El olor del miedo esta noche

 Ahí estaba Alex, esperando delante de las puertas enormes, que le recordaban a las de su casa, del ''hogar'' de Mörblut, por primera vez en mucho tiempo se sentía inseguro, quizás si entraba sin el permiso del otro Liu sufriría las consecuencias, pero quizás las sufría si no lo hacía.

Escuchó un pequeño sollozo venir de dentro de la casa y no dudó un segundo en abrir con violencia las puertas, la vocecilla que había oído era inconfundible, Liu estaba ahí, y no en buenas condiciones.

Lo que allí vio habría hecho que se le cayese el alma a los pies si tuviese una. Liu estaba con la ropa rasgada y lleno de pequeños cortes que no llegaban a cicatrizarse bien puesto que estaba mal alimentado e hidratado, su pequeño cuerpo lo era aún más, su delgadez se hacía presente en las líneas formadas en su pecho por las costillas que comenzaban a ceñirse a la piel. El pelo sucio y desordenado era lo de menos, pero caía sobre un rostro blanquecino y pequeño lleno de cortes también, con unos ojos hinchados de llorar ya incapaces de abrirse sin un buen motivo, unos labios que antes había sido rojizos y jugosos ahora estaban sin color y agrietados, sin haber probado una gota de agua des de hacía días. Temblando de frío y miedo, con algunas gotas de sangre de las cortadas más recientes corriéndole por el cuerpo y manchando su harapienta ropa. Colgaba del techo balanceándose y meciéndose involuntaria y levemente por unas cadenas mugrientas que atrapaban sin cuidado sus muñecas, rasgándolas y creando heridas, haciendo que tuviese una posición sumamente incómoda. Sin lugar donde apoyarse su cabeza, cuyo peso no tenía fuerzas para soportar, caía hacia delante y sus manos se agarrotaban débilmente contra la fría cadena que las sostenía. Le costaba respirar y su seca garganta no podía emitir más que quejidos, aquello era tan solo una sombre del Liu más miserable que jamás pudo existir.

A Alex le dieron ganas de volverse loco y destrozar el lugar entero a golpes a mordiscos incluso, pero tenía un plan, un plan que podía salir bien o podía arruinarlo todo, un plan donde estar a punto de perderlo todo significaba poder recuperarlo ¿Qué clase de plan sería ese?

-Veo que has venido, ya estaba pensando en si comérmelo o no- dijo Mörblut apareciendo entre las sombras mientras se limpiaba de la boca bastantes rastros de sangre, por suerte no era sangre de Liu, no la había probado.

-¿Qué es lo que quieres que haga?- preguntó Alex usando un tono frío y calculador, no parecía enfadado o triste, pero tampoco se mostraba completamente amistoso, trató de relajar su cuerpo al máximo y no mostrar una apariencia amenazadora, todo debía salir según lo planeado.

-Es simple- miró a Liu, quien abrió los ojos al reconocer la voz de Alex y, sin poder articular palabra, lo miró lloroso mientras lograba, usando las pocas fuerzas que le quedaban, mover los dedos de sus manos y pies- mátalo, muérdelo y desángralo- exigió viendo como el chiquillo no podía ni pensar, trató de leerle los pensamientos como ya hacía mucho que no hacía pero solo encontró un montón de miedos e inseguridades, ideas temerosas desordenadas, frases sueltas e imágenes como ''tengo miedo'', ''me voy a morir'', '' ¿y Alex?'' y una de esas ideas fue la que más le sorprendió, no parecía las más lógica pero si era sincera ''Quiero estar con Alex otra vez, quiero estar como cuando me trata bien, necesito a Alex, se que Alex vendrá, Alex...''

-De acuerdo- algo pequeño, algo que se estaba apagando dejó de funcionar dentro de Liu, sin hacer ruido alguno todas las lágrimas que retenía en sus ojos salieron sin más, dejó de moverse y volvió a cerrar sus ojos ''Nunca te fíes de un vampiro'' esas palabras nunca parecieron tener tanto sentido como en ese momento, nunca debió fiarse de Alex, al principio pensó que era porque lo destrozaría, físicamente, y lo usaría, pero ahora comprendía que aquello lo estaba destrozando a otro nivel, lo estaba matando.

-Es solo un humano, pero ha sido importante para mí, lo único que quiero es ser yo quien lo mate-Alex conservando aparentemente la calma, la ira que se formaba en su interior y la rabia hacia si mismo al ver la expresión abatida de Liu no debían salir aún.

-He pasado muchos años buscando vampiros con mi edad, no sabes lo decepcionante que fue encontrar a alguien con tal poder, como tú, cuidando de eso- señalo de nuevo a Liu, ahora con una mueca de asco y desprecio- solo quiero aprovechar tu potencial, me alegra que lo entiendas. En verdad, tu y yo podríamos ser grandes amigos-Alex solo le sonrió, aunque notaba como si un ácido de otro mundo le quemase por dentro al hacerlo, claramente el ingenuo y no tan grandioso Mörblut le sonrió de vuelta, cosa que Alex apreció, ya estaba dando los primeros pasos para que todo saliese bien, pero para que su plan funcionase primero debería hacer algo de lo que probablemente se arrepentiría toda la eternidad.

Mörblut sacó de su bolsillo una pequeña llave, se acercó a Liu sin reparar en su penosa condición y encajó la llave en los grilletes, la giró y estos se soltaron, abriéndose de golpe y haciendo que Liu cayese duramente contra el frío suelo del que no podía levantarse. Alex murió de ganas de correr hacia él y salvarlo, curarlo, ayudarlo, abrazarlo... quería tenerlo otra vez.

-Todo tuyo- dijo alejándose del chico y sentándose de nuevo en su majestuoso trono, como si se tratase de un rey a punto de observar su función favorita.

Alex se acercó con rapidez y demasiada impaciencia, sostuvo al menor en sus brazos y casi se emocionó, hacía demasiado que no lo tocaba ya hora se sentía demasiado débil. Lo apretó un poco contra su cuerpo sintiendo su aroma, ah, ese aroma que no se había hecho más débil, ese olor tan delicioso que el mortal poseía y que tanto despertaba sus instintos hasta ahora controlados. Dejó que sus colmillos crecieran, notándolos ya deslizarse por su labio inferior, sobresaliendo de su boca y listos para atacar, esos colmillos que no sentían nada más que el simple deseo por la sangre, sin maldad o bondad, solo deseo, solo hambre.

Apartó el pelo del chico de su cara y echó su cabeza para atrás dejando su cuello, pequeño y tan delicioso como siempre, expuesto y más indefenso que nunca; recordó entonces cuantas veces había deseado hacer eso, cuantas veces había querido morderle, aunque no así, no de esa forma; igualmente no podía negar que iba a disfrutar aquello enormemente, olvidándose de todo mientras la sangre del moribundo inundaba su boca, le sabía mal disfrutar de eso, le parecía que estaba mal pasarlo bien mientras lo hacía, pero esas sensaciones estaban más allá de su alcance, no las podía controlar.

Arrodilladlo y con un pequeño cuerpo de cuello expuesto sobre su regazo, dudó. Los ojos sin brillo de Liu se abrieron de golpe y Alex tragó saliva, parecía que el pequeño quería decirle algo pero no podía, tampoco hacía falta, el mensaje se captaba a la perfección.

Se acercó a su rostro, tenía ganas de besarlo pero eso lo habría fastidiado todo, no podía actuar así delante de Mörblut, bajó a su cuello y lo olió de nuevo, dejó ir un suspiro y tubo una idea, quizás podía hacer entender a Liu que todo aquello era una simple actuación.

Besó su cuello solo un instante, pero el pequeño reaccionó, cosa que no duró mucho pues pronto sintió los colmillos enterrarse de golpe, reventando sin cuidado y con prisas su piel, Alex no quería prolongar su sufrimiento así que hundió el resto de dientes y bebió con rapidez, casi se ahogaba con tanta sangre en la boca pero quien realmente lo estaba pasando mal era Liu, aunque solo duró unos segundos. Cerró sus ojos cayendo inconsciente poco después de sentir los colmillos, así era mejor, así no sentiría tanto dolor.

Pensó que sería incapaz de controlarse, creyó que realmente lo mataría, pero aunque aquella delicia, más dulce de lo había podido imaginar y de lo que lograría recordar, recorrió sin molestias toda su boca y su cuerpo pudo al fin alejarse de ese manjar. Dejó a Liu en el suelo, inconsciente y con una enorme herida, que parecía un cráter rojo, en su pequeño cuello, miró como la sangre seguí escurriéndose fuera del alcance de Liu, quien ya se hallaba muy lejos, quizás soñando en su dulce y distante inconsciencia. Pero Liu aún vivía, pero no por mucho tiempo pues se estaba desangrando, Alex debía actuar rápido.


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