Primer paso

 Liu miró con recelo a Alex y tubo una idea que le costó llevar a cabo, realmente era algo cobarde, muy asustadizo y jamás se arriesgaba, pero por una vez tomaría la iniciativa o al menos lo intentaría. Miró a Alex y le sonrió con dulzura al recordar como su corazón había descansado, al igual que su cuerpo, al ver que despertaba a su lado en vez de cerca de Mörblut. Se acercó al vampiro y pasó una de sus piernas por encima de su cintura, atrayendo su cuerpo y sentándose sobre las piernas del vampiro, cerca de su cadera. Apoyó sus manos en el pecho de Alex y tras sentir los duros pectorales a través de la ropa bajo sus palmas sintió algo de pudor así que deslizó las manos hasta los hombros de Alex, estaba claro, lo iba a hacer, por mucho miedo que le hubiese dado antes Alex ahora temía solo con una chispa de la gran hoguera de sentimientos que se acumulaban en su pecho por ese vampiro.

Alex estaba encantado y alucinando de ver como el pequeño humano, aún temblando por los nervios de lo que iba a hacer, se había subido sobre él, sentándose dócilmente en su regazo y estando a punto de tomar la iniciativa por una vez desde que se conocieron.

Liu respiró profundamente tratando de calmarse, le daba un miedo abismal parecer torpe o inexperto, pero la cruda realidad es que era ambas cosas. Miró los labios de Alex, que ocultaban dos grandes y notorios colmillos, y vio como el vampiro deslizaba su lengua por el contorno de los belfos, humedeciéndolos y haciendo que estuviesen algo más brillantes. Liu pensó que debía imitar el gesto y también de lamió sus labios, pero se puso rojo de vergüenza creyendo que ese gesto habría quedado ridículo en alguien como él. Alex puso una de sus manos sobre la pierna derecha de Liu y acarició levemente dándole confianza.

Liu encorvó su cuerpo bajando ligeramente a los carnosos labios de Alex y pronto estampó los suyos contra los del inmortal, de forma algo precipitada y no recapacitada, se quedó en blanco, no sabía qué hacer o mejor dicho como hacerlo. Para su suerte Alex, quien siempre lo dominaba en los besos y llevaba el control, lo tomó por la nuca atrayéndolo más a su boca y comenzó a besarlo con calma, moviendo sus labios y adaptándolos al ritmo del más pequeño y después esperando unos segundos hasta sentir como el menor se sentía totalmente a gusto para introducir su lengua en la húmeda cavidad. Algunas caricias se repartieron por el cuerpo entero de Liu, quien si no supiese que era imposible, habría creído que iba a derretirse en brazos de Alex.

Liu subió sus manos hasta cuello de Alex y allí se agarró con fuerza sintiendo los cabellos de su dorada melena acariciar sus finos dedos. Cada movimiento que Alex hacía con la lengua dentro de su boca lo volvía loco al igual que las caricias que con sus enormes manos repartía por sus caderas, piernas y abdomen, que era lo que Alex tenía más a mano.

Liu suspiró al acabar el beso y se tumbó sobre el abdomen de Alex, resbalando por su magno cuerpo hasta esconder su cara entre sus pectorales.

+ Alex ¿Dónde estamos?- preguntó de repente mirando a sus alrededores, esa habitación le resultaba familiar, mas no era de su casa y dudó que fuese parte de las habitaciones de la mansión de Alex que no había llegado a visitar.

-Oh, sí, se me olvidaba. En casa de Dave, me ha ayudado mucho, ves a verle, seguro que te ha echado de menos.- dijo para ver como el chico saltaba ilusionado de la cama al suelo para correr en brazos de su mejor amigo. Pasaron casi una hora hablando y riendo y por muy celoso que Alex fuese capaz de sentirse supo que a Liu le hacía bien tener a ese divertido chico a su lado, lo animaba, pero siempre mantendría clara su posición, Dave no debía pasarse de la ralla, y mientras no lo hiciese Alex no actuaría en su contra.

La pareja ya estaba de nuevo en las calles caminando con lentitud mientras Liu llenaba sus pulmones con el aire fresco de la noche que tanto amaba Alex.

-¿Quieres que pasemos un tiempo en tu casa? Supongo que te sentirás más cómodo que en la mía- preguntó Alex tomando la mano del pequeño Liu para andar a su lado, acariciando con el pulgar los pequeños nudillos que lo agarraban. Liu asintió agradecido y Alex se sintió fatal, pensó que al recuperar a Liu su vida continuaría siendo una maravilla, pero aquello le dolía ''Joder, es tan agradecido y tan bueno... debería odiarme después de todo lo que le he hecho y aún así me perdona. Ya no quedan personas así de buenas e inocentes ¿Cómo he podido ser tan cabrón de hacerle tanto daño? Ojalá se lo pudiese compensar, ojalá... solo puedo portarme bien a partir de ahora, lo trataré con cariño y nunca le haré daño, no puedo volver a joderle. ¡¿Cómo he podido hacerle daño a alguien así?! Por dios, no tiene ni maldad suficiente como para odiarme después de todo'' Pensó el predador mirando a los ojos animados de Liu que recorrían la calle con cierta fascinación.

Ambos llegaron a la casa de Liu y los recuerdos se apoderaron tanto del humano como del vampiro, aquello que surcaba sus mentes los atormentó momentáneamente, para uno eran los más dulces pero perversos recuerdos y para el otro eran solo un montón de memorias horrendas de una pesadilla que deseó que jamás se hubiese hecho realidad.

Liu sacó una pequeña llave de su bolsillo pero los recuerdos mantuvieron preso su cuerpo, inmóvil como si algo le advirtiese que, si abría la puerta dejando pasar a ese ser, alguna cosa horrible sucedería.

Pero eso se vio aplacado cuando Alex leyó en su mente y posó su mano sobre la del pequeño, dirigiendo con cuidado la llave hasta la pequeña ranura, Liu giró la llave y abrió la puerta, entro seguido de Alex, quien miraba con preocupación los tristones ojos de Liu, parecía que quería llorar.

+No quiero estar aquí...- murmuró el chico meditabundo y secando con el dorso de su mano las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos, todos los roncones y recovecos de esa casa, al igual que la de Alex, tenían una historia que contar, una historia que causaba terror en Liu- me trae malos recuerdos.-dijo con un hilillo de voz, esa fina voz que se rompía como un hilo del mismo calibre al sentir las lágrimas escurrir.

-Lo siento- dijo Alex pensando que quizás ya era tarde para disculparse, abrazó al menor por detrás y le secó las lágrimas. Ya no podía remediar lo que había hecho, pero tal vez podría coser esas heridas que ahora se abrían en Liu.

El pequeño sintió una calidez protectora irradiando de Alex que jamás había sentido, muchas veces lo había abrazado y aprisionado en sus brazos, pero ahora era tan diferente, Alex estaba arrepentido y Liu era capaz de sentirlo, de sentir todo ese dolor que causaba con su propio sufrimiento en Alex.

Siguió tomando al menor entre sus brazos, esta vez no lo atrapaba para evitar que huyese, ni lo arrinconaba para intimidarlo, esta vez lo estaba protegiendo y cuidando, puede que el gesto del abrazo fuese parecido a los de antes, pero la intención era totalmente diferente. Depositó un pequeño beso en la nuca del chico después de apartar un poco sus cabellos.

Liu se removió un poco acomodándose, le gustaba ese cálido y protector abrazo, y ese pequeño besito en su nuca le hizo sonreír ligeramente, no era un beso lujurioso o malicioso, era uno lleno de cariño y eso viniendo de Alex era algo muy extraño.

- ¿Quieres que vayamos a otro sitio?- sobre los recuerdos horrendo de su pasado vino a la mente de Liu la idea de construir unos nuevos y borrar esos antiguos, eliminar todo rastro de esos momentos que tiempo atrás ya debían haber sido eliminados. Liu negó. También formaría nuevos recuerdos, muy diferentes y capaces de endulzar su agrio pasado, sobre Alex pues ahora estaba en manos del nuevo Alex, uno que le acariciaba con sus grandes y cuidadosas manos en vez de atraparlo en sus garras.

Liu comenzó a caminar, pero Alex siguió sujetándolo un poco por la cintura mientras el pequeño se dirigía su habitación, aquella a la que Alex siempre le arrastraba con la intención de hacer cosas sucias, aquella que no volvería ser usada para hacerle daño al chico.

Liu se tumbó en la cama y miró fijamente a los ojos de Alex, quien estaba de pie frente a él esperando una invitación para poder ponerse a su lado, no quería estar en la misma cama que Liu sin su consentimiento, porque las veces que lo había hecho habían acabado dañando mucho al menor. El chiquillo lo miraba casi con calma, como si quisiese que Alex se abrazase a él y lo sostuviese con fuerza mientras dormía, o al menos eso interpretó el vampiro, quien se subió a la cama, dejando que su peso alertara un poco al menor.

+ ¿P-Porque no eras así des del principio?- preguntó el chico al sentir que el mayor lo tomaba atrayéndolo hasta él hasta aplastarlo contra su cuerpo. Sintió rabia, más de la que recordaba haber sentido en su vida, rabia al ver en su mente como lloraba esperando que aquel que había abusado de él volviese para... ¿Para qué? ¿Para hacerle compañía? Estaba tan solo... y quizás Liu estuviese volviéndose loco, pero ver al sádico Alex redimirse por él causaba en el chico un sentimiento extraño ¿de verdad estaba cambiando algo que había permanecido inamovible por siglos? Él no quería alejarse de Alex, solo quería que ese Alex cuya cercanía necesitaba fuese bueno, y lo estaba siendo-¿A-Antes no te sentías culpable? ¿Por qué ahora?- preguntó abrazándose al vampiro y escondiendo su cara entre sus pectorales, le hacía cosquillas con el pelo a Alex sin querer.

-Porque siempre he sido así y los hábitos cuestan mucho de romper. Nunca me acostumbré a sentir culpa, nunca tuve remordimientos, pero ahora que lo siento creo que es la cosa más horrible del mundo...me hace darme cuenta de lo injusto que he sido, haciéndote siempre daño y pensando que deberías estarme agradecido si te daba unos segundos de paz tras el maltrato- suspiró casi riendo irónico, aquello que decía sonaba demasiado poético como para venir de alguien que se había comportado de forma tan vulgar- No he cambiado Liu, en realidad no- el menor al sentir aquellas inesperadas palabras comenzó a sentir terror ¿a qué se refería Alex con aquello? Se removió, pero desistió atemorizado al ver que Alex no lo soltaba- Mato y hago cosas peores sin remordimientos ni pena alguna, en eso sigo siendo el mismo de siempre, es mi forma de actuar.- notó al menor temblar en sus brazos, ese miedo que destruía la nueva confianza afloraba-Pero contigo no, no seré así contigo, así que, por favor, deja de temblar pequeño, conmigo estas a salvo- Solo esas palabras tranquilizadoras surtieron un efecto inmediato en Liu, quien se relajó y poco tardó en dormirse mientras Alex sentía las respiraciones cálidas de su chiquitín contra su pecho, debía ser un pecado abusar de tan inocente chico.


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