Una charla razonable

 Al día siguiente Liu si que fue al colegio, pero aunque estaba bastante deprimido ese fue uno de sus mejores días a su parecer, nadie le había dicho nada desagradable, nadie se había reído de él y aunque se topó con los abusones en el recreo estos ignoraron su existencia. Al pequeño solo le quedaban unas semanas para acabar la E.S.O., se sacaría cuarto aunque fuese con suficientes pero quería tomar el mismo el rumbo de su vida, pensó en trabajar pues no era bueno con los estudios y de nada le habría servido continuarlos. Liu volvió a casa feliz, si algo bueno tenía su vida fue poder estar tan tranquilo ese día, pero se preocupó por cómo sería a la noche. Sin querer una lágrimas bajó de los ojos de Liu y este en vez de pasar sus manos por sus ojos para secarlos las pasó por sus labios cerrando su boca, recordando con temor los besos de Alex, ni si quiera le había tocado, fueron simples besos pero... si el chico conseguía dormir aunque fuese una hora al día se veía invadido por pesadillas horribles cuyo protagonista ya sabéis de quien se trata. Liu se sentó en el sillón dejando que pasaran la horas, debía estudiar y hacer deberes pero era incapaz de concentrar-se. Empezó a oscurecer de nuevo, a poco más de las cinco de la tarde y Liu sintió un dolor agudo en el pecho que se intensificó al oír unos pasos detrás de él.

-Anoche por poco te hinco el diente- sonrió Alex acercándose al chico que solo se levantó y se sentó en su cama, al lado del vampiro pues este le hizo un signo con el dedo pidiéndole que viniera hacia él y se sentase- la verdad es que tu boca sabe casi tan bien como la sangre- añadió dándose cuenta de que su presa miraba a otro lado, jugando con sus temblorosas manos y moviendo las piernas nerviosamente.

+ Gracias p-por no morderme- dijo Liu, pensaba que debía mostrarse agradecido con el vampiro aunque no le estuviese, realmente podría matarlo si se sentía ofendido.

-No te equivoques, no te mordí anoche, pero no creo que tarde mucho en hacerlo- dijo Alex notando como los músculos del joven se tensaban- ¿tú me dejarías hacerlo? Por supuesto prefiero obligarte, pero saberlo no está de más- Alexander recorrió con sus ojos todas las partes del cuerpo del chico, tan delgado pero aún así a través de la camiseta de transparentaban sus músculos ligeramente marcados.

+ E-Entonces me quieres comer...- suspiró asustado y sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez al sentir la mano fría acariciar su rodilla.

-Nah, bueno un poco, pero sin matarte- subió la mano que había situado en su rodilla, ahora acariciaba el muslo y el chico cerraba las piernas lo más fuerte que podía como respuesta. El chico ya temblaba ante sus caricias así que Alex apartó la mano de las piernas del chico, se tumbó bocarriba en su cama y miró al techo, era una habitación algo simple, una cama, una estantería llena de libros, una mesa para hacer los deberos y esta iba acompañada de una silla en no muy buen estado- ¿Qué clase de amigo sería si te matara?- preguntó sarcástico estirando la parte derecha de su boca en una sonrisa ladeada que dejaba caer sus colmillos fuera de su boca, presionando levemente los labios

+ Ahí fuera hay montón de personas... e-elije a otro pero no me hagas esto a mí... no me hagas daño yo... te dedicas a venir cada noche a torturarme un poco... d-déjame en paz... te lo ruego- La frustración martilleaba la cabeza de Liu como si se tratase un zumbido molesto e inapagable de su cerebro, no podía huir de Alex, que iba a hacer ¿salir corriendo de su casa para ser atrapado por Alex en la calle?

-Te veo demasiado asustado- comentó Alex, aunque eso no le molestara tenía que solucionarlo, la noche anterior había estado a punto de destrozar todos sus esquemas mordiendo al pequeño antes de hora- Hablemos un rato, a ver si te relajas- indicó sentándose detrás suyo mientras rodeaba su cintura con un brazo, Liu se incomodó pero lo dejó pasar, si se resistía podía acabar.

+¿De qué quieres que hablemos?- Preguntó Liu con la voz apagada, su tono era tan inexpresivo que dolía oírlo, estaba harto de tener miedo y solo hacia unas noches que estaba a merced de aquel chupasangres.

-No sé, cuéntame que has hecho hoy- dijo apoyando su barbilla en el hombro del otro, que se intimidó por la proximidad. Liu podía sentir el potente brazo en su cintura y el trabajado abdomen contra su espalda. Si no hubiese estado sentado sobre la mullida cama Liu habría caído al suelo del estrés.

+Pues he ido al insti... pero ha sido un buen día porque nadie se ha metido conmigo hoy- sonrió, sentía dentro un dolor angustiante cada vez que alguien de su escuela lo miraba, sentía el mundo caerse a sus pies cuando ese alguien se burlaba de él o solo lo insultaba, pero ese día había sido bueno, no había sentido rechazo, solo exclusión, como si no existiese. Alex sonrió, si mal no recordaba él era el causante de que los maleantes del instituto hubiesen dejado de molestar a Liu.

-Bien, veo que ya estas más calmado- dijo el otro con desinterés y fingiendo una sonrisa- ¿Qué te parece si hacemos un trato?- Alex miró con sus ojos pardos los indefensos ojillos marrones del chico.

+ ¿Qué clase de trato?- preguntó apretando los puños, ya se hacía la idea de que no sería nada satisfactorio para él.

-Verás es que tu preciosa boca me tienta demasiado- explicó Alexander cogiendo al pequeño por la nuca y forzándolo a estirarse en la cama bocarriba, recostando la cabeza sobre la almohada como si fuese a dormir. Alex se colocó a cuatro patas sobre el humano tembloroso- así que he pensado que podría hacerte un favor... Te prometo que si estas quietecito y no tratas de huir no meteré mi lengua ¿te parece bien? Veras es que me estoy acostumbrando a darte por lo menos un beso cada noche- sonrió malicioso sabiendo que sería incapaz de conformarse con eso y que pronto sus instintos animales saldrían haciendo que la bestia se apoderase de su cuerpo una vez más... el frenesí recaería sobre Liu una vez Alex no pudiese resistir más sus encantos mundanos.


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