Olía a alcohol, sudor y humo, la iluminación era pésima y la música mejorable, el ambiente desorganizado y el espacio insuficiente, pero aún todo eso Aidan disfrutó como nunca de un espectáculo que presenciaba por primera vez.
Jeremy se movía despacio coordinando el movimiento de todo su cuerpo, meneando sus caderas a veces y siguiendo el ritmo de la música, aunque parecía más que nada que la melodía misma se adaptase a la perfección de movimientos de aquel humano que realizaba un baile hipnótico y lento. Aidan lo miraba con demasiada admiración mientras lo sentía pegado, moviéndose y meneándose contra su cuerpo por la falta de espacio, lo veía mover los pies marcando un ritmo y sazonándolo con el resto de su cuerpo, de sus gestos e incluso miradas. Aidan estaba encantado.
Sin poder resistir más tomó al chico de las caderas y lo alzó haciendo que este se aferrase a su cuerpo, empujando sin apenas intención Aidan logró pasar a toda esa gente y llegar a uno de los rincones oscuros del local, usados siempre para fines poco éticos. Empotró al chico contra la pared y este lo miró sorprendido, parecía que al mayor le gustaba su forma de moverse.
-¿Qué te ha parecido?- habló bajo, sin sentir su propia voz a causa del volumen de la música pero sabiendo que Aidan la escucharía sin problemas.
-Una maravilla- dijo Aidan en un tono duro pero no fuerte, que llegó con contundencia a los oídos del ahora ruborizado menor, que sostenía en sus manos un vaso rebosante de alguna bebía alcohólica que a saber de dónde había sacado.
Aidan lo besó con ferocidad y olvidando ocultar sus colmillos, sintiendo el sudor del chico caer por su rostro y escuchando sus respiraciones agitadas, que acalló con su lengua, metiendo una y otra vez en su boca para hurgar en busca de algo más de perfección si era eso posible.
Después de unas cuantas copas y muchos besos de Aidan, Jeremy salió del local en los brazos del vampiro que tanto adoraba, quien ahora lo cargaba con cariño de vuelta a casa.
-Aidan mmm... eres super super super cómodo- dijo el chaval de mejillas rojas, ojos semi cerrados y voz poco fluida y sin apenas vocalizar mientras se acurrucaba en aquellos brazos.
-Que borracho estás- rió el otro dándole un beso en la frente, su humano ardía más que cuando estaba encendido sobre la cama.
- Y tú qué bueno estas- añadió con una pequeña risa tonta que no era típica de él, los efectos del alcohol ya estaban haciendo su máximo efecto y Aidan no podía evitar divertirse con ello- el vampiro más sexy del mundo- cerró los ojos sin sacar esa enorme sonrisa injustificada de su sonrosado rostro.
-Veo que es cierto que los borrachos siempre dicen la verdad- rió el vampiro tirándose flores mientras disfrutaba de los sinceros halagos de su novio.
Caminó solo unos pasos más, con lentitud para que su chico no se marease, y llegaron por fin a casa. Pasaron la gran puerta y subieron las escaleras sin que Jeremy hablara, él solo se acurrucaba contra el pecho de Aidan y jugaba con su cabello largo que caía, oscuro, por sus hombros y casi alcanzaba su cintura. Aidan abrió la puerta de la habitación y dejó a su pequeño en la cama mientras él se comenzaba a desvestir para poder dormir solamente en ropa interior.
Mientras deslizaba las ropas lejos de su bien formado cuerpo no pudo evitar sentir como la mirada atenta del chiquillo lo seguía de arriba abajo, es más, Jeremy se había sentando en la cama con el cuerpo ligeramente inclinado para delante con el fin de tener así una mejor visión de Aidan.
- ¿Qué miras?- preguntó el vampiro con ironía viendo el sonrojado rostro del chico, parecía que se iba a caer la baba. Aidan acabó de guardar su ropa en el armario y comenzó a subirse a la cama, posándose encima del chico.
- ¿M-Me vas a hacer el amor?- preguntó el chico cambiando la sonrisa boba de su cara por una expresión sorprendida. El vampiro semidesnudo de encima de su cuerpo solo le dio un pequeño y superficial beso en los labios y, si podía ser posible, los notó más caliente aún.
-Tontito, ahora nos vamos a dormir, mañana puedo hacerte de todo, pero ahora estás demasiado borracho- dijo dándole un beso cariñoso en la frente y negando dulcemente con la cabeza sin poder creer aún lo tierno que su humano podía llegar a ser.
- ¿y me-me morderás?- preguntó mientras usaba una voz algo más aguda de la que solía tener. El vampiro se tumbó a su lado y con un rápido movimiento subió a su pequeño sobre su torso desnudo.
-No, no lo haré mientras tengas tanto miedo- explicó el vampiro acariciando el cabello de quien ya no podía soportar más el peso de sus párpados y se apoyó en su duro pecho para descansar.
-Eres muy bueno, gracias- dijo el chiquillo medio dormido haciendo sonreír un poco al vampiro de afilados colmillos- te quiero mucho Aidan- y eso pilló totalmente por sorpresa al vampiro, quien antes de sonreía más sinceramente que nunca, sintió una completa exaltación, como si algo le recorriese la columna vertebral y se expandiese por su cuerpo, electricidad. Aidan se había sentido sorprendido y emocionado, era la primera vez que alguien le decía eso, en toda su vida nadie había pronunciado esas palabras y estaba seguro de que si alguien más las pronunciase no harían el mismo efecto, ni de cerca, que surgía cuando lo decía Jeremy.
-Yo también te quiero- dijo sintiéndose extraño al pronunciar esas palabras, era la primera vez que salían de su boca, y que además no salían sin motivo. Pero para la poca suerte de Aidan cuando dijo las palabras su pequeño humano alcoholizado ya se había dormido, pero no se enfadó por eso, simplemente rio mientras lo observaba con cariño, eran tan efímero, pero él iba a cambiar eso.
-Despierta idiota- bramó Alex furioso empujando a Dave, quien aún estando dormido se cayó al suelo y se golpeó el brazo contra el suelo, despertando de golpe por el impacto.
- ¿Pero qué haces?- preguntó el joven levantándose del suelo y rascándose la cabellera desordenada- ¿Los vampiros no dormís por el día?- cuestionó bostezando y rascádnosle un ojo para aclarar su vista.
-Sí, pero si quiero recuperar a Liu no hay tiempo para dormir- dijo el vampiro sentándose en el pequeño sofá donde el humano se había visto obligado a dormir por su culpa- tenemos que pensar algo y debemos hacerlo rápido- dijo el vampiro mirando con severidad al humano, sabía que si fallaba en eso no solo perdería a Liu, su mejor amigo, sino que también era bastante posible que Alex acabase con él en un abrir y cerrar de ojos.
-Primero de todo deberías ponerte lo más fuerte posible ¿Cómo lo hacéis los vampiros para ser más fuertes?- dijo Dave recostándose en el sofá con las manos en las sienes para ver si de alguna manera podía estrujarse la mente y exprimir de ella algunas buenas ideas.
-Con la edad, pero los que somos muy mayores también mejoramos mucho la fuerza al alimentarnos mucho, es como que llegamos a nuestro límite durante el tiempo que la sangre nos pueda nutrir- explicó mientras se sentía inquieto, cuando él tenía un problema lo suyo no era pensar y meditar una solución sino actuar, matar y destrozar a quien originase ese problema, pero ahora las cosas son diferentes.
-Vale, lo primero que harás será- hizo una pausa, miró a un punto muerto y trago saliva- matar hasta que estés del todo dispuesto a pelear y después recorrerás la cuidad con tu velocidad sobrenatural hasta que percibas el olor de Liu, entonces tienes que localizar el punto exacto donde se encuentra, anotar la dirección y volver aquí para que podamos pensar algo- explicó Dave dejando de lado la rivalidad e incluso odio que sentía hacia ese ser que ahora estaba a su lado sentado y hablándole.
-Buena idea, me sorprende que se te haya ocurrido- dijo para enfadar al humano mientras dejaba la habitación demasiado rápido como para que pudiese protestar.
+ P-Por favor ya... ya está, por favor... por f-favor, para... para- gimoteaba el pequeño Liu ajeno al conocimiento de que Alex y Dave estaban desesperados por salvarle.
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta: