Aidan sonrió, cómo le gustaba jugar con ese humano, él acepaba lo que era y además lo engrandecía, mitificaba su figura y, aunque ahora estuviese aterrorizado de él, estaba dispuesto a dejarse besar solo por tener el tan ansiado contacto con su salvador oscuro.
Los labios de Aidan pronto comenzaron a moverse presas del deseo, atrapando los del adolescente y besándolos con fiereza mientras los colmillos los rozaban ocasionalmente, la lengua dormida de Jeremy fue acariciada una y otra vez por la de Aidan, que recorría toda su boca sin descanso y descubriendo cada vez nuevas zonas de esta. Aidan profundizó el beso aún más, casi dio la sensación de que quería llegar a la garganta del humano que ahora, aunque no correspondiera al beso, abría su boca a voluntad para que el otro lo calmase con sus húmedas caricias que le hacían sentir seguro, valorado.
El beso se prolongó más de lo esperado mientras el humano mantenía firmemente sus brazos alrededor del cuello de Aidan, sujetándose para no caer en ese mismo instante en el que el corazón le iba a mil. Aidan siguió besándolo hasta que notó como el otro demandaba las bocanadas de aire por falta de este y entonces dejó de apresar los labios de su acompañante y lo miró.
- ¿Estás listo?- preguntó Aidan mirando a los ojos del humano, estos se humedecieron mientras negaba con la cabeza.
-No pero... ha-hazlo- dijo el chico estirando del cuello de la camisa dejando así a disposición de vampiro su delicado cuello- Intenta no hacerme mucho daño- pidió con la voz temblorosa mientras sentía esos brazos rodear su cuerpo cada vez con más fuerza, como una boa aplastando a su presa.
La cara de Aidan se hundió en el cuello del chico y sus cabellos cayeron por sus hombros, eran suaves y hacían cosquillas en la piel erizada del humano. La lengua aguda del vampiro pasó por encima del lugar donde iba a morder y unos colmillos punzantes ocuparon su lugar. Cuando estos rompieron la tierna piel Jeremy no pudo evitar gritar de dolor y dejar caer unas lágrimas, pero el verdadero dolor vino con las otras 30 incisiones, una por cada diente. Rompiendo su piel y abriéndose paso entre su carne hasta la yugular Aidan se sintió en el mismísimo edén al sentir esa sangre tan refinadamente deliciosa recorrer sus papilas gustativas dejando a su paso una agradable sensación para recorrer la garganta y acabar en el estómago, lugar des del cual esa poderosa energía vital sería distribuida por todo el cuerpo del vampiro, como pequeñas y placenteras descargas eléctricas que lo despertaban de un sueño profundo.
Jeremy por su lado estaba gritando, jadeando y llorando mientras se revolvía; agonizando de dolor entre las manos del vampiro, sintiendo esos dientes y colmillos arrancarle el alma a cachos, sabiendo que solo de esa manera podía permanecer cerca de Aidan, de ese ser maligno que con él era benevolente, de ese ser que le hacía sentir que realmente estaba viviendo por algo.
La boca del vampiro se separó del pequeño y malherido cuello mientras el chico sollozaba temblando. Con rapidez el vampiro se abrió las venas de un mordico rápido y sin disfrute para luego dejar que la sangre inmortal, algo más líquida que la del chico, como si le faltase algo, goteara dentro de la boca entreabierta del muchacho y poco a poco sus heridas y su dolor se disiparon como una niebla espesa.
- ¿Te ha dolido mucho?-preguntó por simple curiosidad el vampiro mientras Jeremy se abrazaba a él con todas sus fuerzas, sollozando.
- s-sí – dijo entre quejidos, aún no se había recuperado de tan traumático dolor. Una mano en su cabeza descendió hasta su nuca y volvió a empezar con ese recorrido varias veces, acariciándolo y haciendo que se calmase.
- Estas cubierto de sangre ¿Qué te parece si te das una ducha?- el humano asintió levemente despegando su cara del pecho del mayor, donde se ocultaba- Es muy tarde, después puedes quedarte a dormir aquí y mañana por la noche seguiremos con esto- le guiñó un ojo al muchachito lloroso y este sonrió, no por educación sino puramente por felicidad, aquel vampiro le cuidaba más de lo que lo había hecho su propia madre.
- ¿De verdad me puedo quedar?- preguntó ilusionado, el vampiro asintió- vaya, no sé si sabré muy bien cómo hacer eso de dormir en una cama en condiciones- bromeó amargamente despegando sus brazos del trabajado torso de mayor.
-Mañana por la noche, cuando acabemos de pasarlo bien te pagaré por lo de mañana y por lo de hoy así que ¿Cuánto dinero quieres?- le preguntó observando su rostro, se había excedido bebiendo su sangre y ahora su presa se hallaba débil.
-Uh... no sé, solo necesito lo suficiente como para mantenerme- dijo el chico que de pronto sintió como si su cuerpo estuviese recubierto por un metal pesante, como si no tuviese fuerzas para levantar sus propios brazos, la pérdida de sangre había sido importante.
- Entonces creo que te pagaré... tres mil- dijo satisfecho y como si fuera un precio normal. Los ojos del menos se agrandaron en shock y su boca se quedó entreabierta por la sorpresa- Soy rico ¿Qué hay de malo en dejar propina por los buenos servicios?- preguntó bromista mientras observaba al menor sonreír atónito.
-Tu ''propina'' es mayor que el sueldo mensual de muchas personas- dijo impresionado.
Para cuando trató de levantarse e ir al baño, que por cierto no sabía dónde estaba, sintió de nuevo como no tenía el control de su cuerpo, como si se hallase dentro de un robot pesado que aún no estaba apto para el funcionamiento- A-Aidan, no puedo levantarme- dijo avergonzado dejando a sus mejillas teñirse de un rojo mucho menos intenso que el de la sangre que cubría su cuerpo.
- Pobrecillo- dijo riendo y mostrando sin intención sus manchados colmillos, aquellos que corrompían la piel y devoraban el alma- te ayudaré, la verdad es que he bebido demasiado, pero es que tu sangre es realmente- se quedó pensando unos segundos, sin saber bien que adjetivo describiría mejor aquel dulce néctar- extasiante- se decidió levantándose de golpe y cargando la menor en sus brazos hasta el cuarto de baño.
Mientras con un brazo sujetaba al menor con el otro abrió el grifo dejando que la bañera se llenase de agua caliente, a él le daba igual la temperatura del agua pero pensó que al humano le reconfortaría sentirse cálido, sobre todo ahora que su cuerpo había perdido color y calidez por la falta de sangre.
Aidan sentó a Jeremy en la taza del váter y este se sostuvo a esta para no caer tambaleándose por su debilidad. Lentamente Aidan le sacó la ropa a Jeremy, quien no se resistía en absoluto, rozando cuidadosamente su piel para sentirla contra su cuerpo. Jeremy podría haberse desvestido solo pero no dijo ni una palabra sobre eso pues se sentía bien notando el protector contacto del mayor. La mirada del vampiro recorrió su cuerpo varias veces y Jeremy se sonrojó, apartando su mirada cuando esta chocó con la del vampiro.
-No me digas que ahora te da vergüenza que te vea desnudo...- Jeremy lo miró tímidamente aclarando la respuesta a tal pregunta, su expresión era tan adorable- Más vale no estar así de vergonzoso mañana- le advirtió el vampiro cargándolo de nuevo y soltándolo lentamente en la bañera, llena de agua humeante, para evitar salpicar.
- Auch- se quejó el chico levemente. El vampiro lo miró desconcertado- quema un poco- se excusó relajándose dentro de esa agua- hacía tanto que no me daba una ducha caliente- sonrió sumergiendo su rostro en el agua cálida y volviéndolo a sacar mojando sus cabellos blanquecinos que ahora se adherían a su piel.
- Debe haber sido horrible vivir en esa casucha destartalada, pero no te preocupes porque mientras mantengamos nuestro acuerdo no te faltará de nada- sonrió cogiendo una esponja y vertiendo algo de jabón, con aroma a naranja, en ella.
-Gracias- musitó Jeremy mientras el otro frotaba su cuerpo con la esponja limpiando las partes rojizas por la sangre y aprovechando para contemplar su bella desnudez.
Después de estar totalmente limpio Jeremy salió de la bañera, quitando el tapón y dejando que el agua escapara arremolinándose por el desagüe. Aidan le dio un albornoz de color negro y gris y el chico se lo puso con torpeza, tapando su cuerpo. El vampiro lo miró con una sonrisa ladeada, lamiéndose los labios.
- ¿Qué pasa?- preguntó Jeremy notando la mirada penetrante del vampiro sobre su cuerpo.
-Nada, es solo que te queda muy sexy el pelo mojado y alborotado- dijo acercándose y tomándolo en brazos pues aún estaba débil como para caminar hasta la habitación.
-Gracias- dijo el chico sin saber cuántas veces había agradecido ya al vampiro aquella noche.
-Mañana ya me agradecerás ese cumplido- dijo Aidan giñándole un ojo y haciendo que Jeremy riera. En un segundo lo recostó en la cama- Puedes dormir conmigo por el día, pero si quieres puedes ir a alguna otra habitación libre- dijo Aidan con amabilidad ¿Por qué ser bueno y normal con ese humano le hacía sentir bien?
- Yo... p-prefiero dormir contigo, si no te importa claro... - dijo el chico avergonzado, le costaba tanto dar esas muestras directa de su idolatración por Aidan, ese vampiro que no le debía nada y que podía arrebatárselo todo le estaba dando todo lo que necesitaba ¿y a cambio de qué? Unos mordiscos y unos polvos que aunque fueran dolorosos después le permitían disfrutar de la agradable y necesitada compañía del inmortal.
- Oh, pues resulta que me importa- ironizó al máximo el vampiro- de hecho no soporto tu compañía- e hizo una sobreactuada mueca de asco mientras se acercaba al mortal para abrazarlo- ¿Cómo me va a importar que duermas conmigo? La verdad es que hace años que no duermo acompañado- dijo melancólico el vampiro.
- ¿Hace cuantos?- preguntó el humano acomodándose en sus fuertes brazos y posando sus manos sigilosamente sobre esos bíceps enormes que no lograba rodear y que tanto lo calentaban.
-Muchos Jeremy, muchos... de hecho la última vez que dormí junto a un ser vivo fue de pequeño, cuando de era humano, recuerdo que dormí una noche entera abrazado a una mofeta- rió recordando los pequeños ápices de felicidad que en su oscura niñez logró rescatar de su memoria- a la mañana siguiente olía a rayos- dijo recordando aquel día de su vida, tan lejano de su existencia actual.
-Qué asco- dijo Jeremy sacando la lengua y tapándose la nariz mientras sonreía, parecía tan inocente ¿Dónde estaban las cicatrices de su dolorosa vida? ¿Dónde estaba su sombría decadencia? Lo ocultaba tan bien- Pero des de que eres v-vampiro- vaciló un poco en decir esa palabra, realmente le temía aunque eso fuese contradictorio- seguro que has dormido con alguien ¡Habrás tenido cientos de amantes!- dijo el chico sintiéndose del montón.
-Los he tenido- confesó el vampiro- pero ninguno me ha durado más de una noche, los mataba o simplemente no les permitía permanecer a mi lado durante las horas diurnas, aunque fuese a encontrarme con ellos por la noche. Pero que yo recuerde, ninguno de mis amantes a vivo para contarlo, ni los que duraron más ni los que duraron menos- explicó meditabundo, sin culpa o remordimiento y para cuando quiso darse cuenta Jeremy lo observaba con los ojos abiertos y aterrado- Oh, no, no, no creas que me refería a que tu tampoco sobrevivirás, tranquilo, no tienes que preocuparte por eso- dijo dándole un tierno beso en la mejilla
''¿Por qué le he dicho eso? Joder es verdad pero ni siquiera me lo había pensado... pero me gusta tanto este humano. Quizás podría vincularlo a mí, poseer ese don es bueno al fin y al cabo. Sería bueno vincularlo, así sería un humano frágil y fácil de herir o matar pero no envejecería nunca ni enfermaría, así que si lo protegiese bien sería eterno, eterno y mío pero... eso es precipitarse demasiado, me podría cansar de él pero ¿Cómo sería eso posible? Por ahora esperare antes de decirle eso'' pensó el vampiro deseoso de poseer exclusivamente a ese mortal y atesorarlo por siglos y milenios.
- D-De acuerdo, pero... si algún día solo te aburres no me mates por favor- murmuró Jeremy sintiendo una punzada de dolor al contemplar la posibilidad de que su salvador se convirtiese en su verdugo.
- Me estoy tomando muchas molestias contigo, ¿ de verdad crees que lo haría? Eres un chico listo Jeremy, piensa con lógica- le aconsejó el vampiro arrancando toda negatividad del chico mientras le besaba el cuello lentamente.
- Vas a tener que ducharme de nuevo si sigues babeándome así- bromeó el otro sintiendo reiteradamente la lengua del vampiro sobre su cuello, recorriéndolo, memorizándolo, saboreándolo.
-Veo que cada vez tienes más confianza conmigo como para bromear- comentó el vampiro para después volver al cuello del menor, ahora mordiéndolo y haciendo gemir bajito a Jeremy.
-¿t-te molesta?- preguntó algo asustado y sintiendo esos peligrosos dientes y colmillos presionar una y otra vez contra su cuello que parecía irresistible a los ojos del vampiro.
- Para nada- dijo dedicándole una de sus más bellas y seductoras sonrisas capaces de conquistar y a la vez aterrar. De pronto un ruido de escuchó en la planta de abajo y se clarificó más al oírse como unos pasos pesado ascendían por la escalera de caracol y se dirigían a la puerta tras la que Jeremy y Aidan se hallaban- Alexander debe haber llegado- le informó Aidan viendo como el pequeño se encogía de hombros en una mueca de desaprobación.
Como era de esperar, la puerta de la habitación se abrió y ante ellos se presentó la figura casi omnipotente de Alexander, que los miró sorprendido.
- ¿Interrumpo algo?- preguntó mirando a Jeremy y reconociéndolo pero quitándole toda la importancia al asunto- Tu eres aquel chico... ¿John? ¿Jeff? Nunca recuerdo tu nombre- y cuando Jeremy estuvo a punto de abrir su bella boca para aclararle por segunda vez su nombre Aidan lo interrumpió.
-Jeremy- dijo con seriedad y Alex lo miró de una manera que solo ellos supieron interpretar, o tal vez solo Alex supo de su significado.
-Bueno, no quiero molestaros así que leeré un rato, si alguien me necesita estoy en mi habitación- dijo con un tono demasiado correcto mientras giraba sobre sus talones listo para partir.
-¡Eh!- dijo Aidan llamando su atención- ¿Qué tal con Liu?- pregunto sabiendo que pasaba sus noche o cazando o de visita con esa pequeña exquisitez.
-Bien, estamos avanzando pero el ritmo es demasiado lento, así nunca se entregará pero trataré de forzarlo solo un poco- dijo Alex pensando en ese pequeño cuerpo bien formado y esa carita llorosa que tanto le hacía perder el control, deseaba ya que se entregase para poder sacárselo una vez de la cabeza, se estaba obsesionando con el humano y eso no le resulto bueno, después lo hablaría con Aidan.
-Que vaya bien con eso- dijo Aidan levantando el pulgar mientras Alex se iba cerrando la puerta con cuidado tras él, dejando solos al vampiro y al humano.
Jeremy estaba sentando sobre las piernas del vampiro, jugando con sus manos sin saber bien donde ponerlas, cabizbajo hacia que sin querer sus cabellos chocaran con la nariz de Aidan causándole un cosquilleó que creyó divertido. Aidan le dio un beso tierno en la coronilla a Jeremy y después lo apretó en sus brazos haciendo que los del humano cayesen a los lados de su cuerpo '' ¿Por qué lo abrazo? Míralo Aidan, es un humano y aún así es tan fuerte, viendo morir a su madre y su hermana, quedándose solo, prostituyéndose para comer y aún tiene ganas de vivir, incluso diría que su voluntad es más fuerte que la mía, admiro tanto su perseverancia en la vida, tanto esfuerzo, tanto esfuerzo por un solo humano que acabará muerto, pero eso puedo evitarlo, sí, lo de vincularlo a mí podría ser bueno. Tan frágil, es tan frágil ¿Por qué está conmigo sabiendo que lo puedo romper? Él sabe que soy fuerte y me lo hace saber y aún así me ¿necesita? ¿Es en eso en lo que soy mejor que los demás? ¿es en eso en lo que supero a los más fuertes? ¿En ser el centro de una pequeña vida? No seré importante para él mundo, pero este pequeño lo merece, merece algo bueno de mi, nunca pensé que pudiese ser bueno con alguien'' pensó Aidan sintiendo ganas incluso de llorar, le embargaba una sombría pena al pensar en lo que el humano tenía que haber pasado para adorar tanto su compañía, para adorar tanto al monstruo que lo sostenía.
Jeremy cerró los ojos estando tan completamente a merced del vampiro, era él que estaba siendo protegido después de tantos años estando indefenso en un lugar hostil del que parecía aislado cuando tenía a ese ser tan poderoso cerca, un ser que lo podía hacer trizas y lo podía destrozar pero que lo trataba con esa amabilidad que nunca antes había recibido, no era solo pena lo que Aidan sentía, al principio fue solo atracción pero ahora era cariño e incluso admiraba la forma de ser de ese pobre adolescente. Jeremy junto sus manos tras la espalda de Aidan abrazándolo también mientras notaba como la cara del otro se hundía en su cuello oliéndolo, Jeremy apoyó entonces su cara en el pecho del vampiro que dejó caer todo su peso hacia atrás, recostándose en la cama con el humano encima suyo, como si le cubriese un manto de calor.
- Oh, mierda- dijo el vampiro rascándose la cabeza.
-¿Pasa algo?- preguntó Jeremy algo preocupado por la extrañamente tierna reacción de antes del vampiro.
-Me había olvidado de que los humanos comíais ¿quieres que encargue algo?- preguntó acomodando su cabeza en la almohada y sosteniendo con la otra mano la cintura del Jeremy.
- No, no. He pasado días sin comer y no ha pasado nada, además este mediodía ya he comido- dijo el chico acomodándose de nuevo sobre el fuerte cuerpo del vampiro que le hacía estremecer.
- De acuerdo, pero mañana al despertar por la noche quiero que comas algo, vas a necesitar energías- dijo sonriéndole pícaramente- y muchas- dijo giñándole un ojo y haciendo que el humano se ruborizase.
- Lo haré – le devolvió la sonrisa pero este con un tono de inocencia involuntario pero permanente en él. Se asustó un poco, sabía que disfrutaría teniendo sexo con Aidan pero el dolor iba en aumento, era normal pensar que un vampiro que obtenía todo lo que quería no conocía ningún tipo de límites pero aún así Jeremy deseó que se contuviese con él.
Quedaron dormidos, Aidan antes que Jeremy pues los rayos de sol hicieron un efecto soñoliento en él al empezar el día. Jeremy durmió en esa casa con aquellos inmortales durante todo el día, como si él fuese también un vampiro
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