Pasaron tres semanas, tres largas semanas que para los vampiros se volvieron interminables, que hicieron que estos se subieran por las paredes y tuviesen que matar en exceso para olvidar, unas largas semanas donde las noches se hacían largas y los vampiros conversaban para apoyarse mutuamente, para hacerse creer que eso era solo una etapa, para hacerse creer que en algún momento olvidarían. Tres largas semanas hasta que se dieron cuenta de que ya no podían más, pero ¿Qué podían hacer al respecto? Aidan no conocía el paradero de Jeremy y Alex estaba demasiado asustado de sentir algo al ver a su pequeño Liu.
Durante esas tres semanas Liu pasó las primeras noches asustado y llorando en su cama, pensando que Alex volvería pero cuando tuvo la certeza de que no sería así se sintió mal, al principio creyó que lo había echado de menos, y en parte anhelaba estar en compañía, pero después se dio cuenta del profundo malestar que lo invadía al pensar todo el rato como Alex lo había abandonado tras usarlo, como si fuera un simple objeto. Ese vampiro ya tenía lo que quería, por tanto se fue sin más, ya no mas gentiles caricias ni sonrisas tiernas con malvados colmillos, o al menos eso pensaba Liu. El pequeño acabó sus estudios secundarios obligatorias justo una semana después de lo sucedido con Alex y encontró rápidamente trabajo en un pequeño local que lo hacía sentir útil, era un café donde había tenido uno de sus primeros encuentros con Alex, le pagaban bien pero lo mejor del lugar fue conocer a Dave, un joven atlético de 20 años y metro ochenta, ojos café, moreno y de pelo castaño de un color un poco más suave que el del pelo de Liu. Era el típico chico musculoso que trae locas a las chicas, pero a él le daba igual eso, no era un superficial como Liu se imagino que sería, no, en su primer día de trabajo el chico fue la persona más agradable del mundo con Liu, siempre le ayudaba como si se tratase de su pupilo y a los poco días se hicieron amigos íntimos, cosa rara para los dos pues ninguno había tenido antes amigos en grandes cantidades. Aunque Dave siempre había sido popular nunca había considerado a mucha gente sus amigos y en ese mismo momento se encontraba solo, cosa que no le molestaba, pero al ver al pobre e inexperto Liu sentirse algo marginado comenzó a hablar con él amablemente, al principio era solo para que ese pequeño no se sintiese mal en su nuevo trabajo pero pronto congeniaron. Se volvieron de esa clase de amigos que aunque no salgan de fiesta y rían hasta llorar saben que siempre estarán ahí para el otro.
Jeremy tardó unos días en despertar y estuvo hasta una semana totalmente confuso por la pérdida de sangre hasta que recuperó la conciencia por completo, recordando lo que había pasado y pensando que Aidan volvería para disculparse y llevarlo de nuevo con él pues estaba totalmente dispuesto a perdonárselo, no le podía echar en cara que se hubiese excedido si el mismo había aceptado ser mordido, la culpa era de ambos y ambos se perdonarían.
Tardaron otra semana en dar de alta a Jeremy y este se angustió al ver como en todo el transcurso de su estancia en el hospital Aidan no había aparecido ''Es un sitio que huele mucho a sangre, seguro que Aidan no ha venido para no descontrolarse'' se decía el chico a si mismo mientras caminaba nervioso por las calles ¿A dónde iría? Se preguntaba.
Finalmente alquiló una habitación en un motel, en la cual pasó otra semana, llorando de rabia y frustración al pensar que Aidan lo había dejada, bueno más bien había dejado el trato pues no eran pareja sino dos individuos que habían pactado un acuerdo. Sintió un dolor en su pecho constante que le recordaba como al igual que él temía Aidan se había cansado de él y lo había descharchado y que por no romper con el trato había tratado de matarlo, arrepintiéndose tal vez en el último segundo. O aquello era lo que Jeremy pensaba mientras miraba por la ventana sin querer salir a la calle, encerrado como un pájaro que ya no quiere volar, viendo pasar a las personas por las calles, personas que tenían una vida que Jeremy sentía que se le escapaba de las manos. Rompiendo todos los espejos del lugar con su puño, para no contemplar el reflejo que Aidan se había hartado de contemplar, se hirió la mano y al ver brotar la sangre de las heridas volvió a recordarlo todo: ya no más mordiscos ni noches donde durmiese en sus brazos, ahora las noches serían frías, ya no más sangre curativa, ahora sus heridas sanarían con lentitud, sobre todo las de su alma, ya no mas palabras dulces y tratos delicados, ahora el mundo lo pisoteaba firmemente, arrancando de él toda esperanza.
+ ¡Ya he acabado mi turno!- dijo Liu sacándose el horroroso y desconjuntado uniforme que llevaba para trabajar en el café.
-Pues tienes suerte, a mi me toca barrer...- dijo Dave sacando una escoba y un recogedor y mirando con molestia el sucio suelo del local- Vaya clientes más cerdos, es que no lo entiendo ¿Qué hacen con la comida que les servimos? ¿La trocean y la esparcen por el suelo?- preguntó en tono irónico mientras señalaba la montañita de migas de magdalena que había al lado de una de las mesas.
+Espero aquí hasta que acabes el turno ¿vale?- dijo Liu con una sonrisa radiante, que estuvo oculta des del primer momento que vio a Alex, mientras se sentaba en una de las sillas del local cerrado.
-De acuerdo- dijo el otro devolviéndole una sonrisa en la que él también mostraba su dentadura perfecta y reluciente- Pequeño ¿tienes hora?- preguntó el Dave mientras barría molesto el suelo, recogiendo los escombros que la gente tiraba al suelo.
+Son casi las ocho ¡Y no me llames ''pequeño''! Maldito viejo- dijo en tono de broma mientras caminaba hacia Dave, él ya estaba guardando su uniforme y dejando ver como su camiseta de manga larga se ceñía demasiado a sus músculos.
-Yo no soy viejo, tengo 20 años ¡Estoy en la flor de la vida! Pero tú tienes 16...- dijo mientras daba unas palmaditas en el hombro de Liu, quien lo miraba con los brazos cruzados y el ceño fruncido- ¡Eres un enano aún!- dijo riendo mientras le revolvía el pelo como a un cachorro mientras Liu apartaba sus manos de su pelo enfurruñado.
+ ¡Ah n-no hagas eso! Me tratas como a un crío, si sigues así te mandaré a un asilo ¡Viejo!- bromeó el chico señalando a su amigo con el dedo y lanzándole una mirada acusadora. Tras tanto tiempo Liu volvía a ser normal de nuevo, después de tanto sufrimiento su demonio se había marchado y un ángel de piel bronceada había bajado para guardar sus espaldas.
- ¡Atrévete!- lo retó el otro entrecerrando los ojos y acercándose con lentitud a Liu mientras este retrocedía- e-na-no – enfatizó cada sílaba mientras caminaba acorralando a Liu contra la pared.
+ ¡Y-Ya creceré!- rebatió Liu poniéndose nervioso por la proximidad de su compañero y mirándolo a los ojos, realmente le resultaba tan maravilloso Dave, él le hacía mucha más compañía de la que Alex le había hecho nunca, y era una compañía agradable, libre de miedo y sin pedir nada obsceno a cambio.
-Lo dudo chiquitín- se burló Dave poniendo sus brazos musculosos a los lados del cuerpo acorralado de Liu y dejándolo sin ninguna escapatoria.
+ ¡N-No me llames así! – Replicó apretando los puños y mirando desafiante a su amigo mientras este reía burlón.
-No te enfades peque- continuó con la broma descendiendo un poco hasta que pudo mirar a Liu a los ojos, haciendo notar que él era evidentemente más bajito.
+Eh, Dave, p-puedes...- dijo nervioso al ver a su amigo demasiado cerca tanto que Dave lo habría podido besar si en ese momento hubiese querido hacerlo.
-Oh, perdona Liu- dijo con una voz triste y arrepentida, alejándose de su acompañante. Dave sabía que tras lo de Alex Liu no soportaba bien el contacto físico o la proximidad de otras personas, aunque a él le permitía cruzar ligeramente esos límites con abrazos o algunas otras pequeñeces que a Liu le resultaban aterradoras tras su experiencia- ese hijo de perra te va a dejar secuelas de por vida...-Dijo con rabia notando la mirada entristecida de Liu vidriosa y que en vez de mirar a alguna parte solo enfocaba hechos del pasado.
+Ya lo olvidaré, ahora solo han pasado tres semanas des que se fue, pero espérate a que pasen unos años, quizás ni lo recordaré- mintió para esperanzar a su amigo, quien siempre se preocupaba de sus problemas.
-Eso espero- dijo el otro suspirando y con la mirada perdida- seguro que dentro de unos años sigues igual de pequeño- dijo cambiando a propósito el tema de manera drástica y conteniendo una carcajada.
+ ¡Y a ti te saldrán canas!- dijo el muchachito sacándole la lengua a Dave en un infantil gesto, hacia tanto que no lo pasaba bien con alguien, su vida por fin comenzaba a parecer eso, una vida.
-Vale, vale, tu ganas- se rindió Dave levantando las manos- ¿Quieres que vaya de nuevo hoy a tu casa?- preguntó Dave recordando como des de que conoció a Liu y tomó confianza con él este le pedía que lo acompañara por las noches, protegiéndolo del temido Alex.
+Sí...- dijo algo avergonzado bajando su mirada terrosa que ahora se veía llena de brillo y no apagada como después de uno de los abusos de Alex- es que sino no puedo dormir-se excusó el chico mientras comenzaba a sonrojase.
-No te preocupes, a mi en verdad me encanta hacerte compañía, es mejor que estar perdiendo el tiempo- dijo recordando como Liu, quien solo lo veía como un amigo, lo invitaba inocentemente a meterse en su cama para sentirse no solo acompañado sino protegido, resguardado de la mirada malévola y los colmillos corruptos de aquel aterrador.
En casa de Alexander el ambiente era cada vez más tenso y el aire mas pesado.
-No podemos seguir así- dijo Alex mirando a Aidan mientras este dejaba caer al suelo el cadáver de una de sus presas, ensuciando el reluciente suelo de sangre, roja como si se tratase de una alfombra honorifica hizo un camino sin destino.
-Lo sé, pero...- dijo Aidan sin saber continuar la frase, sin poder decir algo que justificase su estado deplorable actual, debían actuar.
-Aidan, esta noche saldré y no pienso volver sin Liu- informó el vampiro sacudiéndose todo rastro de pesadez y tristeza como si solo se tratase del polvo de un pasado olvidado y tomando un tono rudo y decidido para encaminar sus palabras fuera de su mente- y te recomiendo que hagas lo mismo con Jeremy- dijo el vampiro encaminándose hasta la puerta.
-Jeremy me debe odiar, me jodería más ver cómo me desprecia que no verle- explicó con pesar en sus palabras, llevaba tres semanas vagabundeando sin rumbo, matando sin hambre, sintiendo sin alma. Incluso a veces tomaba las camisetas sucias que Jeremy había usado y las abrazaba para poder conciliar el sueño envuelto en ese delicioso aroma que le hizo perder el control y por ende perder a Jeremy.
-No pienso dejar que siguas así Aidan, cuando regrese hablaremos seriamente, pareces un mortal deprimido-y el otro le devolvió una sonrisa amarga, sarcástica hacia su propia condición mientras Alex marchaba en busca de lo que necesitaba, en busca de Liu.
+Esta tan oscuro...- dijo Liu mirando embobado un cielo negro, ni azulado ni estrellado, negro, sin luna y sin brillo, negro, sin pasión y sin romanticismo, simplemente negro, como su destino.
-Tranquillo, ahora nos vamos- dijo Dave cogiendo sus bolsas antes de irse mientras pasaba la vista por todo el lugar para asegurarse de que todo estuviese en orden- No creo que nadie nos haga nada por la noche, verán a un tipo fortachón como yo y como mucho pedirán mi número- dijo Dave parodiando a un galán mientras Liu reía de una manera única, preciosa- Acuérdate de coger tu móvil- dijo Dave encaminándose hasta la puerta y sabiendo cuan despistado podía llegar a ser su amigo.
+ ¡Casi me olvido! Gracias por recordármelo- dijo Liu llevándose las manos a la cabeza mientras corría a por su teléfono, entrando en una sala donde los empleado guardaban sus pertenencias mientras Dave esperaba a Liu justo frente las primeras mesas.
Un hombre mayor que Dave y más alto y fuerte entró con descaro y superioridad, vistiendo unos ropajes oscuros y mirando el lugar pasando los ojos sobre Dave sin darle mayor importancia.
-Perdona- dijo llamando la atención del sujeto- está cerrado- dijo Dave para recibir una mirada que le heló la sangre y le hizo retroceder un paso.
-Cierra la boca- dijo Alex de mala gana mostrando levemente sus colmillos, cosa que alarmó a Dave. Pronto la mirada de Alex se desenfocó de Dave para dirigirse a un objetivo que estaba más alejado- Liu...-susurró llamando la atención del cabizbajo menor, quien abrió los ojos en shock, sintiendo que su corazón se parase y deseando que fuese todo una alucinación.
+A-Al... A-Alex...-dijo el chico sintiendo un sinfín de emociones reventar en su pecho. Quería llorar de miedo y gritar de pavor, chillar de rabia el pensar que sería usado y abandonado de nuevo.
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