-Hoy si me invitarás a subir a tu casa, ¿no?- preguntó con malicia, su pequeña presa no dejaba de temblar, así nunca conseguiría seducirlo, estaba demasiado asustado.
+¿Q-Que quieres de mi?- preguntó Liu cerrando los ojos de nuevo, aquello era una pesadilla; cada vez que se revolvía el hombre solo se acercaba más a él aplastando su cuerpo contra el de él.
-Ya te he dicho, solo quiero conocerte un poco- dijo mirándolo de nuevo, fijándose en todos los detalles, era tan bonito, sus pecas parecían bailar cuando él temblaba.
+ d-de acuerdo… puedes venir a mi casa pero no me hagas nada- dijo por fin Liu, se estaba rindiendo al vampiro y eso es justamente lo que esta había planeado.
-Solo quiero hacerte una cosita- sonrió acercándose de nuevo a su boca, lamió los labios del otro de nuevo, haciéndolo sollozar, haciéndolo recordar. Después juntó sus labios con los del humano, los succionó y los mordió un poco y, muy lentamente, metió su lengua dentro de la boca de Liu. Este habría salido corriendo hasta otro país del miedo si no fuera porque sus brazos estaban siendo sujetados contra la pared. Al principio Alex movió muy lentamente su lengua dentro de la boca del otro pues esa su primer beso, pero después, aunque el humano no correspondiera empezó a hurgar con deseo en su cavidad, esa lengua parecía demasiado larga, moviéndose con maestría dentro de Liu, acariciando su boquita temblorosa. Liu se revolvía en vano entre las fauces del depredador, pronto se quedó sin aire mientras el otro no parecía querer darle tregua al beso. Liu fue gimiendo dentro de la boca del otro, pidiendo que parase, pero las pablaras morían en su boca antes de salir como jadeos i pequeñas quejas. Alex se compadeció un poco al notar como el pequeño lloraba apretando los puños y se despegó de su boca. Liu respiraba agitadamente, apenas podía hablar y mucho menos moverse aunque había sido liberado del agarre. ‘’Ha sido aún más satisfactorio de lo que esperaba, creo que no podré esperar mucho a estar dentro de él, pero, quiero divertirme un poco mas con este pequeño, parece alterado… que mono es, está llorando y solo he usado mi boca, no puedo esperar’’ pensó Alex mientras cogía del brazo al chico y lo guiaba forzosamente hasta su propia casa. Liu solo se dejó llevar mientras se limpiaba las lágrimas con la manga de su chaqueta.
-Hoy no podré ver tu casa pequeño- dijo Alex poniendo al pequeño apoyado en la puerta- pero mañana te espero a las seis y media en el bar de antes, mas te vale venir.
+ P-Por favor no me hagas estas cosas… n-no me…- ‘’ No me violes. No me mates. No me muerdas. No me hieras’’ acabó la frase en su mente y para cuando quiso darse cuenta el vampiro ya no estaba, aunque Alex había alcanzado a leer esas líneas de su mente. Corrió a su cuarto y lloró toda la noche, tenía miedo. Al día siguiente llamo a la escuela y fingiendo tener la nariz tapada dijo que había pillado un resfriado muy fuerte. Se quedó todo el día en casa, agazapado en un rincón pensando ¿Qué podía hacer? De vez en cuando se le oía sollozar. No quería eso, solo deseaba volver a su vida de siempre, las noches eran el único momento de tranquilidad que tenía, aunque fuese incapaz de dormir, pero ahora un vampiro se lo había arrebatado y a saber que más le iba a arrebatar. A las cinco de la tarde Liu vio que comenzaba a oscurecer, corrió a cerrar con pestillo la puerta principal, cerró a cal y canto las ventanas y bajó las persianas, se encerró en su cuarto con la luz prendida y se enterró entre las mantas de su lecho, se tapó la boca para no sollozar y se quedó inmóvil deseando que no pasase nada esa noche.
Alex caminaba por las calles próximas a la casa de Liu, iba chutando una piedrecita que había en el camino, esperando a que llegara la hora de reunirse con Liu. A lo lejos captó unas voces inconfundibles pero que él desconocía, los oyó hablar de algo que le interesó bastante. Se acercó, había tres chicos con uniformes de rugby que les hacían parecer más fieros pero que ante los ojos de Alex solo les quedaban extremadamente ridículos. Estaban delante del instituto al que Liu asistía.
-El pingado de Liu no ha venido hoy- dijo uno de los extra musculados chicos mientras hacía exhibiciones burdas de su fuerza física- solo le pusimos la zancadilla ayer y ya se ha cagao’ menudo idiota, cuando venga le espera un buen puñetazo en todo el estómago- dijo haciendo reír a los otros dos, parecían tres amigos inseparables; unidos por la pavonería adolescente y la superficialidad que generaba su reputación de matones.
-Bueno, al menos le he robado el dinero a un pardillo de sexto- rugió el otro tras eructar groseramente y aplastar entre sus manos una lata bacía de ‘’monster’’ de color verde.
Aquellos eran los matones de lo que Liu había hablado, Alex los miró con superioridad, ni se habían percatado de su presencia. Pensó en irse, a él no le inmiscuían los asuntos de la vida personal de Liu, no tenía porque solucionarle los problemas puesto que solo era su presa. Pero algo hizo que cuando Alexander estaba pasando al lado de aquellos mastodontes se detuviese en seco ¿Por qué tenía ganas de redimir el comportamiento de unos humanos? ‘’ es que no pueden seguir agrediendo a mi víctima, solo yo puedo herirle’’se dijo Alexander a sí mismo mientras se acercaba a aquel grupo de adolescentes chorreantes de feromonas y sudor, sus cuerpos ansiaban el contacto con las mujeres a las que habían embaucado para ser sus novias.
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