Siempre hay un riesgo

 Esta vez Jeremy despertó antes que el vampiro y lo miró mientras dormía, ese rostro apacible le resultó totalmente extraño, su tez pálida, su pulso inexistente y su falta de respiración hacían que Aidan pareciese un cadáver. Jeremy se deshizo con mucho cuidado de los brazos que lo rodeaban protectoramente y se irguió hasta quedar de pie frente a la cama, pensando en una manera de despertar a su vampiro dormido.

Volvió a colocarse sobre la cama y esta vez sobre el vampiro, con sus piernas a los lados de la cadera de Aidan, sentado sobre su regazo y mirando des de su posición como el cuerpo de su amante no se movía ni un milímetro, casi parecía irreal. Jeremy bajó un poco, pensando en despertarlo con un beso y así comenzar con buen pie la noche, pero se echó atrás durante unos segundos al ver como los colmillos sobresalían de la boca ligeramente. Aún así se acercó de nuevo a su rostro y juntó sus labios con los del vampiro, ante el contacto, Aidan no tardó apenas un segundo en abrir sus ojos e incorporarse, tomando al pequeño por la cadera y devorando vorazmente su boca, usando su lengua para hacerla bailar junto a la de Jeremy, siendo tan brusco que el mismo humano se asustó ante tal reacción.

-Que buen despertar- musitó Aidan sin soltar las caderas del chico y mirándolo melosamente, realmente había agradecido ese gesto por parte de su acompañante mortal- Gracias- dijo cogiéndole la mano y besándosela para parodiar así el comportamiento de un caballeroso hombre de siglos atrás.

-D-De nada- dijo Jeremy con un leve rubor en la mejillas mientras notaba su mano siendo acariciada por la del vampiro- Que gesto más caballeroso- rió después de que su mano fuese besada por segunda vez- ¿Hacías esto hace unos siglos para llevarte a chicos a la cama?- preguntó curioso y sabiendo que solo él recibía ese trato especial por parte del vampiro, orgulloso de ello y feliz por ello.

-No, suelo ser más brusco, ya sabes, si quiero algo lo tomo por la fuerza- dijo Aidan sonriendo, mostrando esos poderosos colmillos mientras retiraba mechones de pelo de Jeremy de su cara, apoyándolos tras su oreja- y, tanto hace siglos como ahora, si quiero a un chico en mi cama lo llevo a rastras y después lo devoro, así que siéntete afortunado Jeremy- cada vez que decía su nombre, Jeremy sentía un extraño cosquilleo en el estómago, como si el hecho de pronunciarlo le hiciese especial.

-Gracias- dijo el chico tímidamente mientras abrazaba tiernamente al enorme predador que solo se limitó a devorarle el cuello con dulces besos como respuesta.

-No tienes que agradecer nada- musitó el vampiro colando sus mano bajo la camiseta del chico y acariciando su piel con cuidado pues el chico era tan frágil que nunca le abandonaba la sensación de que lo rompería entre sus manos- Oye, se que estas cansado y aún adolorido por lo del otro día, pero ¿Qué te parece si jugamos un ratito? No haremos nada demasiado duro, pero es que no me puedo contener más- dijo Aidan mordiéndose el labio de deseo y mirando a Jeremy, esperando por una respuesta afirmativa.

Jeremy se quedó unos segundos mirando los oscuros ojos del pelinegro, cargados de deseo, supo que el también deseaba su contacto, que anhelaba sentir sus pieles y , puesto que Jeremy estaba aún adolorido, el hecho de liarse  toquetearse un poco sin llegar más lejos le pareció una buena idea.

Jeremy decidió no responder, sino que simplemente quiso provocar al vampiro y subió su camiseta, mostrando totalmente su torso ligeramente marcado y moreno y acto seguido mordió su camiseta para mantenerla levantada.

El vampiro sonrió de lado y miró a Jeremy sorprendido por su deliciosa cooperación y, sin esperar ni unos segundos, atacó su torso lamiéndolo como si su sabor fuese el más delicioso y dejando en él chupetones demasiado marcados. Apretó la carne del chico entre sus labios y la chupó demasiado fuerte, haciendo gemir a su acompañante. Con sus afilados colmillos fue dejando caminos en su piel, sin rasgarla pero si arañándola ligeramente mientras Jeremy lo miraba temeroso, habiendo perdido esa confianza juvenil con la que había comenzado el juego.

Jeremy vio como el vampiro se giraba bruscamente mientras sus colmillos crecían ligeramente, aunque no le dio importancia pues pensó que se debía a la excitación. Empujando al humano contra el colchón, colocándose encima suyo y atrapando sus muñecas con una sola mano, Aidan consiguió tener al humano inmóvil en solo segundos.

-V-Vaya, antes estabas caballeroso y a-ahora  pareces una fiera- bromeó Jeremy para tratar de aplacar sus nervios, los cuales se acentuaron cuando Aidan atacó su cuello de nuevo sin dar una mínima respuesta a su broma- Aidan, no tan fuerte, por favor- dijo notando los colmillos del vampiro impactando contra su piel, ya no eran mordiscos calientes y juguetones, ahora el único que jugaba era Aidan y con el frágil cuello del humano- Aidan, por favor, más flojo- insistió Jeremy con la voz temblorosa, Aidan no le estaba prestando ni un poco de atención y eso era impropio de él.

Sin poder contener su hambre atroz Aidan se dejaba llevar por sus instintos, haciendo que sus oídos fueran sordos a las súplicas del humano que solo escuchasen el rio de sangre que corría por esas delicadas venas. Tratando de contenerse pero sin ser él mismo iba mordiendo más y más fuerte en el cuello de su víctima, olvidando que se trataban de Jeremy, cuyas manos trataban de escapar del agarre mediante el que estaban prisioneras.

-Aidan, Aidan para, p-por favor para- dijo el chico con los ojos llorosos y asustado por su inmovilidad, tratando de liberarse de su agarre y revolviéndose entre los brazos de su predador, temiendo que Aidan solo hubiese estado mintiendo todo el tiempo para devorarlo esa noche por simple diversión- D-Duele, Aidan, no...- jadeó sin aliento y temblando mientras los mordiscos eran cada vez más fuertes, asustado, decepcionado y con su corazón y su esperanza a punto de quebrarse Jeremy solo pudo sollozar. Al siguiente mordisco, y por como la fuerza de estos aumentaba, los dientes romperían la piel, aunque eso no llegó a pasar pues Aidan volvió en si con rapidez al oír la voz rota del menor.

De un movimiento demasiado rápido como para que Jeremy pudiese verlo, Aidan se había alejado del menor, quedando entonces apoyando contra la puerta y en la zona de la habitación que más lejos estaba del chico.

-Mierda, mierda, mierda- exclamó el mayor totalmente frustrado, no por haber estado a punto de perder el control, no por ser demasiado débil mentalmente, sino por hacer llorar de miedo a su pequeño Jeremy y por haber estado a punto de herirle sin su consentimiento- Jeremy, perdón, me he descontrolado ¿estás bien?- dijo acercándose al menor y sentándose a su lado. Jeremy retrocedió asustado como acto reflejo pero al instante recapacitó, recordando su adoración hacia el mayor, él siempre hacía cosas buenas por él y no pensaba tenerle en cuenta ese pequeño desliz así que se acercó al vampiro y con algo de miedo lo miró a los ojos.

-S-Sí, estoy bien- dijo observando cómo los ojos del mayor se dirigían a su cuello, observando las marcas rojas y amoratadas de la piel que parecían hirientes y que por tanto debían ser bastante dolorosas- Es decisión mía estar contigo a-así que tengo que asumir que eres así de peligroso, no pasa nada- dijo Jeremy tratando de calmarse y mirando al suelo, sin atreverse aún a mirar a la cara de Aidan. Por unos segundos había pensado que sería su fin, que Aidan lo mataría y que todo había sido un juego, realmente esa idea le daba ganas de llorar hasta que sus ojos se secaran.

-De verdad, no quería hacer eso, es solo que tu sangre huele demasiado deliciosa y tengo bastante hambre- dijo acercándose al menor de nuevo, quizás demasiado, poniéndolo nervioso.

- Y-Ya te he dicho que no pasa nada, además mañana me morderás así que ya tendría que estar preparado para este tipo de cosas- explicó, jugando nerviosamente con sus manos y alzando ligeramente la vista, topándose con una cercanía demasiado tensa con Aidan, quien lentamente se rompió el espacio entre los dos besando con lentitud la boquita dulce del menor. Moviendo lenta y profundamente la lengua, supo que es menor se estaba muriendo de placer cuando este se acercó más a él y echó sus apetitosos brazos sobre sus hombros, consiguiendo así que Aidan pudiese prolongar el beso.

-Mañana... si quieres mañana puedo salir fuera y morder a otro, si no te sientes dispuesto a- Jeremy lo cortó sin dejarle acabar la frase. Aidan no pensaba de ninguna de las maneras en algo como renunciar a la sangre de Jeremy pero le pareció excesivo morderle al día siguiente tras el arranque de voracidad que acababa de tener.

-No pasa nada, te dije que me dejaría morder a-así que lo haré- dijo Jeremy apoyándose en el pecho del más alto, sintiéndose envuelto por la fuerza del no-muerto – Pero intenta curarme rápido, ya sabes lo que me duele- recordó el menor  mientras pasaba el cabello del vampiro entre sus finos dedos, sorprendiéndose por lo liso y suave que este era.

Aidan tomó al chico por la barbilla, haciéndolo mirar hacia arriba y dejando su cuello indefenso, comenzó a mirar las marcas rojas y amoratadas que le había dejado, sabiendo que deseaba hacerle eso y más pero que solo podía contenerse, acarició el cuello del menor y este gimió por el dolor.

-¿Te duele mucho?- preguntó Aidan retirando su mano al instante. Jeremy asintió mirando para otro lado- Perdón.- se disculpó de nuevo soltando al pequeño y este por tanto volvió a mirarlo a la cara.

-Eres un vampiro, es normal- dijo Jeremy acomodándose sobre el regazo de su compañero, aquel al que tanto necesitaba tener cerca.

-Lo sé, y seguro que esta no será la primera vez que te haga esto pero aún así me da pena, estabas tan asustado- dijo sin poder contener una media sonrisa al recordar la sensación de tener al muchachito temblando bajo su cuerpo- ¿Te apetece hacer algo esta noche?- preguntó cambiando de tema drásticamente y sintiéndose extraño al ver como el menor lo perdonaba con demasiada rapidez, aquel chiquillo merecía a alguien mejor pero tenía muy claro que no lo dejaría marchar por nada del mundo.

-Me apetece que no me comas- dijo el chico bromeando, tomándose a risa la situación de unos minutos atrás y haciendo reír al mayor también.

-Me parece que me pides algo demasiado difícil- le siguió la broma levantándose de la cama y cogiéndolo en brazos, besando su mejilla y haciéndole sonrojarse- ¿Qué te parece si vamos a comprarte ropa? Quiero vestirte de una manera diferente- dijo giñándole un ojo a su compañero y comenzando a bajar las escaleras.

-¡Bien! Siempre me vestía con la ropa más barata que pillaba en el mercadillo, nunca había ido de compras de esta manera- indicó Jeremy mientras Aidan lo bajaba de sus brazos y comenzaba a abrir la puerta maciza que solo un ser sobrenatural podría mover- Aunque si me elijes tu la ropa supongo que ya puedo imaginar que muy colorida no será- bromeó señalando la indumentaria heavy de Aidan, quien llevaba unos pantalones rotos negros, algo anchos y de cadenas colgantes, y  una camiseta de tirantes grisácea combinada con una chaqueta de cuero negro.

- Bueno, compraremos ropa de varios colores: negro, oscuro, azabache, color noche, etc...- dijo bromeando mientras comenzó a caminar por las calles faltas de iluminación hacia una tienda que conocía a la perfección.

-Ahora que lo pienso ¿Qué tienda encontraremos abierta a estas horas?- preguntó el chico siendo guiado por los rápidos y audaces pasos de Aidan, quien parecía muy decidido yendo a un lugar que Jeremy desconocía- como no entremos a robar a una que este cerrada- dijo el chico bromeando.

-Iremos a la tienda de un conocido mío, él siempre abre durante las primeras horas de la noche- explicó. Miró como el chico le seguía y decidió aminorar el ritmo, cosa que Jeremy agradeció pues comenzaba a cansarse. Con una sonrisa de complicidad miró a los lechosos ojos del humano y lo tomó de la mano antes de seguir caminando, el chico solo desvió la mirada nervioso y notando como sus dedos se entrelazaban con los del vampiro ''Oh Dios, es casi como si fuéramos novios, ojalá no me suelte'' pensó inocentemente el humano mientras sonreía feliz- ¿Y qué es eso de robar?- preguntó en broma Aidan- No sabía que ahora eras un chico malo-siguió con su exquisita ironía.

-Será porque voy con malas compañías- le respondió picarón y mirándolo de manera juguetona, atrevida comparada con su timidez- Por cierto ¿Cómo que ''un amigo tuyo''? No quiero decir que seas antisocial ni nada por el estilo pero... tu no... no sueles ir por ahí haciendo, ya sabes, haciendo amigos- dijo Jeremy  con delicadez tratando de no ofender al vampiro. Aidan rio ante el comentario de su humano y soltó su mano para revolverle el pelo.

-Que ingenuo eres- dijo despeinándolo y riendo, acto seguido volvió a coger de la mano a Jeremy haciendo que este sonriera tímidamente de nuevo- Es un vampiro y, bueno, siempre que voy cambiando de lugar de residencia, cada 100 o 50 años, trato de conocer a los vampiros de la zona y les hablo de Alex ya de paso para que no haya problema, ya sabes, si somos colegas entre todos no habrá malos rollos- explicó viendo como el chico se ponía algo nervioso, Aidan era el único vampiro en el que Jeremy confiaba y no quería, por tanto, mezclarse con otros vampiros que pudiesen ser peligrosos- A él le encanta la ropa gótica y heavy, por eso tiene una tienda pero, más que nada van vampiros así que la zona estará llena, te aviso porque me parece que recibirás muchas miradas de ellos- advirtió Aidan notando como Jeremy lo cogía mas fuerte de la mano.

-M-Mientras no me hagan daño- dijo el muchachito comenzando a preocuparse.

-Eh- dijo llamando su atención y haciendo que lo mirara- No pienso dejar que te lo hagan- añadió inclinándose para dar un suave beso en los labios de su acompañante. Jeremy lo miró con curiosidad e inocencia y acto seguido soltó la mano del vampiro para cogerlo del brazo, agarrándose a los fuertes músculos.

Pronto llegaron a un sitio donde se podía distinguir una gran acumulación de seres de la noche que no se molestaban en esconder sus colmillos y que saludaban, en su mayoría, a Aidan con un tono amable antes de mirar a Jeremy profundamente, devorándolo con la mirada. Aidan acarició la cabeza del pequeño mientras devolvía saludos al ver que el chico comenzó a temblar.

La pareja entró en la tiendo observando una gran extensión de decorados bizarros llenos de una ropa que a Jeremy le pareció extraña.

-¡Aidan! Por fin te dignas a venir a comprar, hacía tiempo que no tenía un cliente tan infiel como tú ¿No estarás comprando en otra tienda?- bromeó un chico alto como Aidan, de pelo rojizo, largo y ondulado vestido con una toga negra con capucha como uniforme de trabajo.

-No, no, es solo que hacía tiempo que no necesitaba ropa ¿Acaso se te ha hundido el negocio sin mi?- preguntó Aidan irónico mientras miraba a su alrededor con ganas de escoger el conjunto que mejor fuese a quedarle a su presa, quien se escondía tras él, desconfiado por el amigo de su amante.

-Al contrario- dijo riendo- creo que me espantabas a la clientela- bromeó saliendo del mostrador para hablar más directamente con su amigo-¿Eh?- dijo notando la presencia del pequeño mortal a las espaldas de Aidan- Un...¿humano?- dijo extrañado y queriéndose acercar a Jeremy, quien retrocedió como acto reflejo- ¿Por qué traes a un humano?- preguntó extrañado.

-Venía a comprar ropa precisamente para él- explicó Aidan con una enorme sonrisa y mostrando sin intenciones sus colmillos y dejando al joven vampiro más confuso que antes.

-Ah, claro- dijo con una voz vacilante y sin comprender del todo la situación mientras seguía mirando demasiado a Jeremy, quien no se atrevió a hablar.

Aidan llevó a Jeremy por los pasillos llenos de ropa y tomó alguna prendas de su talla haciéndole probarse solo un conjunto con la intención de que lo llevase puesto una vez saliesen de la tienda.

Algo sonrojado y con bastante vergüenza, Jeremy corrió la cortina del probador y salió ante Aidan, exhibiendo su cuerpo.

-Aidan ¿puedo hablar contigo?- preguntó el inmortal pelirrojo sin quitarle el ojo de encima a Jeremy.

-Claro- dijo en alto- espérame aquí, por cierto, me encanta como te queda- dijo viendo su conjunto y alejándose del humano.

-¿A que juegas con ese chico?- preguntó el vampiro señalando sin disimulo a Jeremy.

Jeremy llevaba ahora un collar al cuello, parecido al collar de un perro o gato, solo que este era totalmente negro y tenía pequeños pinchos. Una camiseta ajustada y negra aunque bastante resplandeciente que le iba corta y que a la mínima que se movía de le subía un poco mostrando su ombligo y unos pantalones largos, pitillos grisáceos rotos por las rodillas combinados con unas botas militares de colores de camuflaje pero sin plataforma.

-Yo no juego a nada y, lo siento querido amigo, pero él no te incumbe, y no lo digo con ánimos de ofender- dijo Aidan tratando de mantener siempre un tono correcto, cuanto menos supiera sobre su relación con Jeremy mejor pues si un vampiro lo sabía este podría divulgarlo hasta que esto llegase a los oídos de alguien que fuese o que pudiese ser un enemigo de Aidan y por ende este trataría de herir a Jeremy en vez que acabar con Aidan de forma directa.

-Como tu quieras, es tu vida, pierde el tiempo jugando con ese humano si quieres- dijo el otro riendo pues realmente no cabía en su asombro, era la primera vez que veía un vampiro que aún con la crueldad de Aidan estaba cuidando de un humano.

-Por cierto, toma el dinero- dijo sacando unos fajos de billetes verdosos que lograban ser una gran cantidad de dinero- Quédate con el cambio, adiós amigo- dijo dirigiéndose hacia Jeremy y despidiéndose del vampiro de rojizos cabellos- Vámonos- dijo tomando a Jeremy de la muñeca y arrastrándolo con prisas fuera de la tienda.

-Espera- decía el chico aún siguiendo al vampiro- ¿Y mi ropa?- preguntó una vez en la calle vestido con la extraña indumentaria escogida a partir de los peculiares gustos del vampiro.

-No la necesitas, quédate con esto puesto- dijo Aidan algo ¿Nervioso? Jeremy comenzaba a alterarse por el comportamiento de Aidan, parecía como si tuviese demasiada prisa- Vámonos ya- dijo Aidan tirando bruscamente de la muñeca de Jeremy, este como respuesta trató de quedarse estático en el lugar y estiró su brazo apresando por la mano del vampiro en la dirección contraria para llamar su atención.

-¿Qué te pasa Aidan?- preguntó Jeremy algo preocupado, Aidan se veía hostil y agresivo, algo pasaba.

-Que no me gusta nada como estas llamando la atención de todos estos vampiros- dijo mirando a su alrededor, en parte Jeremy se sintió aliviado al ver que Aidan no tenía ningún tipo de enfado con él- ahora vámonos porque no pienso aguantar más que te sigan mirando de arriba abajo con tanto descaro- y dicho esto alzó improvisadamente al menor colocándolo entre sus brazos y llevándolo en volandas- Que sepan que eres mío- dijo con una sonrisa ladeada en la cara y algo de rabia en sus palabras, le resultaba irritante que otros deseasen a su pequeño.

-No sabía que eras tan celoso- dijo Jeremy sonriendo en los brazos del vampiro mientras este andaba a un ritmo muy veloz, haciendo que el aire despeinase los canosos cabellos de su humano.

-Pues no has visto nada- dijo el otro riendo- si se trata de ti, soy el más celoso, eres mío y punto- apuntó llevándolo de vuelta a casa, se detuvo justo delante de la puerta y la abrió con facilidad mientras lo cargaba subiendo las escaleras hasta la habitación donde siempre se encontraba y allí lo lanzó a la cama.

-Que delicado- dijo el chico con ironía incorporándose y sentándose cómodamente en la cama. Aidan solo lo miró sin escuchar lo que decía y se lanzó contra él, apresando esos labios dulces en su boca, mordisqueándolos y jugando con su lengua a fondo dentro de la boca del otro.

Jeremy gimió sintiendo como el de mirada oscura lo apresaba en sus brazos y se echaba totalmente contra su cuerpo. Sus labios se separaron y la respiración agitada del humano hizo eco en la habitación.

-Di que jamás dejarás que otro te toque- ordenó el mayor nervioso y asustado por haber sentido algo como lo hace unos minutos lo estaba matando por dentro, esa sensación horrible que le corroía con tan solo percatarse de que otro miraba a su Jeremy.

-Tú ya sabes que- comenzó la frase el otro pero fue interrumpido por el vampiro, cuyo ceño fruncido y sus afilados colmillos en posición de ataque lograron aterrar al chico.

-¡Júralo! ¡Prométeme que solo yo puedo estar contigo!- gritó furibundo y acercándose demasiado al chico, haciendo demasiado visibles esos colmillos. Aidan parecía un lobo rugiendo sobre su presa asustada y temblorosa- Otra vez, lo he hecho otra vez ¿Verdad? Enfadarme demasiado- bufó Aidan volviendo a su estado de humor estándar al ver los ojos del chico humedecerse.

-A-Aidan, los col-colmillos, por favor- dijo Jeremy mientras su rostro, que había palidecido por el miedo, retornaba a la normalidad. Aidan ocultó al máximo sus colmillos y aunque siguieran siendo totalmente perceptibles ya no parecían tan amenazantes.

-Perdón, de verdad pero es que no puedo soportar ver como otros te miran y, si llego a ver un día que otro te toca, yo... yo no sé lo que haría, pero no sería nada bueno- dijo con un aire sombrío que erizó la piel del humano.

-Pero eso no pasará- dijo Jeremy convencido y mirando a Aidan a los ojos, casi sin rastros de miedo mantuvo su clara mirada- porque no dejaré que otro me toque, Aidan lo prometo, lo juro- y Aidan sonrió como un tonto adolescente cuando alguien que le gusta le regala los oídos con cumplidos.

-Eres adorable- dijo Aidan con una voz dulce mientras se recostaba al lado del chico y lo jalaba por la cintura abrazándose a él- Buenas noches pequeño- añadió viendo como el sol ya salía.


Comentarios