- ¡Idiota!- bramó el humano furibundo y algo asustado de que Aidan se enfadase por el insulto- ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! C-casi muero de miedo...- dijo el chico relajando su cuerpo de nuevo en los brazos de Aidan, él le protegía, no podía enfadarse con él.
-No te pongas así, era un broma- Dijo Aidan dejando un liviano beso en los cabellos casi incoloros de su presa.
-P-Pues no me ha hecho gracia- dijo indignado, cruzando sus brazos aún dentro de los del vampiro, sometido en su abrazo, hundido en sus músculos y a gusto por ello.
-No es mi culpa que no tengas sentido del humor- dijo Aidan burlón bajando a su cuello y acariciando con una de sus manos la tripa de Jeremy, haciéndolo estremecer- venga Jeremy, no te hagas el difícil, se que en mis manos te derrites- le susurró y acto seguido el humano dejó de cruzar los brazos y fruncir el ceño en signo de enfado y desagrado.
-Oye, siento haberte llamado idiota ¿n-no te has enfadado verdad?- preguntó dejándose llevar por la agradable sensación que le producía el contacto con Aidan, aunque esta vez se notaba que este no se había alimentado pues la piel del vampiro se sentía tan fría como el mármol.
-No, tranquilo es normal, te has asustado- dijo mirando esos ojos grisáceos y claros, que si lo fuesen aún más se tornarían rojizos dejando entrever los capilares oculares de Jeremy.
-Corrección,- dijo en tono de broma- yo no me he asustado, TU me has asustado- recalcó sintiéndose cómodo con ese ser aún el frío que hacía, que le caló hasta los huesos, haciéndole sentir como si sus huesos estuviesen envueltos y hielo en vez de músculos.
-Tienes razón, me declaro culpable- dijo el otro siguiéndole el juego- Estas temblando ¿Cómo se te ocurre ir tan fresco en pleno invierno?- preguntó retóricamente sin dejarlo contestar- ¿Quieres que vayamos a mi casa, como te había dicho?- Jeremy asintió intrigado '' ¿Cómo será su casa?¿Vivirá en una mansión o en algún apartamento discreto para no llamar la atención? ¿Tendrá ataúdes y gatos negros? ¿Telarañas y cadenas colgando del techo?'' se preguntó Jeremy mientras seguía al vampiro imaginando una de las típicas casas de película de terror, demacrada y tenebrosa, donde no se ve más allá de tus narices nada más que una densa oscuridad que aguarda mil peligros. Jeremy ya había estado en esa casa cuando Aidan lo trajo y se lo entregó a Alex, pero sinceramente el pobre humano no recordaba ni un solo detalle del lugar, ni si quiera la ubicación, el miedo le había dejado borrosa la memoria.
-No tontito, no hay ataúdes ni gatos negros- dijo tras leer su pensamiento- y si limpio a menudo tampoco telarañas- bromeó- y por cierto, es una mansión aunque no es mía, es de un amigo y yo me instalo allí- aceleró el paso, a ese ritmo no llegarían nunca, Aidan no estaba acostumbrado a trasladarse a paso mortal.
- ¿Alexander?- preguntó Jeremy recordando a ese otro vampiro, rey de sus pesadillas y señor de sus sueños durante un corto tiempo tras conocerlo.
-Sí, ese mismo, ¿recuerdas cuando te rapté y te di a Alex para que te comiera?- Jeremy asintió mirándolo de una manera acusadora ¿Cómo sería capaz de olvidar eso?- Me alegro de que acabaras con vida ese día- musitó el vampiro, no para Jeremy sino para él, pero el humano no pudo evitar sonreír por ese comentario- Ya hemos llagado- y de pronto, al levantar la vista, Jeremy vislumbró como un enorme edificio se alzaba ante él, majestuoso y, en parte, algo aterrador.
El vampiro condujo a Jeremy hasta dentro del lugar y ambos subieron las escaleras juntos mientras entre ellos reinaba un silencio sofocante, Jeremy estaba asustado pues sabía que iba a ser mordido y si esa ida nunca le había hecho mucha gracia, ahora que había experimentado el dolor del mordisco le parecía una idea aún peor. Aidan no quiso sacar el tema aún, no le convenía asustar más a su pequeña presa personal y solo se dedicó a conducirlo a la habitación mientras le proporcionaba pequeños y sutiles roces que lo hacían aumentar el ritmo cardíaco del humano.
Aidan sentó a Jeremy en la cama y este lo miró suplicante, como si quisiera echarse atrás y antes de que pudiese hacerlo Aidan habló.
- ¿Estas asustado? Te veo muy nervioso- se sentó en la cama, a su lado, y comenzó a acariciar la rodilla del humano, subiendo ligeramente por sus muslos para calmarlo pero solo lo tensó.
- La-la verdad es que sí... antes me daba miedo que un vampiro me mordiese, pero des de que tu lo hiciste m-me da mucho más miedo, es más doloroso de lo que imaginaba- confesó mientras su piel se erizaba y el vampiro se inclinaba hasta su cuello, sabiendo que Aidan no se detendría y que además él mismo había aceptado aquello, Jeremy apretó sus puños casi lloroso y esperó el mordisco. Una mano lo asió de la cintura con fuerza hasta que quedó sobre las piernas del vampiro y unos labios se posaron en su blanco y delicado cuello, tan delicioso que Aidan se moría por comerlo.
Solo sintió un pequeño beso en esa piel tersa antes de que los labios de Aidan se separaran de su cuello ¿acaso no iba a morderle? ''ojalá'' pensó.
-Relájate un poco- dijo Aidan mientras apartaba los cabellos, de aspecto canoso, del cuello de adolescente.
-Sí claro, e-es muy fácil decirlo- musitó el otro con miedo e ironía, estaba aterrado.
Aunque a Aidan le encantase aterrorizar a sus presas y en especial a Jeremy, supo que no debía morderlo de manera tan terrorífica si quería que el humano se mostrase más receptivo con él así que debía calmarlo.
El dulce olor de la sangre de Jeremy lo llamó, pero aún así se contuvo, eso era algo que se le daba mucho mejor que a Alex, contenerse, controlar sus instintos ''¿de qué me sirve el autocontrol si soy débil? Cambiaría mi capacidad de contenerme por la fuerza de Alex sin siquiera pensarlo. No puedo pensar en eso, no ahora, no con este precioso tentempié temblando y entregándome su jugoso cuello, como me teme, como le encanto, es tan mono'' pensó Aidan mirando a los cerrados ojos del humano.
- ¿Qué puedo hacer para que te relajes?- preguntó Aidan en un tono promiscuo del que Jeremy, debido a su miedo, no se percató.
- N-No sé, pero cuando me muerdas hazlo rápido por favor y no tardes en curarme, es realmente doloroso- dijo el chico apretando los puños de nuevo.
Aidan tuvo una idea, la otra vez antes de morderlo lo había besado para distraer un poco su atención y relajarlo así que eso podía funcionar, además de que Aidan ansiaba probar de nuevo esos marcados labios.
Aidan cogió las manos, pequeñas y encogidas con miedo, del menor y las colocó en su cuello, haciendo que el humano lo rodease, entonces él lo tomó por la cintura y lo pegó más a su cuerpo, lentamente se acercó a la boca del chico. Sus cabezas ligeramente inclinadas hacia abajo, haciendo que las frentes chocasen y las narices de rozasen y creando una tortuosa distancia entre aquellas dos bocas. Jeremy se puso nervioso, supo que el vampiro hacía eso de manera tan lenta y premeditada con la intención de que Jeremy supiese con certeza que lo iba a besar, pero ahora el menor estaba esperando a que eso pasase mientras derrochaba su cálido aliento cerca de los colmillos de Aidan.
El vampiro pudo ver como el humano cerraba sus ojos mientras entreabría su boca tímidamente, dándole vía libre para entrar en ella, para recibirlo.
- ¿m-me vas a besar?- preguntó nervioso al sentir unas caricias gentiles en sus costados y al notar que el vampiro prolongaba su espera antes de devorarle la boca.
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta: