El dulce cantar de su sangre

 -Oye hijos de puta- dijo Alex con desgana, conversar con mortales era aburrido (excepto si se trataba de Liu) pero no podía matarlos porque sino su presa se daría cuenta de que había hecho algo por él- solo os lo diré una vez: no vais a tocar a Liu nunca más en vuestras cortas vidas si no queréis que sean más cortas aún- vio como los chicos soltaban unas carcajadas forzadas, no estaba de humor como para que un grupo de mortales le hiciesen burla así que con rapidez mostró sus colmillos y se hizo el silencio. Los chicos enmudecieron- no es una sugerencia, es una orden y una amenaza ¿entendéis?- todos movieron al unísono sus cabezas para asentir- y ni se os ocurra comentarle nada de esto a Liu, simplemente evitadlo y ni lo toquéis, no quiero siquiera que le dirijáis la palabra- Todos asintieron de nuevo y echaron a correr, abusones se hacían llamar, pero a la hora de la verdad solo eran humanos que huían despavoridos ante la presencia de un ser superior- putos mocosos- gruño con rabia y coraje Alexander , de pronto su rostro se encendió al recordar que ya era la hora de ver a Liu ¿tan ansioso estaba por encontrarse con un simple mundano?

Liu empezó a tranquilizarse, ya eran las siete y el vampiro no había llamado a su puerta ni había entrado misteriosamente por su ventana. Liu llevaba todo el día sin comer ni beber, el eco generado por el ruido de su ansioso estómago le hizo algo de gracia. Confiadamente se despojó de los mantos que le cubrían y fue a la cocina a por algo de comida, pensó en prepararse un sándwich de mermelada o de jamón pero no se sentía con fuerzas así que simplemente marcó los números en el teléfono y pidió una piza a domicilio, una cuatro quesos, su favorita. Su garganta se sentía más seca que el desierto del Sahara así que cogió un vaso, normal, transparente y en forma de cilindro y lo rellenó del agua turbia del grifo, pero eso no importó pues no dio ni un trago. Dejo caer el vaso de agua al suelo antes de llevárselo a la boca cuando al girarse vio a Alex sentado cómodamente en su sillón, leyendo un libro que tenía sobre la mesa, ‘’nubes de kétchup’’, como si esa fuese su casa. El cristal chocó contra el suelo haciendo un ruido sordo y sin romperse de milagro, solo se derramó la escasa agua formando un charquito en el suelo que mojó los pies de Liu pues andaba descalzo.

+ ¡¿q-que haces aquí?!- Liu quiso gritar pero solo un susurro salió de su garganta seca y, ahora, anudada.

-Fui al bar pero no estabas, es de mala educación dejar plantado a alguien que te está esperando ¿sabes?- Alex cerró el libro y cruzó las piernas esperando la reacción de Liu, posiblemente se decidiera por leerle un poco la mente si no respondía.

+ También es de mala educación acosar a alguien y abusar de él…- Liu se tapó la boca al instante dándose cuenta del tono de sarcasmo tan poco adecuado que acababa de usar.

-Yo no he abusado de ti, solo te robe un par de besos y uno era sin lengua- dijo Alex levantándose de la silla y acercándose al chico, pasó a su lado tomándolo sutilmente de la mano y llevándolo hasta la  habitación del chico.

+ Pero yo no quería…- dijo Liu molesto. Aquel sinvergüenza lo estaba llevando a su habitación como si él fuera el invitado en una casa ajena. ‘’ ¿Qué quiere hacer conmigo este vampiro pervertido? Me da miedo negarme a lo que el quiera hacer conmigo… podría enfadarse. Pero yo de verdad no quiero’’ pensó al ver que el sujeto se sentaba en la cama, los muelles de esta crujieron bajo su peso.

-Siéntate- dijo Alex dando suaves golpes en sus piernas para indicar donde Liu debería posarse- como si estuviese en tu casa!- rio. Liu ignoró el gesto y se sentó a su lado sintiendo la descomunal diferencia de alturas, entonces se armó de valor para entablar una conversación con el vampiro, quizás si lo entretenía lo dejaría en paz.

+ ¿Puedo preguntarte una cosa?- Alex lo miró con curiosidad y asintió mirándolo fijamente a los ojos- ¿Cuántos años tienes? Es decir, que pareces de 22 pero… ¿cu-cuantos tienes realmente?- Liu lo miró preguntándose cómo debía ser la vida eterna, se le antojó aburrida.

-Hagamos una cosa, tú dirás la edad que crees que tengo y si en tres intentos no las has acertado dejaremos de ser amigos- El rostro de Liu se iluminó, Alex le estaba dando una maravillosa oportunidad para librarse de él.

+Vale!- gritó entusiasmado Liu. Alex le lanzó una mirada maligna que le hizo estremecerse.

-Dejaremos de ser amigos para ser algo más- acabó la frase con maldad después de la gran pausa- y ya no puedes negarte- Liu solo lo miró atónito.

‘’ mierda, mierda, mierda… la he cagado… ¡sabía que no podía ser tan fácil! Me ha hacer cosas joder… no sé lo que me hará pero no quiero! Pensó Liu mientras los ojos se le llenaron de lágrimas. Alex se compadeció tras leer sus pensamientos,  muy pocas veces tenía compasión y tenerla en ese momento de irritó.

-Mil seiscientos sesenta y seis- dijo Alex resignado y con aburrimiento- esa es mi edad. Mil seiscientos sesenta y seis años- dijo de nuevo con una melancolía punzante.

+Eres… realmente eres muy antiguo- dijo Liu viendo como el otro no le atacaba aún, intuía por el hecho de que Alex le hubiese dicho su edad que seguían siendo amigos.

-De los más antiguos- sabía que había mostrado demasiada debilidad ante el humano, tenía que repararlo, infundirle miedo de nuevo- Sabes… me muero por comer algo y tu hueles como un manjar- dijo sin mentir aproximándose al cuello del chico. Este retrocedió hasta que chocó con el cabecero de la cama, entonces Alex fue incapaz de contenerse, tenía pensado parar e irse pero se aproximo gateando al humano indefenso como un felino majestuoso.

Uno encima del otro los dos se miraban a esas puertas del alma llamadas ‘’ojos’’. Los de Liu estaban empapados y chorreantes, los Alexander estaban llenos de lujuria pero vacios, vacios de vida, carentes de calor. Las manos de Liu lucharon por separar de su cuerpo al ser que cada vez se pagaba más a él. Se quedó inmóvil cuando con una sola mano Alex cogió sus muñecas, apretándolas en su puño y las sostuvo firmemente inmóviles sobre su cabeza. Un chillido de dolor llego meloso a filtrarse por los oídos del vampiro y este relajó el agarre como respuesta. Alex sentía como la sangre le llamaba, le dio igual todo, le dio igual su plan de seducir al humano, le dio igual el funcionamiento de su juego, simplemente oía como la sangre corría bajo el cuello del chico y por todo su cuerpo.

+No! No! P-Para! Te lo suplico… no me hagas daño!- gritaba Liu retorciéndose. Alex atrapó las piernas del humano entre las suyas, ahora ya no había escapatoria, sus gritos parecían murmullos distante bajo el grito de la sangre ‘’cómeme, bébeme’’ clamaba esta ansiando salir de las venas.

-Liu…- susurró Alex en trance cegado por la sangre… no, no era la sangre. Era el deseo que sentía por ese humano. Esa noche solo le tantearía, aún no entraría en él pues por algún motivo a Alex le preocupó que el muchachito no pudiese soportarlo ¿des de cuando le importaba lo que sintiese un humano?- si te estás callado y quietecito prometo no matarte- dijo pulsando con su mano libre la yugular, acariciando su cuello.

+ p-pero no quiero que me hagas daño… me dijiste que no me lo harías, por favor- Liu solo temblaba bajo el poderoso cuerpo y su propietario no hacía más que mirar a Liu con unos ojos aterradores que parecían capaces de matar con solo mirar mal.

-Nunca te fíes de un vampiro humanito- dijo sonriendo sádicamente. Liu abrió los ojos de par en par, sabía que estaba perdido. Sintió los dientes rozar su cuello y la lengua recorrerlo humedeciéndolo, estaba a punto de pasar, un vampiro lo iba morder sin piedad. Sus sollozos lograron ablandar al vampiro que se maravilló con su terror- te perdono el mordisco solo por esto, que te quede claro- acto seguido descendió a su boca de nuevo, mordió sus labios estirándolos y los saboreó con parsimonia, los dejó ir para penetrar en esa boca, profanándola con su lengua, una y otra vez el chiquillo gemía en su boca deseando que todo acabara. El beso se detuvo cuando Liu creyó que no aguantaría mas y allí se quedó, solo, tendido sobre la cama y sudando, respirando con dificultad y llorando.

 Alex estaba confuso ¿Por qué le había empezado a gustar tanto ese pequeñín? Ya no quería matarlo, deseaba conservarlo. Liu maldijo su suerte y pensó que si Alex hubiese sido un chico humano, un chico educado que le hubiese pedido salir ahora estaría tímidamente besándose con él, si hubiese sido un ser mortal que le hubiese conquistado y tratado bien… porque sabía lo atractivo que era Alexander, pero era un vampiro, temible y lujurioso que había abusado de él y lo haría con más intensidad en un futuro.


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