Esta vez no te dejaré escapar

 Jeremy estaba a cuatro cuando decidió apoyar sus manos y ante brazos en la almohada mientras subía su trasero poniéndolo en pompa y más expuesto para el vampiro que ahora lo acariciaba sin parar.

A Jeremy se le borró la sonrisa de la cara cuando sintió la primera cachetada  que dejó la mano del vampiro marcada en sus nalgas redondas y perfectas.

-¿Quién es el más fuerte?-preguntó Aidan recordando aquella noche en que había hecho lo mismo para poder, de una vez por todas, sentirse superior.

-T-Tu eres el mas fuerte- respondió el chico con miedo, aquello lo aterraba al saber de lo que Aidan eran capaz pero ese el precio que pagaba por su compañía y por el bienestar que esta le daba. Aidan estaba también desnudo y sin lubricación ni preparación colocó el miembro entre aquellas pomposas y preciosas nalgas, justo delante de su entrada diminuta y sonrió acariciando la espalda del humano que ahora estaba notablemente tenso.

- ¿tienes miedo?-preguntó con una prepotencia y superioridad que hubiesen molestado a cualquiera que las escuchase, a cualquiera menos a Jeremy, el lo dejó pasar deleitándose con el sonido de aquella voz varonil.

- S-Sí- respondió algo avergonzado Jeremy pensado que el vampiro se reiría de él, pero en vez de eso solo pudo contemplar una mueca de satisfacción antes de sentir toda la longitud y grosor del miembro del otro hundirse en su entrada que ahora le dolía horrores. Gritó de dolor y incluso mordió la almohada para calmar sus chillidos- me haces d-daño, por favor no seas tan duro...- pidió girando la cabeza y mirando con sus ojos mojaditos a los orbes oscuros, casi negros, del vampiro que destellaban con un brillo de locura bajo la luz de la luna.

Aidan estaba tan maravillado con aquel niñito sumiso que le temía pero le necesitaba que por un momento se olvidó de sus malditas auto exigencias y acariciando la espalda de Jeremy descendió hasta su cabeza y  tocó los sedosos labios como queriendo callarle antes de empezar a embestirlo con una fuerza que lo destrozó. Tomando al pequeño por las caderas sacaba su falo palpitando y cada vez más grande y después lo impulsaba de una estocada arremetiendo hasta lo más hondo del pobre chico que gritaba y se sacudía temblando y sudando con cada una de las embestidas crueles de su dominante y apuesto vampiro.

-¿Quién manda aquí?- preguntó siguiendo con las embestidas que no dejaban respirar al chiquillo. Entre jadeos el humano trato de responder pero cada vez que sentía ese falo vaciarle y volver a golpear en su interior haciendo arder y doler todo su trasero se quedaba sin palabras. Aún todo el dolor el placer no se alejaba de los gemidos lujuriosos del pasivo que deseó algo más de delicadeza en ese acto-No te oigo responder Jeremy ¿acaso no te doy suficientemente duro?- Y sus embestidas se intensificaron no solo en fuerza y potencia sino también en velocidad y profundidad mientras Jeremy no podía evitar llorar y chillar de dolor mientras ahora trataba de huir inútilmente pues el vampiro lo tenía agarrado tan fuertemente de la cadera que sus manos dejarían fuerte moratones allí.

- T-Tu... m-mandas... no más d...uro por... por dios...- pidió Jeremy agotado y llegando a su límite. Al oír la vocecilla rota e inocente de Jeremy pronunciar aquellas palabras de miedo y sumisión Aidan se corrió al instante soltando un gemido ronco mientras el chico soltaba un quejidito angustioso pues sentir el semen de Aidan dentro suyo le hizo sentir más dolor. Un jadeo se escapó de la boquita acaramelada del humano cuando Aidan salió de él con demasiada rudeza y el chico cayó rendido y bocabajo sobre la cama sin fuerzas como para mover un solo dedo.

Aquella vez el acto había sido mucho más corto pero la intensidad y brutalidad que Aidan empleó compensó la diferencia de tiempo.

Aidan se vistió con rapidez mientras el humano reposaba desnudo y sacó su billetera, era hora de pagar por los servicios del humano.

-Te lo has ganado- Dijo dejando en la mesa dos billetes de quinientos sin saber bien porque cuidaba tanto al humano, pagándole para que no le faltase nada cuando lo necesitase ¿acaso le había cogido cariño? Eso era algo que realmente no podía negar.

-¡espera!- exclamó Jeremy sacando valor de donde no lo había para pronunciar aquella palabra. De nuevo Aidan estaba con el pomo poco lustroso de la puerta entre las manos y esta vez Aidan no se iría, aquel vacío que Jeremy sentía con su partida no se repetiría, no, aquella vez no, aquella vez no dejaría a Aidan marchar- quédate por favor...- sin mirarlo pronunció aquellas palabras que creyó que serían ignoradas.

 Incluso Aidan se sorprendió cuando este mismo cerró la puerta y se dirigió al asombrado Jeremy '' ¿de verdad me voy a quedar porque me lo pida un humano? Pero no me puedo resistir, para él yo soy fuerte y poderoso pero no solo eso... para él soy alguien, aunque es porque no tiene a nadie... Esos ojos tan claros me miran de esa forma que me dan ganas de acercarme y susurrarle al oído << tu no mereces esta vida, tu eres bueno, puro, yo no >> pero también me dan ganas de matarlo, comerlo entero y no dejar ni un poco al resto del mundo'' pensó el vampiro sentándose en la cama del humano, aún ninguno de los dos era capaz de asimilar que Aidan hubiese hecho ese acto desinteresado  por otro.

-Vaya, has paso de ser un cachorrito asustado que me suplicaba que la sacase a ser el que me pide que me quede ¿acaso eres bipolar?-bromeó Aidan y acto seguido se percató del semblante triste de Jeremy, parecía que aquella burla le había herido- ¿Quieres que te ayuda a vestirte? Creo que te he dejado demasiado débil como para que lo hagas solo- dijo con un tono amigable.

-Sí a-ayúdame por favor, es que aquí hace realmente mucho frío- dijo mirando la ventana rota, no tenía dinero como para vivir en condiciones y sabía que eso a la larga lo acabaría matando.

Aidan sonrió por enésima vez aquella noche y se acercó al humano, empezó por girarlo bocarriba y una vez así se detuvo un rato hipnotizado por su belleza deslumbrante; tras eso cogió sus bóxers y se los puso con cuidado pudiendo notar que la entradita del chico estaba realmente dañada por su culpa, pero no llegó a sentir pena por ello. El resto de la ropa del chico estaba hecha un sucio manojo en el suelo y además la había usado por días, no tenía con que vestirse y Aidan se percató rápido de ello y reaccionó al instante sacándose su propia camiseta y poniéndosela al chico que lo miró sorprendido. Una carcajada amenazó con colarse por la boca de Aidan, aquella camiseta suya quedaba exageradamente grande con el cuerpo esbelto y sutilmente musculado del otro, las mangas ocultaban las manos y el final de la camiseta llegaba a sus rodillas o casi.

-Pero...- dijo el humano mirando la camiseta y acto seguido el musculado torso del mayor- vas a tener frío- y eso si arrancó una carcajada melosa y grave, incluso cálida, por parte del mayor.

-Yo siento el frío y el calor, pero no padezco por ello, no me desagradaría estar desnudo en medio del Ártico así que no te preocupes- dijo con una voz más fría aún que el  clima de aquella noche, pero realmente no quiso expresar esa distante frialdad.

- Gracias entonces – dijo Jeremy que ahora que había conseguido estar en compañía de Aidan no sabía bien que decirle, o más bien no le resultaron necesarias las palabras pues con su simple presencia le hizo sentir seguro, como en casa- ¿realmente p-porque me pagas de más? Te doy pena, ¿cierto?- preguntó con una lástima cargante en sus ojos claros y casi blanquecinos.

- Yo no siento pena, ni amor, ni afecto, yo no siento nada- Y con esas palabras algo se rompió dentro de Jeremy como si se tratase de un cristal que ahora hecho añicos se había incrustado en lo más hondo de su anatomía- si te pago de más es porque puedo hacerlo, nada más, tu no me das pena... Y si  sintiese esas estupideces humanas- que realmente las sentía puesto que su capa de frialdad, que a su parecer era lastimosamente menos trabajada que la de Alex, se derretía cerca de alguien tan cálido como Jeremy- tampoco me darías pena- concluyó mirándolo profundamente, penetrando con la oscuridad de sus ojos en aquellos orbes de cristal tintado.

- ¿p-porque no? Yo se que todo el mundo se apena de mí, soy un preadolescente sin familia que se tiene que prostituir para comer- dijo Jeremy amargamente pensando en que quizás a Aidan le importaba tan poco que sería incapaz de compadecerse.

- Por eso mismo no me darías pena, tienes 15 años y aún así eres más fuerte y perseverante que todos esos cuarentones trajeados que se supone que están en la cúspide del mundo, la vida no vale nada, pero si así fuese la tuya valdría mucho más que la de la mayoría de lacras de la sociedad- comentó Aidan mirando a Jeremy con lo que puede que fuese admiración, aunque no se supo muy bien lo que era pues Aidan ocultaba bajo el manto oscuro de sus ojos aquello que sentía o pensaba.

- ¿De verdad piensas eso de mi?- preguntó Jeremy con los ojos brillantes de emoción, casi llorosos. Era la primera vez des de que alcanza su memoria que a Jeremy le habían hecho un cumplido y, aquel cumplido, fue sublime y además provenía justo de la persona indicada- ¡Gracias! Nunca nadie me había dicho algo así, nunca me habían dicho que mi vida valía algo y aunque es muy simple te lo agradezco... P-Para ser un vampiro me caes mejor que todos los humanos que conozco- rió Jeremy dándose cuenta de que aquello que decía era verdad.

-Eso es porque no me conoces bien, soy un verdadero monstruo pero esa faceta no tengo interés en mostrártela, te asustarías demasiado además de que ya estas algo acojonado- Prosiguió el vampiro mientras, sentado en la cama junto al humano, se acercó ligeramente a su acompañante- aunque tienes valor, pocos han logrado hablar conmigo, hay que reconocerlo- dijo sonriendo Aidan y acercando su penetrante mirada de nuevo a los orbes claros que huían tímidamente chocando con un paisaje desolador.

-Te tengo miedo como es natural pero eres agradable, al menos conmigo- dijo Jeremy sintiéndose más seguro a la hora de hablarle a Aidan, parecía que había cogido mas confianza aún sin perder el miedo; sus palabras podían captar la atención de vampiro y eso le hizo sentir único- Bueno hay momentos en los que no eres agradable- y miró al aludido con unos ojos bromistas que trataban de recriminarlo como si lo señalase más intensamente con la mirada que con el dedo.

-No me pidas que dome a la bestia- sonrió el otro giñándole un ojo- puedo tratar de ser más gentil pero se me haría tan difícil- se victimizó el cazador haciendo un tierno puchero- Jeremy – lo llamó, llamando también toda su intención y preocupación pues usó un tono muy serio y su expresión de ensombreció, parecía un medico tratando de comunicar a los padres el fallecimiento de su hijo , del paciente ¿recibiría Jeremy malas noticias también?

- ¿Si?- insistió le humano ante la pausa dramática de Aidan que causó una tensión tan tajante en el ambiente que casi corto en pedazos el sitio entero, como un cuchillo de mil filos.


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