El sábado por la noche despertó Liu el primero de todos, estaba eufórico, aquella noche sería la última que pasase allí si el vampiro cumplía su promesa y lo devolvía a su casa el domingo.
+ ¡Alex! ¡Alex! –gritó cuando lo vio bajar meditabundo por las escalera de caracol, ese día había dormido más de lo normal debido a lo agotador que era contenerse por Liu y leer sus pensamientos, llevaba el pelo revuelto pero así se veía aún más hermoso, más salvaje.
-¿Qué pasa?- preguntó mientras desaparecía de las escaleras para aparecer justo al lado del chico que ante tan inesperada aparición dio un bote.
+Mañana es domingo ¿v-volveré a casa verdad?- preguntó entre el miedo y la euforia mirando a los ojos de Alex, aunque no le resultó sencillo, por primera vez, quería saber si mentía.
-Sí, ya te lo dije, eres un desconfiado- Liu sonrió, volvería a casa, pudiendo estar lejos de ese sujeto durante algunas horas, también retomaría sus estudios pues le quedaban apenas unas semanas para acabarlos y no quería cagarla- ¿Qué te parece si esta noche te doy un regalito de despedida?-preguntó Alex acercándose a Liu de manera que lo asustó. Lo tomó por la cintura lo acercó hasta él mientras que con una mano retiraba el pelo de Liu y lo recogía tras su oreja.
+ N-no tienes porque...- dijo el chico sabiendo que eso sería inútil, no podía negarse o resistirse pero se negaba a someterse.
-Te va a gustar, lo prometo, aunque mi palabra no valga nada lo prometo- Dijo acariciando con sus dedos las mejillas y después los labios del chico que parecía hipnotizado en los orbes azul marino de Alex, lo miraban tan profundamente que sintió que se derretía.
Cortando con la sensualidad del momento Aidan bajó por las escaleras a toda prisa.
-Siento interrumpiros tortolitos, pero tengo prisa- Dijo sin dar oportunidad a ninguno de los presentes a despedirse de él pues se marchó cual corcel veloz hacia la calle. Parecía un drogadicto que, tras unos días sin adentrar en su cuerpo ninguna substancia antinatural, iba ahora al encuentro con su camello. Con las manos en los bolsillos, el paso acelerado, los sentidos estimulados y los colmillos filosos y muy vistosos daba la impresión de que esa droga metafórica que buscaba era la sangre, pero no era así, él buscaba otra cosa, buscaba el olor de Jeremy, buscaba el latido de su corazón para localizarle e ir de nuevo con él. No supo porque pero esa noche se levantó con un deseó fuertísimo de follarlo hasta el cansancio y deseó que esa vez el chico se negara, y deseó tomarlo por la fuerza contra su voluntad pero había que admitir que tenerlo rendido a él era también sumamente erótico.
+ ¡No! No te creo, s-seguro que me haces algo malo...- Dijo Liu revolviéndose entre los brazos de Alex, no podía creerlo, estaba a un día de irse de ese infierno y Alex ya estaba sobre él babeando como un perro en celo.
-Deja de resistirte ¿es que acaso no ves que es inútil?- preguntó Alex con algo de impaciencia empujando a Liu, usando un solo dedo para demostrar su fuerza, de manera que cayó sentado sobre una butaca de piel. Liu quería levantarse pero ver a ese vampiro de ahora prominentes colmillos plantado ante él, erguido con seguridad, con los brazos cruzado y mirándolo terroríficamente lo paralizó y el pobre humano solo se encogió en la butaca, abrazando sus piernas mientras sus ojos de humedecían- Relájate, por una vez voy a hacerte sentir placer pero si no cooperas puedo cambiar de parecer- amenazó Alex seriamente.
+¿d-de verdad no me harás nada doloroso o desagradable?- preguntó Liu separando sus ojos del suelo. Alex asintió y al chico no le quedó más remedio, se sentó en la butaca como lo había hecho en cualquier otra circunstancia pero ahora sus músculos estaban tensos y sus manos se agarraban clavando las uñas a la butaca.
Alex se arrodilló quedando casi a la misma altura que el chico y empezó a acariciar sus muslos de manera premeditada y suave, poco a poco Liu fue sintiendo que por mucho que lo temiera un cosquilleo recorría su cuerpo, inevitable por tan expertas caricias, para acabar sintiendo un calor estrepitoso en todas su extremidades.
-Te está gustando eh- dijo Alex bromista mientras seguía acariciando los muslos y piernas cada vez más cerca de la zona íntima de Liu- eres como un gatito Liu, te gusta que te acaricien ¿a quién no?- tan seductora era la voz de Alex, como su mirada intensa y azulada, como sus labios generosos y su lengua que los lamía, como sus músculos que mostraba sin reparo en esa camisa de tirantes mientras masajeaba a Liu.
Tan varonil y erótico, tan sensual y dominante ''peligroso'' acertó Liu a pensar, tan bello y con ese trato tan gentil Alex era ahora el centro de atención de Liu, cuyo miembro comenzaba a despertar como si hiciera caso omiso al miedo que sentía, el cual no era poco precisamente- ¿vas a ronronear para mí?- preguntó Alex desabrochando la bragueta de Liu y tirando de sus pantalones hasta hacerlos caer lejos de sus piernas delicadas.
+ n-no me digas esas cosas – se sonrojó Liu y se estremeció al sentir como Alex pasaba su manos sobre el bóxer, una y otra vez acariciando su miembro – e-es la primera vez que me tocan... ¿no me harás daño verdad? – Preguntó temeroso de las inesperadas acciones del sádico vampiro.
-No temas, en poco tiempo solo podrás gemir en vez de preocuparte- dijo bajando ligeramente el bóxer y dejando a la vista la erección del menor. Liu se tapó la cara con ambas manos, era tan vergonzoso que estuviera de piernas abiertas y totalmente erecto delante de Alex, delante del temible Alex, delante del sádico Alex, delante del ser que lo violó.
'' Oh Dios, oh Dios esto es tan raro, él me está haciendo sentir placer, es tan seductor ¡no es mi culpa! Solo espero que pare pronto y no decida tomarme... esto es peligroso, demasiado, tengo tanto miedo pero no puedo evitarlo... él lleva siglos haciendo esto ¡es un maldito experto en el sexo! Y yo... bueno, yo ni si quiera me he tocado a mí mismo... Lo está agarrando con las manos, como sube y baja, me siente raro, es tan caliente...'' pensó Liu incapaz de detener su sinfín de gemidos por la masturbación que Alex le propinaba. Una y otra vez Liu se sacudía jadeando mientras Alex sonreía empapándose la mano con líquido preseminal de Liu.
Alex masturbó al chico que ahora cerraba sus piernas inútilmente, sudando y gimiendo alargó sus brazos tratando de empujar a Alex y este solo movió su mano tan rápido que el ojos humano nunca habría podido percatarse, y mucho menos los ojos de Liu pues estaban cerrados con fuerza.
Pocos segundos fueron necesarios para que Liu se corriera manchando el suelo y gimiendo de manera aguda y, a los ojos de Alex, tiernamente erótica mientras abría los ojos como platos al igual que la boca. Sus músculos se tensaron y estiraron mientras el semen salía de su cuerpo y una sensación electrizante iba des de su miembro hasta la punta de sus dedos perdiéndose en forma de calor. Tras eso Liu se relajó respirando agitadamente y tratando de recuperarse tras el primer orgasmo de su vida.
Alex sonrió ante los ojos cerrados del chico que temblaba mientras sus respiraciones seguían haciendo que su pecho subiese y bajase, subió los bóxers del chico ocultando de nuevo su miembro y le puso los pantalones mientras se recomponía.
-¿te ha gustado?- preguntó Alex abrochando con cuidado la bragueta del chico.
+ S-si – respondió sabiendo que si no admitía sus pensamientos lo harían por él.
-Pues pronto repetiremos- dijo acariciando el vientre del cansado humanito.
+ ¡No es necesario! – se asustó saltando fuera de la silla, tropezando y aún a punto de caerse. Alex solo rió acercándose a la boca del chico y robándole un beso que lo dejó aún más sin aliento.
- No seas tan tímido Liu- le susurró sensualmente a la oreja mientras lo jalaba tomándolo de las caderas- quiero oírte gemir de nuevo... - Dijo con un tono tan grave pero tan poco vociferante que derritió a Liu en sus manos. Acto seguido, y desgraciadamente, añadió sin pensar aquello que se le pasó por la cabeza- y gritar, sí, quiero que grites Liu, de dolor, de miedo... quiero volver a estar dentro de tu estrecho culito- Alex tenía los ojos cerrados, perdiendo el control de sus palabras logró asustar a Liu pues ahora trataba de zafarse de él y, él, como respuesta solo bajó sus manos a las nalgas del humano y las acarició tan fuerte, las estrujó con tanto ahincó, que daba la impresión de que la ropa se iba a desintegrar- quiero hacértelo de nuevo, una, dos, tres... mil veces si hace falta – prosiguió sin darse cuenta de lo que decía, su cuerpo no paraba de refregarse contra el del menor que ahora solo trataba de empujar al inmoral. Alex dio un fuerte golpe con la palma de su mano en una de las nalgas de Liu, este se quedó quieto tras eso, no se lo esperaba, y después soltó un chillidito al sentir la segunda nalgada. Ahora esas manos habían pasado de estar fuera del pantalón a deslizarse dentro del calzoncillo.
+ ¡Alex para! M-me asustas, de verdad para... ¡joder deja de ha-hacer eso!- Liu se revolvió en sus brazos y comprendió que su simple presencia hacía que Alex perdiera el control, pero si lograba aguantar solo esa noche ahí, solo una más, sería algo mas libre, podría volver a su casa.
Alex separó con descaro las nalgas de Liu y las apretó tanto, hundiendo los dedos y uñas en la carne, que el chico gritó. Un dedo pasó entre las nalgas varias veces buscando el pequeño orificio que tanto le hacía disfrutar, uno de los dedos de Alex se paró presionando la entradita de Liu que aún lucía algo irritada. Liu estaba demasiado asustado, gritando y llorando, no supo bien lo que hacía, no supo pensar en sus actos e hizo lo único que en ese momento pudo hacer: liberó una de sus manos y la alzó, golpeando con su palma una de las mejillas de Alex, quien apenas sintió el golpe, es más, aquel golpe dolió mas para Liu que para Alex. El vampiro habría reído si se tratase de otro humano, si otro mortal le hubiese golpeado haciéndolo sentir menos dolor que con una caricia, pero... era Liu y aquello no le hizo gracia, lo que le molestó no fue el golpe, pues no le dolió, sino que fue el hecho de que su presa hubiera intentado golpearlo.
''mierda, mierda, mierda... ¡¿Qué he hecho?! Joder es una reacción natural, solo quería defenderme... me va a matar... lo hará ¡Dios mío! ¿Cómo puedo ser tan idiota? Ha sido como golpear un muro, ni se ha inmutado. No quiero morir, no, no quiero morir...'' pensó Liu antes de ser empujado al suelo por aquel que se convertiría en su agresor nuevamente.
Alex se acercó a él inclinando su cuerpo y lo tomó por el cuello de la camisa, levantándolo por este lo sostuvo en el aire unos segundos mientras el chico pataleaba en busca del contacto con el suelo y acto seguido lo empujó contra la pared haciendo chocar la espalda del chico demasiado fuerte contra esta. Alex lo miró con furia ''cálmate Alexander... cálmate... tienes que ser bueno con él... No es su culpa, eso es, solo quería defenderse, me he excedido y se ha asustado eso es todo, un simple desliz... no le hagas daño Alexander porque entonces le costará más entregarse a ti... venga, cuenta hasta diez para relajarte, uno, dos, tres, cuatro...'' se dijo Alex a si mismo mientras bajaba al chico que ahora temblaba mientras se tapaba el rostro con las manos, suplicante ante el vampiro sollozó.
-No vuelvas a hacer eso Liu, no te conviene- dijo en un tono desalmado mientras subía a su habitación, ascendiendo por las escaleras y dejando al chico solo en la sala de abajo, confuso y atónito. Necesitaba estar solo en su habitación o de lo contrario perdería el control de nuevo y no se lo podía permitir.
+ A-Alex- lo detuvo con su vocecilla mientras subía las escaleras- lo siento...- se disculpó el pequeño sabiendo que nunca más tendría valor como para repetir el acto. No quería estar enfadado con Alex, no solo porque fuera peligroso sino porque sentía que el mayor hacia esfuerzos por tener cuidado de él y debía agradecerlo de alguna manera.
Alex bajó tres escalones para encontrarse hasta la altura del pequeño que había comenzado a subir las escaleras también. Lo miró con algo de rabia al principio pero eso se suavizó, el chico tenía una expresión tan tierna, pidiendo disculpas con toda sinceridad y con miedo de la proximidad de Alex, el vampiro solo sonrió al ver esa expresión, no podía enfadarse con él.
-No pasa nada, esta vez te perdono- susurró en su oreja, mordisqueándola antes de irse dejando al mortal petrificado en las escaleras.
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