-¿Has dormido bien?-preguntó Aidan al ver a su pequeño humano abrir los ojos tras un largo día de sueño.
-Claro, con lo agotado que me dejaste- bromeó Jeremy acercándose más a su vampiro hasta quedar acurrucado contra su fornido pecho.
-Pues a partir de ahora te dejaré más que agotado- dijo picarón y con una lasciva sonrisa en sus labios mientras se erguía hasta quedar a cuatro justo encima de Jeremy mientras este lo miraba con algo de vergüenza pero siempre admiración.
-Oh, venga, no seas tan bestia conmigo- dijo Jeremy haciendo un puchero mientras miraba los ojos de Aidan. El vampiro sonrió, le parecían tan tierno aquel chico, entonces una idea que tuvo hace tiempo cruzó su mente de nuevo ''Pronto le diré que podría vincularlo a mí, seguro que le parecerá fantástico, podrá estar conmigo siempre que lo cuide e impida que otros le hieran o maten y así no envejecería o enfermaría, sería mío, mío para siempre. Pero aún no me precipitaré tanto, debo estar seguro de que él realmente quiere, pero pronto se lo diré'' pensó mientras su mano se paseaba deliberadamente por la tez de Jeremy.
-Tranquilo- dijo Aidan bajando y besándole gentilmente la mejilla y más tarde el cuello- puedo ser muy bueno si quiero-le susurró al oído haciéndolo estremecer. Jeremy sabía muy bien cuan bueno podía ser Aidan pero para eso antes había tenido que conocer su lado más salvaje- pero...- dijo el vampiro mientras con rapidez atrapaba las piernas del otro entre las suyas y encerraba sus finas muñecas en su puño, situando el agarre sobre su cabeza e inmovilizando al chico que por unos segundos se quedó sin respiración-... no sé si quiero ser bueno contigo- dijo jugueteando un poco más con el frágil Jeremy.
- Sí, sí que quieres serlo- dijo Jeremy sorprendiendo al vampiro, por fin hablaba con confianza. Sonrió dulcemente mientras se relajaba aún después de haberse tensado por el agarre del vampiro.
- ¿A sí?- preguntó burlón y mordiéndose el labio, tenía tantas ganas de que pasase el tiempo y no pudiese recordar ya los atisbos de una vida sin Jeremy- ¿Y qué es lo que te hace pensar eso?- dijo sarcástico mientras descendía al cuello del mortal, besándolo con cuidado, y entonces el menor volvió a tensarse.
-Porque si quisieses ser malo conmigo no te esforzarías tanto en no asustarme ni hacerme daño- dijo el chico mientras respiraba pausadamente, la verdad es que sentir la boca del vampiro sobre su cuello de nuevo le estaba resultando más difícil de lo que creía.
-Y dime Jeremy- con su sonrisa interesante y alzando una ceja consiguió parecer más enigmático de lo que usualmente era- ¿lo estoy consiguiendo? Ser bueno contigo, como a ti te gusta ¿lo estoy consiguiendo?- preguntó de nuevo sin dejar de mirar a su chico, tenía el cabello todo desordenado y al ser blanco parecía que al chico le hubiese nevado encima.
-Claro- dijo Jeremy incorporándose un poco y aprovechando eso para abrazar al gran vampiro cuya ancha y tonificada espalda apenas podía rodear con sus brazos- oye Aidan, en este tiempo que hemos estado sin vernos t-tú... ¿has estado con otros?- preguntó no saltándolo de su abrazo sino apretándolo con más fuerza.
Aidan apartó repentinamente al mortal de entre sus brazos y lo tomó por el cuello, asustándolo, y haciendo más largos sus colmillos. El chico dirigió sus manos a la del vampiro y aún así no consiguió liberar el agarre de su cuello.
-Sabes que me cabrea que desconfíes de ese modo de mí ¡¿Cómo se te ocurre preguntarme algo así?!- vociferó abriendo su enorme boca de grandes colmillos y dedicándole una espectacular sonrisa ladeada a su amante, quien ahora lo miraba con cierto miedo mientras dejaba caer sus brazos a pesa a los lados del cuerpo. Jeremy estaba inmóvil, como cada vez que Aidan se enfadaba, el miedo siempre paralizaba su cuerpo- ¿es que acaso tu si has estado con alguien?- preguntó, no enfadado sino preocupado y sintiendo como si le hubiesen robado algo de su pertenencia.
- ¡No!- gritó el chico mientras volvía a poner sus manos sobre la del vampiro, pidiendo ser liberado con el gesto, pero sintiendo aún la presión de los dedos sobre su garganta- ¿Por qué yo no puedo preguntarte si has estado con alguien más pero tu si lo haces?- preguntó el chiquillo sintiendo el pánico invadirlo, odiaba ver al temible Aidan cabreado y ahora estaba cometiendo la insolencia de retarle.
Por fortuna la mano de Aidan se retiró del cuello del chico, no sin acariciar la enrojecida piel con algo de pena y ternura, acto seguido Aidan cerró sus ojos aproximándose al chico y dándole un suave liviano beso sobre los acorazonados labios.
-Perdona- dijo Aidan decepcionado consigo mismo y desviando la mirada ¿Cómo había podido comportarse así con Jeremy?- soy demasiado celoso y un poco histérico- sonrió levemente mientras buscaba el perdón en los ojos clemente de su humano.
-No pasa nada- dijo Jeremy perdonando como muchas otras veces a su vampiro ¿Qué tan grave debía ser un error de Aidan como para que Jeremy no lo perdonase?
-De verdad, tienes razón, lo siento- se disculpó de nuevo, se odiaba cada vez que Jeremy lo perdonaba con tanta facilidad, era tan inocente y bueno- es solo que no estoy acostumbrado a esto... Yo soy muy posesivo cuando se trata de ti, y no se controlar bien esa parte mía- se excusó Aidan mientras Jeremy sonreía sin poder evitarlo al escuchar la frase ''soy muy posesivo cuando se trata de ti'' le hizo sentir bien, eso significaba que Aidan lo valoraba.
-Al contrario- dijo Jeremy tomando las grandes manos del vampiro- yo creo que en verdad te controlas mucho conmigo- dijo acercándose un poco al vampiro y ladeando su cuello, parecía que quisiera provocarle aunque esa no era ni de lejos su intención- seguro que tiene que ser estresante pasarse el día cerca de mí, soy humano así que sería como si yo estuviese todo el día hambriento y rodeado de mi comida favorita- Aidan bajó un poco, más cerca del expuesto cuello del chico y este retrocedió levemente mientras tapaba su cuello con el cuello del jersey, a Aidan le resultó un tanto tierna y curiosa esa reacción.
-No lo entiendes, Jeremy-dijo riendo un poco, le resultaba cómico como el chico interpretaba su situación, como si la pudiese explicar- La sed de sangre no es como el hambre humana a comida. Para que lo entiendas, es en parte un alimento pues nos da fuerzas y cumple la función de la ''comida'', pero el hecho de querer beber sangre y no resistirse es porque a la vez es como una droga a la que estas enganchado, pero una droga un millón de veces más potente que cualquiera existente-Puso la palma de su mano sobre el pecho de Jeremy y lo empujó haciéndolo caer de nuevo de espaldas contra el colchón y acto seguido le dio un breve beso en los labios, de esos que aunque eran pequeños lograban derretir al humano- y tu eres aún más adictivo que todo eso- susurró dulcemente.
-¿Tan buena esta mi sangre?- preguntó el humano, curioso, mientras jugaba en sus manos con los largos mechones que caían de entre el pelo de Aidan sobre su cuerpo.
-No es solo tu sangre... eres tu.- dijo Aidan tomándolo de la mano y levantándose junto a él de la cama- ¿Quieres hacer algo en especial hoy?- preguntó el vampiro sin soltar la pequeña mano, suave y menuda, de su mortal.
-No sé, podríamos salir-dijo Jeremy encogiéndose se hombros. Realmente le daba igual que hacer mientras estuviese con Aidan.
-De acuerdo, entonces me iré un rato y cuando vuelva saldremos ¿Qué te parece?- y ahora si que soltó su mano mientras se dirigía a la puerta de la habitación.
Jeremy lo detuvo jalándolo de la manga de la camiseta con fuerza, como si temiese que al irse, Aidan, no fuese a regresar jamás.
- ¿A-A dónde vas?- preguntó inocentemente, por culpa de sus precipitadas suposiciones estaba perdiendo de nuevo su confianza, imaginando que Aidan quería no verlo más, que quería alejarse de él pues estaba cansándose.
-Jeremy- dio un largo y pausado suspiro- voy a cazar –aclaró mirando los grandes y fijos ojos de Jeremy que parecían iluminar su rostro como dos faros en la mar, era hermoso.
- ¡Espera!- dijo Jeremy tirándole del brazo sin dejarlo ir cuando el vampiro hizo un ademán de abrir la puerta frente a las escaleras de caracol.- ¿P-Puedo ir contigo?- preguntó lo más rápido que pudo, diciendo de una vez por todas esa pregunta que le quemaba en la garganta
-¿Qué?- Aidan no pudo decir otra cosa, realmente nunca se habría esperado eso de su pequeño- ¿Tienes idea de lo que estás diciendo?- preguntó incrédulo ¿acaso a Jeremy le daba morbo imaginarse a su semental asesinando? No, imposible.
- ¡Claro que se lo que digo! –replicó sintiéndose como si Aidan le diese el mismo trato que a un niño pequeño- N-No quiero estar solo, no otra vez, no podría aguantar ni un minuto solo, por favor...-Jeremy se acercó a Aidan, quien lo miraba con ternura, y lo abrazó, acurrucándose junto a su depredador- además tu sabes que me da igual que seas un vampiro, y que me da igual que mates, tú lo sabes, podré soportarlo pero por favor no me dejes solo- cerró los ojos e inhaló ese aroma masculino que no quería sentir alejándose.
-No- dijo Aidan, duro y contundente, haciendo al menor estremecerse y asustarse ¿de veras Aidan iba a dejarle solo? ¿De veras no cedería por él?
- P-Pero...-logró articular el menor sin querer despegarse del vampiro que ahora lo miraba serio, con ojos fríos, calculadores ¿Por qué ese cambio de expresión tan drástico?
-No y punto- con palabras afiladas y esa voz tan dura y opaca logró seguir quebrando a Jeremy por dentro, quien a punto de iniciar un llanto se aferró más a su pareja- Jeremy, nunca pienso permitir que veas como mato ¿entiendes? Nunca, bajo ninguna circunstancia. Sé que me aprecias mucho, pero debo decirte que el ser que caza cada noche soy yo, pero ese ser no es ''tu Aidan''. Yo soy sádico, un hijo de perra sin sentimientos, soy un asesino a sangre fría pero me comporto bien contigo, por eso no puedo permitir que me veas siendo como siempre soy.
Aidan acarició un poco el pelo de Jeremy, quien ya había cesado de abrazarle pero aún así se acurrucaba en su pecho buscando refugiarse de las palabras, hirientes a su parecer, que escuchaba- No es que me avergüence de cómo soy, pero si después de tanto tiempo siendo bueno contigo te muestro mi lado malo me arriesgo a perderte y eso no me lo permitiré- levantó la barbilla del menor con su mano para mirarlo justo a los ojos, sintió algo de pena al verlos vidrioso y húmedos, rebosantes de lágrimas que le pedían que no las hiciese salir con su partida.
-¿Sabes? Creo que no tengo tanta hambre- mintió cosa de la que Jeremy se percató-no saldré hoy a cazar- añadió tomando al chico por la cintura y conduciéndolo de nuevo a la habitación. Ambos se sentaron en la cama y se miraron, Jeremy con unos ojos agradecidos y Aidan... Aidan con unos ojos que devoraban al chico con la mirada pero que trataban de resistirse a la tentación.
Jeremy actuó con rapidez, debía agradecerle al vampiro aquello pues sabía que controlar sus instintos no era fácil, domar a una bestia de tal magnitud debía ser agotar y, según el parecer de Jeremy, lo mínimo que él podía hacer por su gran vampiro era saciarlo una noche más. Sin pensárselo dos veces se quitó la camiseta de cuello alto que arropaba su piel y quedó al descubierto, sin llevar ninguna vestimenta en la parte superior del cuerpo y, con mucho más reparo del habitual y temblando demasiado, se tumbó en el lecho, cerró los ojos y giró su cabeza exponiendo su cuello.
-Sé que tienes hambre y que por mi culpa esta noche no comerás- dijo el chico aún con los ojos cerrados y con la voz vacilante ¿Por qué la vox le flaqueaba tanto?- así que... s-solo hazlo rápido- dijo Jeremy señalando su cuello, como si todo lo que había hecho no dejase aún claro el propósito de tan tentadora oferta.
-Seré rápido y prometo que no me descontrolaré- prometió el vampiro poniendo una de sus manos sobre los muslos de Jeremy y acariciando con cariño ¿Por qué el chico temblaba tanto?- cierra los ojos- y el chico, que los había abierto al sentir el peso de Aidan sobre él, colocado a cuatro sobre su indefenso cuerpo, obedeció con la respiración demasiado agitada- voy a hacer que te relajes-advirtió el vampiro mientras el humano respiraba entrecortadamente.
Como siempre Aidan comenzó con sutiles roces en la piel del humano y siguió con lentos besos sobre su cuello, para después hacer algún que otro chupetón.
Mientras la lengua se paseaba por la garganta y las manos por la cintura y abdomen del humano Aidan notó que algo no iba bien. Jeremy siempre se asustaba cuando iba a ser mordido, y se asustaba mucho, pero ahora el chiquillo estaba totalmente encogido y daba respingos por cada beso que sentía sobre su yugular; casi estaba hecho una bolita debajo del magno cuerpo, abrazado con temor a sus piernas y temblando tanto que parecía un animalito congelado tiritando en sus últimos momentos de vida. Sus ojos cerrados dejaban escapar lágrimas y de vez en cuando de su boca salían chilliditos que ahogaba con su propia mano. Aidan no lo comprendía ¿Por qué tan asustado? No, no estaba asustado, Jeremy estaba aterrorizado y aún así era incapaz de pedirle a Aidan que parase ¿tanto estaba dispuesto a sufrir por él? ¿Tanto estaba sufriendo aún sin haber sido mordido? Aidan trataba de relajar al muchacho lo máximo posible e incluso escondió sus colmillos, ya sin intención de morder, casi se podría decir que ver esa imagen tan llorosa e indefensamente asustada de Jeremy le había quitado el apetito.
Ante sus vanos esfuerzos por calmar al chico solo recibía de él un terror que jamás había contemplado en ese rostro, así que cesó en sus caricias y besos y le susurró al oído.
- ¿Qué te pasa Jeremy? Estas mucho más asustado que de costumbre- el chico hizo un además de hablar pero un sollozo salió sin permiso de su boca- Calma pequeño, calma- dijo el vampiro acariciando su cabello.
- E-Es que no pensaba que fuese tan duro e-esto, yo... perdón-se disculpó el chico aún sin motivos- siempre me da miedo que me muerdas, ya lo sabes, pero des de la última vez... m-me dolió tanto y pensaba que moriría... pero el dolor, el dolor fue demasiado y m-me da tanto miedo...- se tapó la cara llorando mientras Aidan trataba de secarle las lágrimas con sus dedos, mirándolo con algo de pena y arrepentimiento- pensaba que podría aguantarlo pero me da tanto miedo, tanto miedo- repitió incrédulo, adorando a Aidan como siempre pero temiéndolo como si fuese el mismísimo diablo- Pero no te preocupes, t-tu muérdeme, es lo mínimo que puedo hacer, es decir, tu siempre haces cosas por mí y yo... p-por favor acaba ya y muérdeme- terminó de hablar antes de sentir su lengua atacada por otra que evidentemente era la de Aidan. Sintiendo los esponjosos labios moverse y esa lengua penetrar en su boca, calmándolo, devorando su miedo y dejando solo el tacto de las dulces caricias dentro de su boca.
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