Aidan despertó cuando Alex ya se había ido y lo primero que contempló al abrir sus oscuros ojos abismales fue el dulce rostro de su humano dormido. Con delicadeza alargó una mano para acariciar sus cabellos y mientras dormía el vampiro sonrió mirándolo fijamente, sin poder evitar preguntarse como algo tan hermoso, tan valioso y curioso podía ser tan fácil de destruir. Con cuidado se acercó al rostro de piel ligeramente bronceada y acarició su mejilla, poco a poco lo besó sin despertarlo, juntando los labios y sin usar su lengua en exceso para después separarse del mortal.
Lentamente Jeremy abrió los ojos, notando como le acariciaban el cabello pudo ver a Aidan a su lado, mirándolo con cariño, no recordó haber despertado nunca antes junto a alguien que con solo su presencia le hiciera sentir así de bien.
-Hola- dijo Jeremy sonriendo algo nervioso, le daba vergüenza que Aidan lo mirara tan fijamente, sentía sus ojos memorizar todos sus detalles.
-Hola- dijo devolviéndole la sonrisa y acariciando ahora su mejilla- Hacía tanto que no me despertaba en la cama junto a una compañía tan agradable- susurró haciéndole recordar a Jeremy los anteriores amantes de Aidan y el destino común que habían sufrido.
-L-Lo mismo digo- se ruborizó el chico mientras lentamente se acercó al vampiro, acurrucándose en su pecho desnudo, pegando su oreja a él sintió un escalofrío- no te late el corazón-comentó incrédulo.
-¿Qué esperabas? Estoy muerto- dijo el otro, cuya piel había adquirido una temperatura bajísima, antinatural, pero eso no alejó a Jeremy de su pecho, donde ahora reposaba.
-No sé porque pero imaginaba que si te latiría el corazón, no sé, bombeando la sangre que has bebido o algo- dijo mientras notaba una leve risilla por parte del mayor. ¿De qué se reía?
-Sabes tan poco, Jeremy- dijo con cariño y algo de melancolía en sus palabras, se le antojaba extraño el hecho de apreciar a un ser que no había vivido más de 16 años sobre la tierra- ¿Quieres bajar a comer? Ayer no comiste nada antes de dormir y este paso vas a desnutrirte. Te prepararé algo- dijo el mayor sentándose en la orilla de la cama y esperando a que Jeremy lo imitase.
-Tienes razón, me muero de hambre- dijo sonriendo el chico. Cuando apoyó todo su peso en sus manos para tratar de incorporarse y levantarse de la cama cayó de nuevo en esta jadeando de dolor y estirando de las esposas.
-¡¿Jeremy, que te ocurre?!- preguntó Aidan nervioso, asustado tras tantos años, por ver al menor tener esa dolorosa reacción de manera inesperada.
-Me...Me duele todo el cuerpo, ya sabes, p-por lo de ayer-Dijo el chico recostándose de nuevo en la cama, temiendo moverse, incapaz de levantarse y con los ojos ligeramente enrojecidos, el dolor debió ser muy fuerte como para hacerle casi llorar en menos de un segundo.
Aidan lo miró aliviado al saber que no le pasaba nada grave y sacó del primer cajón del buró una llave plateada, algo cutre y minúscula. Con ella se deshizo de las esposas que le ligaban al menor mientras este lo miraba extraño.
-Dijiste que no tenías la llave- replicó el chico de pelo grisáceo y labios acorazonados frunciendo ligeramente el ceño.
-Ah, sí. Mentí- sonrío el otro dejando las esposas sobre la mullida almohada. El otro lo miró con una expresión tranquila.-Ven aquí- dijo el vampiro alargando sus brazos hacia Jeremy para envolverlo en ellos y cargarlo cual animal herido.
Aidan bajó a Jeremy por las escaleras escuchando como este se quejaba levemente, lo había destrozado demasiado la noche anterior. Jeremy se aferró al cuello de Aidan con algo de timidez pero con unas enormes ganas de hacerlo, aunque el contacto fue frío él lo agradeció, había estado tanto tiempo solo. ''Me cuida tanto, es tan bueno conmigo, apenas puedo imaginármelo matando o torturando a un humano, aunque sé que lo hace. Me da igual que me muerda, por mucho que me duela lo aceptaré si es el precio que debo pagar por su compañía, él me... él me trata como si le importase, me da igual si lo hace solo por diversión, me da igual si para él esto es solo un juego, se siente tan bien. Ojalá, que no sea así, ojalá que no sea un juego pero...¿Qué otro motivo tendría un vampiro para ser tan atento con un humano? Seguro que esto no acaba bien, seguro que se aburre, si no lo ha hecho ya, seguro que todo esto es un maldito juego y yo soy el perdedor'' pensó con pesimismo el chico mientras dejaba que sus brazos se alejasen del cuello de Aidan, este estaba caminando hacia el sofá pero tras leer la mente del chico paró en seco, sosteniéndole con más fuerza de la necesaria y sin querer mirarle a los ojos empezó a hablar con un tono duro y terrorífico.
-Ni se te ocurra pensar eso de nuevo- dijo con ganas de apretar los puños, no sabía porque pero empezaba a enfadarse y no quería descargar su rabia en el malherido menor- no vuelvas a pensar que esto es un juego- dijo apretando los dientes, dejando sobresalir los colmillos por la parte exterior de su boca, mientras estos chocaban con su labio inferior- No lo es, en absoluto, no es un maldito juego- dijo con una voz ronca cargada de rabia, estaba apretando demasiado al menor entre sus brazos pero este no se atrevió siquiera a quejarse.
-Pe-perdón- dijo Jeremy con un hilillo de voz, era la primera vez que Aidan se enfadaba con él y rogó a Dios que eso nunca sucediera de nuevo.
El mayor se enterneció por la voz asustada del menor y se dio cuenta de que este estaba temblando indefensamente entre sus brazos, no podía enfadarse con él, era normal que pensara en esas cosas, era normal que tuviese sus dudas.
Con cuidado Aidan recostó a Jeremy en el sofá y acto seguido le besó en la mejilla intentando calmarlo.
-No pasa nada, no te asustes si me enfado a veces, no te haré daño- explicó sentándose a su lado y pasando uno de sus brazos por los hombros del chico mientras la otra mano la usaba para acariciar su rodilla.
-Si tu lo dices- sonrió el otro, no sabía porque pero le creyó, creyó que Aidan no le haría daño, confió en él.
-Voy a prepararte algo de comer, tu espera aquí-Dijo alejándose con sus andares chulescos, pisando con fuerza el suelo y haciendo eco en el silencio de la noche, destacando así su presencia.
Jeremy se relajó sentado en el sofá mientras se preguntaba porque Aidan se había enfadado tanto momentos antes ¿Tanto le importaba? Él quiso pensar que sí.
Tras él se escuchó el crujido de la enorme puerta abrirse, intuyó que Alex había llegado cuando la escuchó cerrarse y quiso levantarse en ese momento para correr hacia Aidan y sentirse seguro pues Alex le inspiraba temor, pero no hizo pues supo que al más mínimo intento de moverse un terrible dolor lo doblegaría.
-Hola- dijo Alex, no gritando pero con un tono potente que se escuchó en toda la casa con gran claridad.
-¡Alex!- se sorprendió Aidan saliendo de la cocina-¿Qué tal con Liu?- preguntó sabiendo que debía estar al tanto con ese tema, no podía dejar que Alex llevase sus problemas solo. Podía ser el más fuerte pero era un testarudo y a veces le costaba ver la opción correcta, pero Aidan siempre estaba ahí para aclararle las cosas.
-El Domingo por fin se entrega y estoy que muero de impaciencia-Dijo acercándose a Aidan y mirándolo a los ojos, mostrándole que sus palabras eran totalmente sinceras, des de la otra sala Jeremy lo escuchó hablar- No solo porque me tiene muy caliente sino porque tengo ganas ya de sacármelo de la cabeza y verlo como a un humano cualquiera, no podría soportarlo si esta situación de ¿obsesión? Por él continua- dijo Alex recostándose en la pared y cargando el peso de su cuerpo en la cadera derecha.
-Recuerda que no todo saldrá como crees, es posible que después de tirártelo sigas sin poder sacártelo de la cabeza, sientas pena y te preguntes que hace o tengas remordimientos por las cosas que le haces, quien sabe. Tienes que estar preparado si eso sucede, Alexander- dijo mirándolo con tristeza, Alex no quería aceptar lo que pasaba y Aidan se daba cuenta lentamente.
-Puede...que tengas razón. Aún así espero que estés equivocado- dijo dándole un par de palmadas en el hombro y sonriéndole amargamente- Mañana no iré a verle ¿Quieres salir conmigo a divertirte? Ya sabes, como solo dos vampiros pueden divertirse- dijo malicioso mientas le guiñaba un ojo y hacía crecer sus colmillos.
-Me muero de ganas- le sonrió alargando también sus colmillos- Además, así Jeremy podrá descansar, está destrozado- dijo pensando en su pequeña exquisitez, como le encantaba pensar que si se iba este le esperaría a la vuelta, sin huir.
-¿Destrozado? Intuyo que ayer te divertiste- dijo golpeándole amistosamente el costado con el codo.
-Sí, bastante. Me encanta Jeremy, me encanta en todos los sentidos de la palabra y me encanta de todas las maneras posibles- Al oír eso, Jeremy se sonrojó pensando que tal vez significase algo para aquel vampiro pero no se quiso ilusionar, eso solo le traería dolor- Por cierto le he invitado a quedarse aquí ¿te importa?- preguntó Aidan demostrando su confianza pero sin abusar de la hospitalidad de su amigo.
-No, realmente esta casa solo la usamos para dormir por el día así que ni notaré su presencia, además hay infinidad de habitaciones, no creo que sea un problema- dijo dándose cuenta de que Aidan estaba más emocionado de lo normal, no lo había visto tan radiante des de hacía años.
-Eh, oye Alex, tu sabes... ¿Qué le puedo dar de comer a Jeremy? Ando algo perdido en los temas de humanos- dijo algo avergonzado y sin saber muy bien cómo cuidar de su presa correctamente, realmente Jeremy no necesitaba que le cuidase, él solo se espabilaba y Aidan lo sabía pero le resultaba reconfortante la idea de que aquel humano lo necesitase.
-Haz cualquier cosa- dijo el otro quitándole importancia al asunto- y sino encarga algo de comida- añadió despreocupado.
-Creo que será hora de aprender a cocinar- bromeó Aidan abriendo la nevera y mirando con asco los alimentos- puede que incluso me vuelva chef- rió de nuevo cerrando el frigorífico y sacando su teléfono móvil.
-Ya querría yo verte con uno de esos gorros tan ridículos- continuó Alexander sentándose en una de las sillas de aspecto caprichoso y caro. Tras un rato pensativo y escuchando como Aidan pedía algo de comida a domicilio (lo típico, una hamburguesa, patatas fritas con salsa y una bebida con gas) decidió preguntar- ¿De verdad te gusta tanto ese humano?- dijo inseguro, sintiendo que él y Aidan estaban en situaciones distintas y que él, a diferencia de su amigo, no sabía bien como controlar los sucesos.
-¿De verdad te gusta tanto Liu?- preguntó retóricamente el otro como respuesta, haciendo una mirada interesante y sin cesar de sonreír, por una vez Aidan estaba por encima de Alex.
Alex suspiró sin saber que decir, sin saber cómo decir que estaba hecho un lío, que no tenía el control, que quería desaparecer unos instantes y tomarlo todo con más calma. Alex se encaminó lejos de la habitación, pasando delante de Jeremy y mirándolo con recelo ¿Por qué no podían estar él y Liu como lo Aidan y Jeremy? '' es mi culpa'' pensó Alex, y acertó.
Tras un rato Aidan le trajo la comida que había encargado a Jeremy mientras se sentía extraño por darle aquel trato especial.
-No se cocinar así que espero que esto te guste, lo siento- dijo el vampiro sintiéndose algo avergonzado, inmortal, invencible, pero aún así incapaz de hacer algo tan mundano como preparar una comida decente.
-No pasa nada, es normal que no sepas cocinar- le sonrió el adolorido chico mirándolo con admiración, realmente estaba siendo muy atento con él y eso hacia a Jeremy estremecerse, sentirse bien, sentirse alguien- Muchas gracias- le dijo sonriendo de manera radiante, parecía otro cuando lo hacía, su sonrisa ocultaba tan bien todo el dolor de su pasado.
Aidan se acercó lentamente al muchacho, dejando la bandeja con comida sobre la mesa, y le dio un tierno beso en los labios que lo dejó sorprendido, normalmente Aidan tenía un comportamiento más brusco que ese. Cuando separó los labios de la boca del adolescente no pudo evitar mantener la mínima distancia y sostuvo con su mano la barbilla del muchacho, obligándolo a mirarlo para luego deslizar en un provocativo gesto su lengua sobre los labio acorazonados del otro.
Aidan se sentó entonces al lado del chico, quien ahora lo miraba avergonzado y sonriendo tímidamente por el anterior beso, lo observó comer, fascinado por el simple hecho de que aquel que le hacía sentir tan bien era solo un humano.
-Mañana saldré a cazar con Alex ¿no te importará pasar la noche solo?- preguntó Aidan preocupado por la fragilidad del muchacho, quería estar fuera para dejarlo descansar pero cualquier cosa era un arma suicida en manos de un mortal, podía caer por las escaleras, ahogarse comiendo, podía electrocutarse o incluso podía caerle un objeto pesado en la cabeza causándole un traumatismo- ¿Estarás bien si me voy?- preguntó de nuevo con ganas de tomar entre sus manos las del chico, pero no lo hizo, estaba ablandándose demasiado por él.
-He vivido mucho tiempo solo y desde que era más pequeño, no creo que muera por estar una noche sin tu vigilancia- bromeó quitándole importancia al asunto y mirando a Aidan, primero de manera tierna y después con tristeza, su rostro cambió drásticamente y casi parecía dolido cuando logró articular palabra- Ma-mañana ¿matarás a p-personas?- preguntó angustiado, retirando el plato sucio y vacío de comida de delante suyo y apretando sus ropas fuertemente entre sus puños.
Aidan lo miró apenado, era normal que al ser humano no se tomara como él los temas que involucraban caza y devorar a los de su especie. Con cariño Aidan se acercó aún más al humano y lo rodeó con un brazo, apretándolo contra su cuerpo mientras que con el otro brazo acarició lentamente su rodilla, inquieta pues el humano se movía nervioso.
-Sí, mañana y todos los días de mi existencia. Siempre mato- dijo el otro convincente, tajante, no vacilaría ni mentiría hablando de ese tema pues no le apenaba mostrarse tal y como era: un predador orgulloso. Aunque una sensación extraña recorrió el cuerpo del inmortal mientras se preguntaba si Jeremy sería capaz de alejarse de su lado por ese motivo, no lo dejaría marchar ni aunque lo intentase.
-Lo sé y no me importa, pero e-es que...- dijo titubeando mientras desviaba la mirada nerviosamente '' él es la única persona que me ha ayudado, lo adoro tanto, me hace sentir tan bien cuando está a mi lado, pero si mata a humanos sin reparar en ello ¿Quién dice que no haría lo mismo conmigo? No quiero pensar eso, no quiero pensar que no le importo, pero si no pienso eso y en verdad no le importo me llevaré una decepción y me dolerá demasiado. Es como si ya no pudiese confiar en nadie, como si no pudiese creer que quiere ayudarme''
Aidan sonrió maliciosamente tras leer el pensamiento del chico y sin cuidado lo tomó entre sus brazos, alzándolo con brusquedad y consiguiendo que este se quejase un poco por el dolor. Tras parpadear perplejo, Jeremy se encontraba aún entre los brazos rudos de Aidan pero esta vez estaban en la habitación frente a la cama. Aidan miraba a Jeremy enfadado pero controlándose.
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