el efecto de la pastilla y caminó con un silencio felino hasta la enorme puerta. Plantado ante ella se quedó patidifuso... era demasiado grande, pesada y magna como para que un humano la pudiese abrir sin ayuda. Después de quedarse plantado ante la puerta con cara de idiota fue a sentarse de nuevo en el sofá y se percató de otra cosa: no había ventanas y por lo tanto ni sabía qué hora era, pero los más probable (puesto que se fue a dormir cuando amaneció) es que fueran las 4 de la tarde y que pronto oscurecería, al menos no parecía que hubiese ningún vampiro merodeando por la casa. Liu se sentía totalmente débil, le costaba tenerse de pie y el hecho de ir y volver hasta la puerta le resultó agotador, mentalmente también estaba abatido. Alerta todo el rato, esperando que Alex, ese demonio cruel, le atacara, esperando que lo matara, lo mordiera o... esperando todas esas cosas sus nervios se veían tan crispados que sentía demasiada presión sobre su pecho.
-¿Qué haces aquí?- preguntó una voz familiar pero desconocida para Liu.
+ y-yo estaba durmiendo aquí, p-pero acabo de despertar y...- No supo que más decir, estaba totalmente intrigado por Aidan porque de él no sabía nada en absoluto ¿era tan peligroso como Alex?¿era tan violento como Alex?¿era tan sádico como Alex? Lo que más miedo le daba era que no sabía cómo comportarse ante ese nuevo inmortal.
-¿Aquí? Conociendo a Alexander él hubiera querido que durmieses con él. Te has escapado, no me mientas- dijo el otro con un tono juguetón, como si bromeasen entre amigos.
+Bueno es que me daba miedo dormir con él...- Liu se sintió aliviado, parecía que Aidan no era una amenaza, tenía un carácter amable por el momento y además, no tocaría a Liu porque sabía bien que Alex lo quería para él solo.
-Uffff... Alex se va a cabrear mucho cuando se entere de que le has desobedecido- dijo Aidan sentándose al lado de Liu, este lucía totalmente preocupado tras oír eso.
+ ¡No se lo digas! Por favor...- Liu se levantó de golpe, tenía que ir a la habitación de Alex antes de que despertase.
-Anda, ves antes de que se despierte. Prometo no decir nada pero solo por esta vez- Aidan le giñó un ojo a Liu y este solo pudo sentirse totalmente incómodo, aún así ignoró el gesto y subió las escaleras a toda prisa para encontrarse con un pasillo repleto de puertas, todas iguales, todas cerradas ¿Cuál era la de la habitación de Alex? Liu empezó a abrir las puertas una por una hasta que milagrosamente encontró la habitación, pero Alex no estaba dentro. De pronto Liu sintió unas manos fuertes y rudas pasar por sus abdominales y rodear su cintura mientras unos labios gruesos hablaron en su oreja.
-¿Por qué buscabas la habitación?- preguntó Alex mordiendo malévolamente en lóbulo de Liu para escucharlo gemir- ya me había dado cuenta de que te habías ido de la cama mientras yo dormía- Alex estaba abrazando al pequeño por la espalda de manera en el chico se sentía realmente vulnerable, Liu solo quería salir corriendo.
+L-Lo siento... No podía dormir b-bien y... yo s-solo pensé que no importaría si...- La voz le temblaba tanto a Liu que apenas se le entendía al hablar, sus balbuceos le causaron gracia a Alex y este acarició la barriga de Liu para calmarlo, pero solo consiguió que empezasen a fallarle las piernas.
-¿Por qué tanto miedo? No me he enfadado- dijo viendo como el chico relajaba un poco su postura, parecía aliviado.
+Aidan me dijo que te cabrearías por haberte desobedecido- explicó Liu una vez liberado del abrazo de Alex.
-No me puedo cabrear si tratas de excusarte con esa voz asustada tan tierna-Alex simplemente se acercó más al chico, quería tomarlo, quería besarlo pero... aún era muy pronto y había tomado la dura decisión de que la próxima vez Liu no sufriría tanto como la última. Alexander acercó su mano a la barbilla del chico y lo obligó a mirarle. Las pupilas de Liu se contrajeron involuntariamente y su respiración se entrecortó al apreciar como Alex sacaba su lengua para humedecer sus labios y acercarse a la boca ajena. Liu trató de retroceder pero una mano helada se posicionó en su nuca erizando toda su piel y atrayéndolo hasta la boca de Alex '' en la boca del lobo... estoy perdido... ¡mierda! Yo solo quiero irme a mi casa y despertar de esta pesadilla'' pensó el chico antes de apretar sus labios y sentir como otros se colocaban contra los suyos, moviéndose lentamente y succionándolos, mordisqueando un poco su herméticamente cerrada boca. La lengua, los labios y los colmillos que habían jugado en su boca bajaron hasta su cuello sin miramientos, entonces Liu reaccionó desasiéndose de la parálisis que el terror le había causado y empujó a Alex, a este el golpe no le afectó en lo absoluto pero decidió apartarse un poco de Liu para observar su reacción. Cuando Alex dejó de sostener al pequeño este salió corriendo escaleras abajo con el corazón acelerado. El lugar era desconocido para él y solo atinó a quedarse ante la gran puerta, en la que apoyó la espalda y descendió hasta el suelo sentándose en el con una mano en el pecho y los ojos cerrados.
-¿Qué haces ahí tirado? No parece muy cómodo- comentó Aidan pasando al lado del chico de manera inesperado.
+ ¡Joder! Me... me has asustado- jadeó levantándose de golpe- yo estaba descansando y...-Liu miró a la gran puerta y deseó poseer la fuerza necesaria para abrirla y salir corriendo hasta que sus piernas desistiesen.
-Alex se ha puesto demasiado cerca de ti y has salido corriendo ¿me equivoco?- Preguntó con unos ápices de prepotencia mientras apartaba su pelo de la parte delantera de sus hombros para dejarlo caer sobre su espalda, ancha y varonil.
+Veo que tu también haces eso de leer la mente... bueno supongo que todos podéis- comentó Liu algo enfadado, no era posible que con tanta facilidad alguien entrara en su cabeza robándole la intimidad de sus pensamientos.
-Puedo, pero no lo he hecho, era solo una suposición- dijo Aidan abriendo la nevera y sacando de esta una botella de Whisky y un vaso con hielo, la botella estaba tan fría que daba la impresión de que no fuera a despegarse de la mano que la sostenía-¿quieres un poco?-preguntó agitando la botella de cristal, haciendo que el líquido transparente se agitara.
-Es menor de edad- dijo la contundente voz de Alex en tono burlón para recibir como respuesta una carcajada por parte de Aidan- ven un momento, quiero hablarte de algo- su humor se había esfumado para gravar en su cara una expresión dura, tal vez estaba enfadado.
-Voy- dijo el otro entrando en una sala cuyo interior era desconocido para el pobre humano que se quedó solo en el salón de nuevo.
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta: