Preparó su mochila para ir a clase y pasó en la escuela las horas más aburridas de su día a día, maldijo sus suerte cuando los tres matones de la escuela le pusieron la zancadilla y se rieron de él una vez estuvo en el suelo. Liu se había golpeado el brazo originando un prominente moratón, pero lo que le dolió fue que nadie fuese a rectificar el comportamiento de esos abusones. Regresó a casa y miró un rato la televisión, la calle estaba vacía, muerta como el teléfono de Liu, que nunca recibía mensajes o llamadas. A las cinco y media empezó a hacer sus deberes, miró por la ventana ‘’ es increíble que siendo tan pronto ya empiece a anochecer, seguro que en otros lugares del mundo el cielo no se vuelve negro hasta las ocho, vaya mierda…’’ al ver que anochecía en la ciudad recordó la experiencia que tubo la noche pasada con aquel vampiro, se había sentido tan indefenso… y el inmortal solo jugó con él! Pero si había una parte buena es que seguro que no volvía a encontrarse a ese ser tan terrorífico (o eso se decía Liu) ¿Qué posibilidades había? Sin saber porque Liu empezó a llorar recordando, había pasado tanto miedo… pero ahora la pesadilla había acabado; se levantó de la silla y decidió que necesitaba despejarse, pero no más paseos! Solo fue a una cafetería cercana a pasar el rato, pidió una taza de chocolate humeante que le habría abrasado la boca y una magdalena que tenía pinta de estar algo reseca. Mirando por el cristal que daba a la calle Liu vio como alguien conocido se acercaba a la cafetería mirándolo fijamente, se quedó atónito viéndolo entrar por la puerta y dirigirse a su mesa.
Era Alexander, había vuelto a por él. Liu se levantó de golpe de la mesa donde estaba sentado mirando con miedo a Alex. La brusquedad con la que el chico se levantó atrajo algunas miradas curiosas por parte de otros clientes, pero todas las miradas se desviaron hasta el cuerpo del sex simbol no muerto que acababa de entrar.
+¡Tú…!- Liu no quería toparse más con ese individuo pero verlo allí justo delante de él casi le hace perder los estribos. Alex con rapidez colocó un dedo ante los labios del menor indicando que se callara.
-No quieras alarmar a toda la gente que hay aquí- dijo con un tono tranquilizador aunque algo molesto, las miradas chismosas ya se habían apartado de ellos- siéntate, no quería asustarte tanto-rio pues ya se esperaba y deseaba esa actitud de su presa. Liu obedeció sentándose dócilmente, miró hacia la ventana y luego a Alex, pero no a los ojos- ¿Me puedo sentar a tu lado? ¿o prefieres que me siente delante de ti?- preguntó con educación, no sería bueno que el chico se asustase demasiado en un lugar público, podía hacer alguna estupidez.
+ p-prefiero que te sientes en otra mesa- dijo Liu mirando por la ventana, le daba demasiada angustia mirar a ese ser a la cara- de otro local- añadió con miedo, al menos su sentido del humor seguía intacto- de o-otra ciudad…- susurró sin acordarse de que el vampiro lo habría oído con total nitidez. El corazón de Liu se aceleró aún mas y comenzó a sudar cuando el vampiro se sentó a lado y lo tomó por la barbilla obligándolo a mirarle.
-Cuidado con lo que dices humano- reprochó con superioridad sabiendo como de aterrado estaba su pequeño humano, añadió algo de desprecio al decir la palabra ‘’humano’’, como si sintiese asco, pero no era así.
+L-Lo siento! Yo no pretendía enfadarte- dijo Liu girándose bruscamente hacia la mezquina cara de su verdugo.
-No estoy enfadado- dijo Alex mirando mas fijamente a aquel humano ¿Cómo podía ser tan apetecible algo tan efímero?- si lo estuviese lo sabrías, créeme- miró con detención los labios del chico, ya los había probado una vez y había saboreado el más dulce néctar de todos ¿Cómo sería su sangre?
‘’ menos mal que estamos en un sitio lleno de gente… pensé que nunca más me encontraría a este tipo… joder, ayer antes de irse me lamió los labios y luego él me… joder por dios que no lo repita, que se vaya, que se vaya…’’ pensó Liu alarmado por si el ser estaba en ese mismo momento dentro de su mente.
-No me voy a ir- le susurró dando por entendido que si que acababa de leer sus pensamientos. Casi rió al ver que el chico colocaba sus manos sobre la cabeza.
+ D-Deja de leer lo que pienso!- dijo mirando el hipnótico fluir del humo que salía de su taza de chocolate, aún caliente pues apenas habían pasado unos minutos des de que se la sirvieron, pero para Liu el tiempo pasaba realmente despacio.
-Estabas pensado en lo que hice anoche- Alex apoyó su barbilla en su mano mientras miraba el sonrojo de la cara de Liu- ¡tan solo te di un piquito y casi mueres del susto! En verdad eres adorable ¿nunca has besado a nadie?- Alex supuso al saber la edad de su presa que el ya abría experimentado con alguna que otra chica desesperada simplemente por no quedarse atrás con el resto de sus compañeros o amigos.
+ No…- dijo avergonzado, recordando como las chicas y chicos de su clase lo ignoraban cuando no estaban metiéndose con él, haciendo burla de cualquier cosa suya solo porque era el más débil, el más solo. Alex quedó maravillado ante la respuesta del chico, cuanto más inocente fuera mejor para él y para su suerte parecía que el chico estaba nuevecito, nadie le había tocado, aún…
-Te veo algo nervioso- dijo Alex, no para aliviar la tensión sino para remarcar el efecto que causaba en ese pequeño, le encantaba que sus víctimas tuviesen miedo, era simplemente lo mas erótico de sus matanzas- ¿Cómo te has hecho esto?- preguntó Alex tomando por el brazo a Liu al ver el moratón que manchaba su bonita piel, llena de imperfecciones que le hacían perfecto.
+ Unos abusones me pusieron al zancadilla… pero da igual, siempre la… la toman conmigo- Dijo recordando con rencor las caras de esos estúpidos tiranos que reían al contemplar la desgracia ajena, Liu no les temía, solo les odiaba, les despreciaba, le daban ganas de vomitar solo de pensar en ellos.
Alex sintió algo de ira ¿Cómo se atrevían unos mortales a agredir a SU presa? Era impensable para él imaginar que otros estaban poniendo sus sucias y vivas manos sobre él cuerpo que solo él quería herir.
-¿quieres que continúe donde lo dejé anoche? Podemos ir a un sitio más privado- Alex empezó a acariciar los labios del humano con su dedos índice, los recuerdos volvieron a la mente de Liu y sintió sus ojos humedecerse ¿Qué quería hacerle ese ser?
+No! E-es tarde y debería irme a casa…- dijo levantándose de la mesa bruscamente, de golpe Alex lo miró condescendientemente, invitándolo a marcharse del local; Liu supo lo que pretendía, no pensaba salir a la calle para que ese ser hiciese con él lo que le viniese en gana así que volvió a sentarse, ahora Alex estaba más cerca suyo.
-Veo que voy demasiado rápido- Miró los alimentos sobre la mesa, de ser humano los abría ingerido gustosamente, pero ahora solo le causaban repugnancia- ¿no comes?- preguntó señalando el chocolate que comenzaba a enfriarse y la marronosa magdalena.
+Se me ha quitado el apetito- dijo Liu mirando a Alex como si fuese el culpable de aquello, porque realmente lo era, nada más verle a Liu se le había hecho un nudo en el estómago.
-Pues a mí no- dijo Alex mirando con complicidad a Liu que empezó a remover con desinterés el chocolate, chocando con la cucharilla en los bordes de la taza haciendo un ruidillo metálico bastante agradable- de hecho, me ha entrado mucha hambre- La cucharilla de plata cayó dentro de la taza en un pequeño capoteó, Liu la había soltado con impresión y apenas podía moverse.
+ ¿Por qué me haces esto? Me vas a matar… - explicó Liu incrédulo mirando por primera vez a los ojos del ser, el corazón se le encogió y apartó la mirada- por favor, seguro que mi sangre esta… esta asquerosa!- Gritó convencido, esperando que Alexander se marchara, quedaban solo unos minutos para que el bar se cerrase y quedasen los dos solos, en la oscura calle, sin testigos.
-Al contrario, huele deliciosa- dijo Alex acercándose al cuello del mortal patidifuso y oliéndolo- pero tranquilo, he ‘’tomado algo’’ antes de venir a verte- sonrió entre dientes.
+ No me… ¿harás daño?- preguntó Liu temeroso de la respuesta. Alex solo sonrió tiernamente. La hora había llegado, las siete en punto, la camarera salió de la cocina a advertir a los dos últimos clientes que iban a cerrar. Liu se levantó con miedo, no había tocado su comida pero aún así rebuscó en la cartera los 5 euros que debía pagar. Alex se le adelantó soltando un billete de 20 sobre la mesa y la camarera lo miró con recelo.
-Quédate con el cambio- dijo antes de poner su mano en la espalda del menor y empujarlo fuera del bar con suavidad para no asustarlo. La camarera cogió el billete sonriendo mientras pensaba que aún quedaban buenas personas en el mundo; que equivocada estaba… Los dos anduvieron en silencio hasta que se cruzaron en la entrada de un callejón oscuro y solitario, allí Alex no tuvo mejor idea que tomar a Liu y arrojarlo contra la pared antes de acorralarlo y sostener sus manos. Liu miró al vampiro aterrado, cogió aire listo para gritar, inundó sus pulmones para pedir ayuda y que se le oyese en toda la ciudad, pero Alex acercó tanto su cara a la del chico mientras alargaba sus colmillos que Liu se quedó callado y con la boca cerrada.
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