Aidan andaba por las calles cuando un hombrecillo de menos de 30 años, puede que de 28 se le acercó a pedirle la hora, confiado y sin ver a nadie más por la calle creyó que ese demonio de aspecto juvenil era un humano , pero no fue capaz de percatarse de su error hasta que divisó sus colmillos al tenerlo delante. Aidan le sonrió al pobre chico antes de patear su estómago con una velocidad que no fue capaz de percibir. La víctima salió propulsada por la potencia del golpe y acabó cayendo al suelo, adolorido, el hombre trató de levantarse y solo consiguió escupir una mezcla entre saliva y sangre que le manchó sus mejillas sonrojadas por el acaloramiento del golpe.
Eso es lo que necesitaba Aidan, desfogarse con una víctima ocasional antes de visitar a Jeremy, aquel chiquillo de destino sombrío que le sonreía a la vida cuando este le escupía en la cara un ácido que quemaba el alma misma.
Aidan se acercó al hombre '' seguro que si hubiese usado solo un poco de mi verdadera fuerza lo habría matado, partiendo su cuerpo por la mitad como si mi pie fuese un filo, los humanos son tan débiles pero... yo también soy débil, si tan solo no hubiese un ser en este mundo capaz de hacerme sombra, pero ante los humanos soy yo el más fuerte, voy a demostrarle a este hombre quien es el más fuerte, puede que no del mundo pero si de entre nosotros dos'' pensó Aidan alargando la mano hasta la mejilla teñida del hombre, que ahora estaba paralizado por el terror, para recoger con sus dedos la sangre que la manchaba y luego llevárselos a la boca probándola.
-Mmmm... No estás mal humano, déjame acabar mi comida-Dijo sonriendo sádicamente y probando la sangre del sujeto que ahora corría como alma que lleva el diablo gritando por ayuda como si su cuello fuese un amplificador. Era cierto que para Aidan la sangre de Jeremy sería más deliciosa pero no iba a dejar escapar su presa por esa memez.
Aidan corrió tras el hombre y en unos segundos lo tenía cogido por el brazo y se preguntó si su presa, tan desesperada que estaba, sería capaz de cortarse el brazo solo por huir y, eso, le dio una idea que puso en práctica al instante. Con un sencillo movimiento en su muñeca retorció por completo el brazo del chico que ahora solo lloraba arrodillado en el suelo y que gritó al sentir su hueso partirse como si se tratara de una ramita crujiendo al ser retorcida. Los trozos fragmentados del hueso se clavaron en el músculo cuando Aidan siguió retorciendo y eso aumentó el dolor del hombre que ahora era incapaz de gritar.
Con un rápido movimiento Aidan consiguió que su presa quedase de pie, tambaleándose y agarrando con su brazo bueno el roto. En unos segundos se posicionó ante el y lo rodeó con sus brazos como si quisiera abrazarlo, pero la presión que estaba ejerciendo destrozó el interior del hombre mientras él clavaba todos sus blancos dientes en el cuello desprotegido de aquel tipo, haciendo que la sangre cayera como si fuese un aspersor, manchándolo todo mientras un sonido carnoso indicaba que el cuello se estaba partiendo a la mitad. Aidan estiró de la herida sin abrir la boca consiguiendo así que al cuerpo cayera en dos partes, en la cabeza y el resto del herido cuerpo, mientras que Aidan se llevaba un pedazo de carne del cuello del hombre, junto a su yugular, que se apresuró a escupir en el césped antes de marcharse calmadamente de la escena del crimen, sacando un refinado pañuelo de su bolsillo fue limpiando todos los rastros de sangre de su cara y cuerpo pero no de su ropa.
Tras unos momentos Aidan ya se encontraba frente a la puerta de Jeremy, impaciente por entrar se dio cuenta de que el chico aún no sabía que estaba allí y solo decidió observarlo un rato. Jeremy lucía nervioso, incluso un tanto preocupado y se notaba a la legua que aguardaba con ansias la llegada de Aidan.
Tras una sonrisa de oreja a oreja Aidan giró el pomo de la puerta y este chirrió atrayendo por completo la atención de Jeremy. Una vez entró en la habitación pudo sentir la mirada de Jeremy clavada en él, con los ojos acristalándose y la boca en una mueca de felicidad que deshizo por completo apartando también la mirada por vergüenza.
-P-Pensé que no vendrías- dijo Jeremy harto de esperar horas por la llegada de Aidan. Aidan solo lo miró sin responderle y el humano comenzó a ponerse nervioso ante esa actitud por parte del vampiro y solo supo esperar a que algo pasara.
- ¿Habrías preferido que no viniese?- preguntó Aidan quitándose la chaqueta de cuero negro, cuyos hombros estaban recubiertos por pinchos de plata que relucían bajo cualquier tipo de luz. Dejó caer la ensangrentada pieza de ropa al suelo donde se le adhirió un molesto polvo pero no le dio importancia y solo se acercó a Jeremy.
-No, n-no me molesta en absoluto que vengas- aclaró respirando agitadamente, sabiendo que Aidan había venido por uno de sus servicios pero sin ser capaz de sacar el tema.
-Mejor, porque me vas a tener muy a menudo por aquí- sonrió al ver que Jeremy se ruborizaba aunque intentaba contener una sonrisa de satisfacción al oír aquello- ¿te encuentras bien? No se si me excedí cuando bebí de tu sangre- se preocupó Aidan, esa noche tenía pensado ser bastante intenso pero si el humano se encontraba debilitado no pondría en riesgo su diversión, si lo mataba el juego terminaría y eso no sería en absoluto de su agrado.
- ¡S-sí! Me dolió bastante cuando me mordiste pero solo estuve mareado unas horas- explicó tocando inconscientemente el cuello y recordando la desagradable sensación de tener todos esos dientes metidos en su piel de una manera tan antinatural, perforando y hiriendo su sensible cuello.
- Bien, porque esta noche vas a necesitar las energías – sonrió malicioso mientras se acercaba a la cama de Jeremy, aquella tan maltrecha pero que aún podía conservar un buen uso, aquella donde nunca había atendido a ningún cliente y ahora haría una excepción de la norma.
- No seas muy bestia por favor, la última vez dolió horrores- dijo el chico poniéndose en pie delante de Aidan, que ahora estaba sentado. El pequeño empezó por quitarse la camiseta y la brisa que se colaba por las rotas ventanas de cristales cortantes le hizo tener la piel de gallina. Mientras se desabrochaba el cinturón pudo ver que Aidan estaba ya en bóxers y esperando sobre la cama, sentado como un indio y mirándolo de arriba abajo, repasando ese cuerpo con sus ojos golosos que todo lo bueno engullían.
- A las bestias no se les puede domar Jeremy- Musitó el vampiro procediendo a bajar los pantalones del humano de un tirón. Jeremy se ruborizó sintiéndose extraño, como notando un hormigueo raro en sus extremidades y su pecho, la última vez que alguien lo había llamado por su nombre fue su hermana hace mucho pero ahora Aidan pronunciaba ese nombre con tanta naturalidad que no supo como sentirse ante ese estímulo.
-P-Pero podrías tratar de ser algo más suave- dijo el chico ya saliendo de su ropa para encontrarse con el roce del cuerpo ajeno, que estaba muy cálido, casi como si estuviese vivo y, por eso, Jeremy intuyó que Aidan se había alimentado no hacía mucho y la imagen del vampiro degollando a un inocente le revolvió el estómago.
Aidan cogió a Jeremy por un brazo y lo lanzó rudamente contra el colchón mugriento haciendo que los muelles crujieran no por última vez aquella noche. El chico lo miró algo asustado pues Aidan tenía una mirada de sadismo y lujuria que combinada con su sonrisa maléfica y sus colmillos lo aterraba, como si un aura de penumbra y muerte rodeara a Aidan de la misma forma que un santo es acompañado siempre por su aureola.
Aidan se posicionó sobre el humano y comenzó a morder su cuello, esta vez no había sangre en las mordidas pero si era doloroso, tanto que Jeremy dejó escapar unas lagrimas mientras apretaba sus dientes tratando de someterse al trato violento que le daba su amante solo para poder estar cerca suyo, solo para poder sentir su roce y su cercanía. Como deseaba Jeremy sentir que ese hombre que había sido amable con él lo deseaba con toda su negra alma.
De un tirón Aidan se deshizo de la ropa interior del chico y lo miró lujurioso.
-Gírate- le ordenó y Jeremy lo miró con lastima '' ¿Por qué no me pide que abra las piernas? ¿quiere que me gire para no mirarme a la cara? Seguro que en verdad no le gusto... demasiadas ilusiones me hago, Jeremy idiota, soñador...'' se dijo a si mismo en su mente mientras obedecía al vampiro que afortunadamente le había leído la mente y estaba dispuesto a rebatir lo que el chico pensaba.
-Me encantas- corroboró Aidan haciendo al chico sonreír y él también sonrió al notar eso, lo tenía babeando por él, le habría podido pedir cualquier cosa y ese humano le habría entregado hasta su vida solo por sentir su deseo cerca, ese deseo que confundía con amor y cariño.
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