- ¿D-Dentro de una semana?- Samuel sonrió con amargura, fingiendo bienestar mientras el chiquillo se secaba las lágrimas, y alargando la mano con temor y empatía, secó las del vampiro también, cuyo corazón se paró o simplemente volvió a funcionar después de tantos años muerto.
- Sí, pero solo te pido que estemos juntos y tan bien como ahora durante esa semana. Después ya no tendrás que pasarlo mal, te prometo que lo solucionaré- musitó en su oído antes de comenzar a comerle el cuello tan lenta y sensualmente que el joven solo pudo deshacerse en sus manos.
Eran unos mordiscos, lametones y chupetones voraces, el menor estaba algo asustado, sí, pero la pasión con la que el otro succionaba su piel hasta hacerle daño y después la soltaba para lamerla, una vez morada, y después morderla creando más marcas en ella, era simplemente incombatible, Aaron solo podía rendirse ante él, no le quedaba nada más por hacer en esa situación.
El chico agarraba el pelo del vampiro, como si quisiese domar a la bestia o dirigir las riendas del vampiro que con su boca se cabalgaba a su cuello entre mordiscos y lamidas. Aaron gemía algo y con una gran vergüenza mientras soltaba leves gritillos de dolor.
- Gracias por quererme, Sami- jadeó un instante, hablando tan rápido y bajo que el mismo Samuel apenas se creyó que hubiese oído eso de verdad.
Dos años solo sin siquiera hablar con alguien y ahora estaba en la cama de un hombre de veinticinco años de apariencia mientras le comía el cuello como si fuese su amante. Bajó a sus clavículas, mordiendo y besando como si no hubiese un mañana, porque aprovecharía esa semana al máximo, todo el tiempo que le quedaba lo llenaría de su pasión, y llenaría a Aaron de todo su cariño y amor.
-Tú no me tienes que agradecer nada- susurró mientras seguía besando su cuello, al humano se le notaba a la legua que no podía gozar más de sentir la lengua y labios del vampiro sobre su cuello y clavículas, marcándolo sin cesar.
Pronto Aaron se sintió totalmente acalorado mientras el otro descargaba toda su pasión en el pequeñajo, pasando sus manos por dentro de su camiseta y acariciando su vientre, agarrando su cintura con firmeza y apretando sus costados mientras besaba su cuello con ansias.
Las sensaciones eran muy fuertes y Aaron apenas podía controlar sus gemiditos y ruidos de placer la notar tantas caricias y el sentir la cercanía abrumadora del cuerpo del otro, que lentamente se metía entre sus piernas y se movía poco a poco causando que una excitación morbosa creciese en el menor.
Las manos del vampiro seguían bajo su camiseta, acariciando el plano y blanco vientre con dulzura, hasta que dejó de lamer el cuello para acompañar esas caricias con su boca, metió la cabeza dentro de la camiseta del chico y primero besó su pecho, el lugar donde estaba aquel corazón de rápidos latidos, después le subió la camisa para hacerse más espacio y para asegurarse de que su pequeño veía cada una de sus acciones.
Comenzó besando cerca de su ombligo y lamiendo este lentamente, rodeándolo con la lengua divertido y burlón al ver al chico tan concentrado, siguiendo con sus ojos el recorrido de la boca de Samuel.
Samuel tomó los extremos de la camisita y miró a Aaron buscando su aprobación, el chiquillo estaba tan nervioso que apenas entendió la finalidad de esa mirada, pero tras un rato lo comprendió y subió voluntariamente sus brazos permitiendo que Samuel lo dejase sin la parte de arriba de la ropa. ¿Qué estaba pasando? Aaron no lo sabía, pero comprendía que necesitaba todo ese amor que Samuel trataba de transmitirle.
- ¡A-AH!- Gritó asustado cuando los colmillos de Samuel comenzaron a mordisquear y mascar la tierna piel de sus costados, como si quisiese comérselo, pero no por ello se detuvo, sino que siguió mordiendo y cuando los colmillos iban a rasgar la piel se detuvo, aquella piel blanca llena de pequeñas marquitas era hermosa y Samuel no dudó en lamerla, pasando su lengua por delante de la tripita de Aaron.
Después de eso se situó en su bajo vientre y besó allí, pero sus labios no se separaron de la zona y comenzaron a succionar dolorosamente haciendo que el chiquillo se retorciera un poco hasta que su piel fue liberada de la boca del vampiro, ahora se tornaba morada y casi la sentía palpitar, pero debía admitir que le resultaba terroríficamente curioso ver como el vampiro lo marcaba tratando de ser gentil.
El próximo chupetón fue en su costado derecho, justo donde su cintura comenzaba a curvarse casi imperceptiblemente.
En tono momento sus manos habían estado agarrando al menor de las caderas impidiendo que escapase, cosa que Aaron no pensó ni por un momento. Samuel besó de nuevo esa barriga plana y delgada, de piel tersa y deliciosa, y después comenzó a lamerla hasta dejarla totalmente cubierta por el paso de su lengua. Una vez hecho eso subió a su pecho y miró con gracia los pezones del muchacho, rosados y totalmente erectos y una vez sus ojos estaban ahí, Aaron también se percató de las reacciones de su cuerpo y se asustó.
- P-Perdón- dijo pasando sus brazos frente a sus tetillas queriendo tapar su vergüenza, pero Samuel se lo impidió tomándolo de las muñecas y apresándolas para azotarlas contra el colchón para dar después un piquito al niño, que puso sus labios en forma de trompa queriendo corresponder al pico de forma inocente e infantil incluso- S-Sami- lo llamó interrumpiéndolo pues este volvía a comerle el cuello con amor y mucha sensualidad- ¿tú me vas a... ha-hacer ''eso''?- preguntó nervioso y removiéndose bajo su cuerpo, sintiendo que el vampiro de entre sus piernas se quedaba quieto y después continuaba con sus pequeños movimientos.
- Solo si tú quieres- siseó mientras seguía con sus besos y caricias, ahora bajaba ignorando la ya mordisqueada clavícula que se encontraba llena de marcas y descendió hasta los rosados pezones del muchacho.- No voy a forzarte a hacer nada que detestes, así que dime Aaron ¿Puedo ?- preguntó apoyando su barbilla en el pecho del menor y deteniendo todos sus actos.
- ¿Dolerá como aquella vez?- preguntó el muchachito al ver el rostro serio del vampiro. Este sonrió y se acercó a su rostro, comenzó a acariciar la naricilla respingona del chiquillo con la suya mientras negaba con la cabeza, los ojos del vampiro se perdieron en los labios del humano mientras la negación de su cabeza desaparecía poco a poco, deteniendo ese movimiento y comenzando a acercarse a su boca.- E-Entonces puedes...- dijo el chico, pero apenas acabó de hablar unos labios callaban los suyos, besándolo mientras una lengua se adentraba en su boca.
Despacio y caliente se movía Samuel en la boca ajena, era exquisito y el niño lo estaba pasando casi tan bien como él.
Samuel sabía que quizás esa sería la última vez que pudiese poseer al chiquillo, pero al menos sería la primera vez que este se entregaba a placer, pero mucho que lo necesitase después de eso, sabía que esa sería la última semana en la que tenía por seguro a ese chiquillo entre sus brazos, porque lo que Samuel debía hacer para que Aaron lo amase sin miedo, para que lo perdonase, era algo que quizás le arrebataría a Samuel todo lo que ahora tenía. Y ahora Samuel solo tenía a ese chiquillo.
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