-¿a ti te gusta mi cuerpo?-preguntó de repente Alex mirando sus abdominales y sabiendo de inmediato la respuesta a esa pregunta, no es que fuera un egocéntrico o un prepotente pero él era muy consciente de sus encantos. Esos músculos tallados en mármol, frio y blanquecino, que derrochaban fuerza y poder por todos lados y que ahora no parecían lucir amenazantes dejaron a Liu atontado, aturdido y distraído.
+Sí... tu eres... tu t-tienes un... emmm...- Liu quiso decirle la verdad a Alex, quiso decirle que sus músculos eran espectaculares, quiso alabarlo con la verdad pues a lo mejor así el vampiro se comportaba mejor con él- eres fuerte y a-alto... seguro, seguro que todas las chicas se te quedan mirando- dijo sintiendo algo menos de miedo, parecía que Alex podía ser amable, gentil, parecía que se quería portar bien con él.
-Pues es cierto- alardeó un poco Alexander en tono de burla haciendo sonreír al menor. Aunque verlo asustado, llorando y temblando de pavor era un espectáculo exquisito para el vampiro verlo sonreír le agradaba, era... curioso- ¿quieres tocar?- preguntó tensando sus músculos para hacerlos crecer.
+yo...- Liu se quedó petrificado, ni si quiera sabía la respuesta a la pregunta, el si quería tocar el cuerpo de alguien tan atractivo pero no de él, no del vampiro sádico que le abusó.
Alex tomó la mano de Liu con rapidez y la sostuvo sobre sus abdominales marcados. Liu temblaba pero aún así los recorrió con timidez.
+dios...- alcanzó a pronunciar sin poder haber dado más en el clavo, dios, Alex tenía el cuerpo de un dios. Alejó su mano con suma timidez y de manera demasiado lenta haciendo reír al vampiro.
-Tranquilo, no muerdo- bromeó. Pero a Liu esa broma no hizo más que recordarle su insignificancia al lado del inmortal. Alex se quedó mirando al humano sin poder resistirse a tener pensamientos sucios de toda clase, recordando o imaginando en su mente le hacía de todo a Liu.
En el piso de abajo se oyó un fuerte golpe perteneciente al ruido que hacia la puerta al cerrarse, unos pasos más suaves acompañaron este sonido.
-¡Cariño, ya estoy en casa!- se oyó la voz bromista de Aidan mientras ascendía por las escaleras a toda prisa. Pero había otro sonido, un sonido ahogado como si gritasen des de muy lejos, como si alguien tratase de hablar con la boca llena o tapada.
La puerta de la habitación de Alex se abrió de golpe dejando ante los dos chicos la imagen de un alto y apuesto vampiro con los labios rojos y chorreantes de hilos de sangre. Pero lo preocupante era que a sus espaldas tenía cargado a un chico, a un joven de piel morena y cabello grisáceo como las nubes tormentosas, de ojos claros. El adolescente iba amordazado y el hecho de que no presentara marchas o heridas indicaba a que Aidan había devorado a otra pobre alma. La cara angustiada del chico se chocó con la mirada divertida de Alex y lo reconoció al instante, lo miró desesperado esperando una mirada de sorpresa y compasión, pero Alex solo lo miró curioso recordando conocer a aquel mortal, sin recordar siquiera que se llamaba Jeremy.
-Te he traído algo- indicó zarandeando al chico amordazado que llevaba sobre sus hombros- es puto, así más que de cena te lo traigo por si el pobre inexperto ese no te satisface- explicó señalando a Liu- por cierto, hola Liu- lo saludó amable pero realmente no expresaba nada.
+Ho-hola- saludó este de vuelta preocupado por ver al pobre chico de más o menos su edad llorando tan desesperadamente.
-Llévate a Liu a tu habitación y deja a ese aquí- indicó Alex relamiéndose. Aidan sonrió satisfecho por esa petición, pues su amigo no sería el único que se divertiría. Aidan miró a Liu y este se levantó con las piernas temblorosas, sintiendo lástima y miedo por ese pobre chico, el cual reposaba en la cama de Alex sacándose la mordaza a toda prisa.
-Así que volvemos a vernos Josh, John, no espera ¿Joffrey? Jake...- Alex empezó a enumerar un cúmulo de nombres que solo enfadaron al humano, él había pensado en ese vampiro durante muchas noches mientras otros clientes menos agraciados le hacían el amor, o mejor dicho el sexo.
-Jeremy- espetó molesto sorprendiéndose por la expresión maliciosa de Alex- no pensé que te volvería a ver- añadió tímido.
-Ni yo que acabaría cenándote- advirtió prolongando sus colmillos, que solos salían de la boca para presionar los labios. Empujó al sorprendido menor haciéndolo caer violentamente sobre las alborotadas sábanas.
- ¡No! ¡No lo hagas! Yo creía que...- Los brazos de Jeremy fueron sujetos por las manos de Alex, los tomaron con fuerza por las muñecas y lo aplastaron contra la cama.
-¿Qué? ¿Qué es lo que creías? ¿Acaso pensabas que por haberte follado ya eras alguien para mí? Patético chico, pa-te-ti-co- enfatizó casa sílaba mirando a los enrojecidos ojos de Alex.
-Yo... yo solo pensaba q-que me dejarías vivir, bueno tu me... tu me debes una- explicó Jeremy sintiéndose intimidado, cómo temía a ese ser que le inmovilizaba y le mostraba sus colmillos pero como ansiaba su contacto, él solo quería recibir atención de alguien seguro de si mismo, de alguien poderoso, de alguien capaz de saber bien quien era él mismo.
- ¿te debo una? Explícame ahora mismo eso porque yo no creo deberte nada humanito- dijo en un tono imponente y notoriamente cabreado.
- Bueno la otra noche... no me pagaste- Alex sonrió, no le pagó porque no quiso y no por eso estaban en deuda- yo quería... quería preguntarte algo des de ese día- añadió el chico sin saber por qué lo hacía ¿acaso quería hacer tiempo para pensar en plan de huída?
- Di, pero ves de prisa porque muero de hambre- susurró en su oído. Tan exquisito se veía Jeremy temblando y con los ojos mojaditos, era como un reflejo de Liu pero menos perfecto, porque eso es lo que Liu era, perfecto.
- ¿Por qué lo hiciste conmigo? Es decir, podrías haber abusado de cualquiera pero tu... tu querías que alguien se entregase a ti, como si estuvieses frustrado por no poder conseguir a alguien ¿Quién ese quien no se deja dominar por ti?- Aquel humano, en su corta experiencia de vida, acaba de ver a través de Alex como si se tratase de un cristal y había conseguido nombrar lo que el vampiro sentía, sin que este mismo estuviese apenas seguro de eso. Alex enfureció aumentando la presión de las muñecas del chico, estaba realmente enfadado, furioso y rabioso.
-Hijo de puta eso es mentira... ¡yo no necesito que nadie se someta a mi! Tengo todo lo que quiero cuando quiero ¿entiendes?- espetó furioso ''este maldito mocoso trata de decir que quiero conseguir a alguien pero que soy incapaz ¿Qué se ha creído como para despotricar de mi de esa forma? Ni si quiera entiende que es la vida, ni el anhelo, ni la sumisión... no entiende nada ¡ es solo un puto crio! Estoy demasiado furioso con él, pero no acabo de entender porque... las mentiras de los demás sobre mi nunca me afectan no será que... ¿acaso tiene razón? No! Inconcebible, mi estado de ánimo no depende de la sumisión de nadie y no necesito a nadie'' pero daba igual lo que Alex pensase pues no podía negar la verdad, y la verdad es que necesitaba a Liu sumido a él, entregado, no por placer, no solo por eso... era como una meta personal, como una obsesión y en parte una necesidad. Jeremy tenía razón y eso cabreaba demasiado a Alex, le desgarraría el cuello hasta que los gritos y la sangre tapasen la realidad.
- yo p-puedo... hacerlo gratis contigo cuando no tengas lo que quieres... seré su-sumiso pero no me mates-ofreció como último recurso, dando a entender que él también disfrutaría si el vampiro aceptaba pues eso no lo hizo solo para salvar su vida sino que también ansiaba que Alex lo llenase de nuevo.
-¡vete a la mierda!- espetó Alex furioso y lanzándolo de la cama. Una mirada aterradora del vampiro, unos ojos inyectados en sangre y unos colmillos incandescentes fueron lo suficientemente horripilantes como para que a Jeremy se le helase la sangre de las venas y el hecho de que Alex se levantase de la cama fue el detonante que hizo correr a Jeremy hasta salir de la casa y, aunque nadie le seguía, corrió varias manzanas tropezando con sus propios pies para alejarse de Alex.
Jeremy solo necesitaba algo en su vida pero no sabía el que, puede que le sobraran cosas, desgracias y miseria mas concretamente.
Alex se preguntó porque había dejado escapar a su presa si no pensaba follárselo de nuevo, si solo pensaba hacer eso con Liu pero una respuesta apareció de repente en su mente ''es un chico listo... cualquiera que sea capaz de averiguar mi debilidad, antes incluso de que yo la supiera, merece una oportunidad pero si me topo de nuevo con él no habrá compasión'' pensó echado en la cama pensando o tal vez dejando la mente en blanco mientras sentía que la resta del mudo se empequeñecía a su alrededor hasta dejar de existir.
Cuando Liu vio abrirse la puerta de la habitación de Aidan le atrapó una sensación extraña causada por el ambiente del lugar. Era un cuarto totalmente normal, a diferencia del de Alex, excepto por los detalles de que tenía en una estantería una colección de calaveras de huesos sucios y polvorientos que parecían reales, de texturas ásperas. Otros dos detalles más le sobrecogieron: había una figura, labrada y bien tallada que había hecho Aidan, de un zombi a medidas reales, con sus ojos saliéndose de las órbitas carcomidas por los gusanos, lleno de cortes sangrantes del grumoso líquido verde; el segundo detalle fue el hecho de que del techo colgaran varias cadenas que seguro que no tenían fines propios de alguien cuerdo.
Aidan se acomodó en la cama y Liu se sentó, incómodo, a su lado.
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