Solo un pocto de confianza

 - Porque mientras me odies sentiré culpa, pero cuando dejes de hacerlo...- '' sentiré eso, eso otro que ni quiero nombrar'' y aunque pensó aquello, dejó la frase morir en sus labios, apagarse quitándole valor a las palabras- ¿Por qué has ido a donde vivías antes?- preguntó cambiando de tema sin dejar de masajear la espalda pequeña del muchacho.

- Porque dejé una nota hace tiempo y quería romperla- se sinceró hablando contra la almohada, totalmente avergonzado por las cosas que decía con tanta soltura y por la situación en la que estaba.

- ¿Qué ponía en esa nota?- Aaron suspiró y tras la pregunta notó pequeños besos descender desde su nuca hasta sus omóplatos, siguiendo el contorno de su columna para desviarse en el camino y plantar pequeños besos cerca de los hombros. Aaron notaba esos suaves labios en su piel, se apretaban tan tiernamente contra ella que quiso ser besado de nuevo.

- P-Ponía que si alguien la leía que esperase a que yo volviera, por eso la rompí, porque yo n-no voy a volver- dijo con un nudo en la garganta, aunque en cierta parte pensó que no era tan malo. Ser esclavo de ese monstro despiadado que había conocido entre los escombros de aquel supermercado habría sido el infierno, pero ser propiedad de Samuel, del verdadero Samuel Hass, de Sami, aquello no era para nada malo porque la manera gentil en lo besaba y trataba era perfecta.

- Voy a hacer que no quieras volver, y haré que no me odies. Lo siento, de verdad, haré que me perdones- susurró totalmente convencido, con dolor y angustia en sus palabras ¿Cómo había llegado a enamorarse de un simple mortal? ¿Cómo podía aceptar ser tan frágil ante Aaron, rompiéndose en pedazos cada vez que hacía llorar al chico? Sus manos apretaron la cintura del muchacho con fuerza y sus besos se volvieron desesperados, subiendo por su nuca y chocando con lo que alcanzaban de su cuello en esa posición, deseando tener ahí la boca del pequeño, pero se conformó con adorar su piel a través de sus besos.

Y poco a poco una sensación cálida nacía en el pecho del confuso Aaron. Tan solo, había estado tan solo durante dos años, y con su simple inocencia, con su pureza había hecho emerger a un hombre de entre las cenizas del monstruo que fue. Aaron había cambiado a Samuel y este ahora se lo debía todo, todo ese amor que sentía se lo daría de vuelta, le haría sentir de todo menos de dolor.- Haré que olvides la noche en que intentaste suicidarte- el corazón de Aaron se paró ante la seriedad de esas palabras.

Quería hablar y decir algo, quizás incluso iba a perdonarlo, pero se dio cuenta muy tarde de que el sol había salido, y ahora el vampiro estaba como un peso muerto sobre él, totalmente helado y enorme lo aplastaba contra la cama, pero Aaron no se quejó, simplemente intentó dormir y sorprendentemente se sintió calmado, consiguiendo conciliar al sueño casi al instante.

A la mañana siguiente, cuando despertó se encontraba en ropa interior y sobre el regazo del vampiro, extrañamente se sintió cálido, pero al contemplar su situación apenas tardó unos segundos en sentirse aterrado.

- Quieto- dijo Samuel con un tono duro que dejó paralizado al chico justo cuando este hizo un además de huir.- Joder Aaron no te asustes- dijo el vampiro tomando al chico por las caderas y acomodándolo mejor sobre él, Aaron se dejó hacer con desconfianza.

- ¿Por qué estoy en ropa interior?- preguntó con rapidez y lanzándole al vampiro una mirada acusadora, este solo suspiró y dejó un pequeño beso sobre los labios del chico, quien agachó la cabeza sonrojado.

- ¿Recuerdas cuando te obligué a que usaras tu boca ahí abajo?- preguntó Samuel sonriendo mientras señalaba descaradamente su entrepierna, sobre la que el chico estaba prácticamente sentado. Aaron asintió sintiéndose humillado de nuevo- Quiero devolverte el favor- dejó ir con una voz ronca y gutural, bastante temible pero dominante y sexy a la vez.

-N-No quiero que me lo hagas- dijo Aaron juntando sus manos y jugando con sus pulgares, su corazón latía rápido y sus respiraciones se entrecortaban mientras hablaba.

- ¿Por qué? Te gustó que te besara, seguro que esto te encantará- dijo el otro con convicción, intentando convencer al pequeño que apenas sabía cómo se sentía aquello o si era algo bueno, sexualmente Aaron era un analfabeto.

- Los besos son bonitos- dijo el chico defendiendo lo que él pensaba con una voz tímida- en las películas la gente que se quiere se da besos, pero ''eso'' no lo hacen- acabó de hablar, teniendo miedo a encontrarse una mirada rabiosa que le dictaminase un castigo o le forzase, subió el rostro para toparse con unos ojos divertidos.

- Eso sí lo hacen, pero en otro tipo de películas- rió el vampiro mientras peinaba al chiquillo con su mano, pasándola también por las sonrosadas mejillas del adolescente- Has pasado dos años solo y yo he sido un hijo de puta contigo, seguro que te mueres por un poco de cariño, aunque sea de mi cariño- dijo picarón mientras se sumergía en esos ojos azules desconcertados, los remordimientos se todos sus pecados contra Aaron volvieron a él, haciéndole daño, haciéndole sentir humano, haciéndole sentir otras cosas, y quiso tomar a Aaron en ese mismo momento, pero debería esperar.

- E-Es verdad, pero ese tipo de ''cariño'' y-yo nunca...-Aunque de todos modos se atragantaba con sus palabras, Samuel no lo dejó seguir hablando, se levantó de golpe tomándolo por la cintura para alzarlo junto a él y el chico, por acto reflejo y con miedo de caerse se aferró con sus manos al cuello del vampiro y con sus piernas a su cintura, recordando que iba en ropa interior sintió el tacto del cuerpo de Samuel mucho más próximo que de costumbre.

- Nunca te habían besado antes, confiaste en mí y te gustó. Ahora es lo mismo, solo que llegando un poco más lejos, solo confía en mí- El chico tragó saliva y dejó que el otro lo abrazara por la cintura mientras caminaba hasta la habitación.

- V-Voy a confiar- dijo el chico aferrándose con fuerza contra el cuerpo de Samuel, aquello se parecía a esos abrazos que tanto adoraba- pero aún no te he perdonado por todo- dijo el chico en un susurro bajo que deseó que no fuese oído, por un segundo le pareció notar que Samuel tragaba saliva, pero poco después notó como este lo separaba de su cuerpo y lo estiraba en la cama.

- Relájate y yo haré el resto- dijo separando un poco sus piernas y comenzando a acariciar la cara interior de los muslos del chico con dulzura, notándolo temblar por los nervios.

- ¿M-Me dolerá?- preguntó mordiéndose el labio mientras su piel se erizaba al sentir besos y lamidas en su vientre bajo, bordeando los límites de la tela de sus bóxers, las lamidas eran lentas y los mordiscos pequeños. Pronto Aaron comenzó a sentir mucho calor.

Samuel negó riéndose un poco ¿Cómo podía alguien pensar que una mamada dolía? Bueno, si Samuel pretendía usar los colmillos sería lo más doloroso del mundo en esos instantes, pero la intención de este estaba muy lejos de aquello.

La gélida pero viscosa lengua del vampiro comenzó a lamer la tela de los bóxers por fuera, presionando sobre aquella parte del cuerpo de Aaron que tanto desconocía, que tan inexplorada se encontraba.

Mientras besaba por fuera ese tímido miembro, sus manos sostenían los muslos, separándolos pero también acariciando sus piernas. Por si la orientación sexual de Aaron no había quedado clara, el chico comenzó a sentir escalofríos, o al menos algo parecido. Eran sensaciones rápidas que recorrían su cuerpo, pero eran muy calientes y lo hacían sudar como si estuviese en el desierto, un pequeño hormigueo seguía esas descargas de calor, y todo se intensificaba cuando Samuel besaba aquel pequeño miembro.

Le costaba respirar y estaba ardiendo, no entendía nada pero sabía que si Samuel paraba moriría allí mismo, aunque casi creyó fallecer de un infarto al ver que algo bajo sus bóxers se hacía grande, enorme en comparación al pequeño aparato que siempre había tenido entre las piernas, pero verdaderamente era pequeño a los ojos de cualquiera, pero claro, era la primera vez que Aaron se excitaba. Notaba esa parte de su cuerpo como si fuese la única real, y como si su ropa interior la torturase conteniéndola.

- ¿P-Porque se ha p-puesto grande?- preguntó el chico entre pequeños gemidos, pero antes de que Samuel respondiese, este mordió el borde de los bóxers del chico y estiró hacia abajo, quitándole la ropa interior a Aaron con la boca y de forma lenta. Ante esa visión el desnudo Aaron se excitó más, aún sin entender lo que pasaba.

-Eso es lo que pasa cuando estás excitado- explicó Samuel con una sonrisilla burlona en sus labios. Se relamió ante la visión que tenía, apenas lo había tocado y Aaron ya jadeaba sin comprender nada.

Con una de sus manos Samuel puso una de las piernas del chico sobre su hombro, dejándolo más expuesto pero también teniendo un acceso más fácil al pene de Aaron, el cual con su mano libre atrapó. Ante aquel contacto entre cálido y helado sobre su miembro, Aaron chilló de manera aguda tapándose la cara y retorciéndose.

Sentía como si propio miembro se mojaba y palpitaba al ser agarrado con delicadeza por Samuel, solo sabía que necesitaba algo más de aquella mano que tocaba su intimidad. Notaba su pene extremadamente sensible, pero era una sensibilidad agradable muy diferente a la de la piel herida o quemada que reacciona incluso en contacto con un ligero viento, aquella sensación se parecía más a... a nada que Aaron hubiese conocido jamás.

Solo había hecho eso, simplemente rodear su miembro con la mano y el chico ya estaba a punto de llegar al clímax y por mucho que Samuel quisiese prolongar ese momento, no lo haría, simplemente no quería que su pequeño tuviese que esperar más así que abrió su boca y movió su mano, enfocando el pequeño miembro ante sus labio y ahora pequeños colmillos.

A solo unos instantes de saborear la pequeña virilidad de su humano, este lo detuvo.

- ¡E-Espera!- Dijo el chico incorporándose, quedando sentado y con Samuel entre sus piernas a punto de hacerle tocar el cielo. No entendió ni como pudo moverse y mucho menos como pudo apoyar sus manos manteniendo su torso elevado para poder sentarse, porque en su cuerpo ya no quedaba fuerza, simplemente temblaba y se calentaba- L-Lo noto muy sensible, si lo lames estoy seguro de que dolerá- dijo tímidamente colocando sus manos delante de la boca del vampiro para impedir que esta tomara su miembro. Samuel puso los ojos en blanco y suspiró, por muy inocente que fuese Aaron, aquello casi rozaba la idiotez, pero realmente era imposible que alguien que había pasado su adolescencia huyendo sólo supiese eso.

- No te va a doler- dijo con cansancio queriendo apartar las manos del chico de su boca para poder proseguir, pero lo veía tan nervioso que simplemente hecho su frío aliento sobre el pene del otro, haciendo que todo su cuerpo temblase y el chico se distrajera, pero cuando volvió a intentar devorar esa parte del menor, sus azules ojos le miraron con súplica- A ver, Aaron, ¿Quién de los dos es el experto en esto?- Aaron apartó la mirada y dejó ir un tímido:

- Tú...- el vampiro sonrió ante eso y sostuvo las manos del chico, alejándolas de su pubis y de la boca del vampiro. Las soltó cuando notó que el chico no oponía resistencia y entonces abrió su boca y en tan solo un segundo ya tenía todo el pene del chico en su boca, lo presionaba con fuerza contra sus mejillas y paladar mientras lo lamía y succionaba, teniendo cuidado para no rozarlo con los dientes o colmillos.

Al notar aquello, Aaron se llevó las manos a la cabeza soltando el más fuerte de sus gemidos y su cuerpo cayó hacia atrás golpeándose contra la colcha para después arquearse violentamente convirtiendo su espalda en una perfecta curva desnuda.

- ¡Oh por Dios! – chilló tapándose la boca con sus dos manos para evitar gritar y mordiéndose el labio con tanta fuerza que creyó que acabaría sangrando. Si lo de antes le había hecho sentir extrañamente bien, aquello no tenía comparación, aquello era placer puro y duro.

Todo su cuerpo se convulsionaba de arriba abajo sintiendo por primera vez su miembro rodeado de algo húmedo, carnoso y extrañamente caliente mientras la lengua hacía su trabajo recorriendo su venosa y no muy exagerada longitud, parando en la punta para describir su forma en círculos que lo hacían morir de placer.

Samuel tomaba con fuerza los muslos del chico y lo veía retorcerse de placer, gritando de puro éxtasis, casi río al notar que no llevaba ni un minuto con el pene de Aaron en su boca y el pequeño ya estaba a punto de caramelo, listo para correrse y derretirse en sus brazos.

Sacó el pene del muchacho de su boca y este jadeó en protesta sintiendo el exterior de la boca de Samuel como un lugar demasiado frío que combatía el calor de su excitación; Pero de pronto Samuel lamió el glande del chico y volvió a engullir ese miembro entero, notándolo en su boca, como temblaba y se endurecía, como hacía gemir a ese muchacho simplemente succionando y lamiendo.

Y a los pocos segundos Aaron se curvó hacia delante quedando sentado mientras gemía con los ojos cerrados y lagrimeando, con la cara roja y aferrando sus manos a los cabellos rubios del vampiro, cogiéndolo tan fuerte por el pelo que se sorprendió de no hacerle daño. Todo su cuerpo se tensó y entonces se corrió, jadeando y cayendo exhausto aún con el pelo del vampiro enredado en sus dedos ya sin fuerza. Respiraba rápido y apenas podía hablar, se tapó la cara con vergüenza al saber que había gemido como un loco y que Samuel se había tragado todo su semen, era tan vergonzoso.

Notó que algo suave se deslizaba por sus piernas y vio como el vampiro le colocaba ropa interior limpia, seguida de unos pantaloncitos de su talla algo ajustado y muy favorecedores, de color negro.

- Veo que eres rápido- se burló un poco sacando una camiseta para el chico mientras sonreía socarronamente.

- ¡No te burles de mí! ¡Ha sido tu culpa!- dijo el chico enfadado mientras se tapaba la cara, encogiéndose en la cama hasta hacerse una bolita.

- No te enfades, es normal que acabes rápido en tu primera vez- dijo Samuel aún riendo por la posición fetal de su pequeño, quien aún no podía entender lo que había pasado allí ¿Tanto placer se podía llegar a sentir sin necesidad de drogas o alucinógenos? Lo que Aaron no sabía era que Samuel podía hacerle sentir aún mejor, pero era claro que el chiquillo aún no estaba preparado para ello.- Anda, toma- dijo dándole una camiseta algo ancha para él pero que se colocó con rapidez.

- G-Gracias- dijo el chico con el ceño fruncido, no quería ni siquiera pensar en el tema pero realmente deseaba que aquello se repitiese. Samuel sonrió, agachándose para besarle de forma gentil la frente y después se marchó de la habitación dejando al chico descansar un rato.

Pasaron menos de dos horas antes de que Aaron se levantase de la cama en busca de algo que hacer, topándose así con Samuel, más bien chocándose contra él.

- ¿A dónde vas, chiqui?- preguntó el vampiro pasando su brazo por los hombros del chico y acercándolo así a él. El pequeño se ruborizó ante ese mote cariñoso tan tierno. Aaron se fijó en que el vampiro se veía más pálido que antes, o quizás era solo la iluminación.

- A n-ningún lado- dijo el pequeño, quien realmente no mentía puesto que tampoco tenía nada planeado, solo pensaba en salir de esa habitación en la que ya llevaba horas. Le costaba mirar a los ojos de su amo pues sentía que si lo hacía los recuerdos de esa misma noche volverían a él.

- Entonces ven- dijo el vampiro bajando su brazo de los hombros del chico hasta su pequeña cinturita y acercándolo a él, caminando lentamente hasta la puerta mientras el otro lo seguía dócilmente.

- ¿T-Tenemos que estar tan pegados?- preguntó el chico con algo de miedo notando como la mano en su cadera subía y bajaba poco a poco acariciándolo, pero haciendo una gran presión con tal de acercarlo cada vez a más y más al vampiro, para sintiese el enorme cuerpo de él contra el suyo.

-Mira chico, voy a hacer como que no has preguntado eso ¿Por qué tu no quieres enfadarme, verdad?- dijo con un semblante sombrío mientras se preparaba para irse por la puerta y salir a la calle con su pequeñajo. No iba a tolerar que después de haber tenido su pene en la boca ya no pudiese ni acercarse al chico, sería demasiado irrespetuoso que Aaron quisiese alejarse ahora de Samuel.

Ante la proximidad que los dos tenían ahora, Aaron aseguró a ciencia cierta que, sí, Samuel estaba mucho más pálido y blanco de lo habitual.

- N-No, amo... di-digo, Samuel- balbuceó el chico nervioso mientras notaba el aire fresco, quizás demasiado pues comenzaba a tener frío nada más salir a la calle, golpearle en la cara dándole una falsa sensación de libertad.

Se extrañó un poco pues él solo salía con Samuel si este estaba invitado a una fiesta, pero si ese hubiese sido el caso, el vampiro se lo habría advertido previamente para que se acicalase y se vistiese adecuadamente.

Ahora que caminaba a su lado sin nada más en lo que pensar repasó al vampiro una vez más ¿Era normal que cambiase de color? Es decir, antes estaba blanco como un muerto, pero ahora parecía incluso inhumano, tenía un blanco que de un momento a otro parecía que resplandecería, cosa que Aaron habría agradecido pues no veía gran cosa.

Se percató también de otro detalle: no hacía frío, la temperatura era perfectamente agradable y se estaba muy a gusto así. Era el brazo que lo rodeaba, el del vampiro, el que le estaba haciendo tiritar como si estuviese en el polo norte. Aquello también había cambiado, Samuel solía estar frío como un muerto, pero no tanto pues ahora parecía hecho de hielo.



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