63

 Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^

El alfa pasa a la sala, sorprendiéndose al ver que todos están ya reunidos y que el silencio que se ha formado al entrar él todavía contiene los ecos de una conversación que no ha oído. Él preside la mesa, pero se siente que sobra, como si las miradas de todos los demás sobre él contuviesen una complicidad que no comprende, que lo excluye. Lo miran con lástima... y algo más.

Gandel carraspea, indicando que será él quien hable primero.

—Harry, debes ocupar el lugar de tu padre como rey para evitar que este imperio quede desamparado y se desmorone. Es tu deber reinar, pero es imposible que te podamos proclamar rey a menos que te cases. —dice en tono solemne, dejando una pequeña pausa. Cuando Harry asiente comprensivamente continúa. —Necesitas buscar con urgencia un consorte, si te subes al trono tú solo no solo estarás desafiando la voluntad de los dioses, sino mostrando que este imperio está incompleto y eso alentará a otros a hacer la guerra contra nosotros tratando de hacerte caer porque eres joven, sin descendencia y eres un rey novicio. No puedes casarte con la heredera de los Herr porque ya está comprometida, tampoco con la de Vento porque seguimos teniendo sospechas respecto a los lobos rojos, solo queda Lady María. Los demás territorios son demasiado pequeños y débiles. Harry espero que comprendas que esto por el bien d-

—¡¿Qué?! —exclama el príncipe con su voz quebrándose por la sorpresa. Mira a los demás, encontrándose solo con rostros serios. —Eso es una locura, Gandel. Sabes que desprecio ¡Que despreciamos! A los Kez. Padre siempre ha dicho... siempre dijo que lo primero era el corazón y la manada, no puedo casarme con ella, iría en contra de nuestros principios, de los principios que él me ha enseñado.

—¡Y padre está muerto ahora, Harry! —replica Gerard golpeando la mesa con el puño, su cara se pone roja de la ira y aunque parezca que va a seguir gritando se contiene y habla más calmado, pero con desprecio. —Él tenía la cabeza llena de pájaros y sus errores le condujeron a la tumba, no sigas sus pasos porque nos llevarás a todos a la perdición.

—Lo sentimos, Harry... —interviene Lendra, usando un tono maternal y tranquilizador que no logra aplacar a nadie. —pero sin el rey es necesario que tú te cases. No hay más opciones que Lady María.

—¿Y si me caso con alguien más? ¿Y si sí hay más opciones? —pregunta firmemente, logrando sorprender a todos, menos a Kajat y a su hermano, que luce increíblemente irritado.

—Pero... ¿Con quién? —pregunta Roger entonces, con una nota de esperanza en su voz.

—Por los santísimos dioses —se queja Gerard, sosteniéndose el puente de la nariz. —¿Estás pensando en ese maldito omega? En... en el extranjero.

—Le amo. —pelea Harry, sin gritar ni alterarse, mostrando un porte duro, pero contenido. Sin embargo, no logra la respuesta deseada y su hermano farfulla de nuevo.

—Y el amor no salvará un reino ¡Y mucho menos el amor por un omega a medias! —escupe Gerard, haciendo que la sangre de Harry hierva de ira.

—Esto no es un cuento de hadas, Harry... —quien interviene ahora es Hermalias. Lo mira con su único ojo y aprieta en un puño la mano que no tiene vendada —¿Qué hará ese omega criado entre flores en una guerra? ¿Dirigirá bien el castillo? ¿Defenderá a tus cachorros a muerte como lo hizo tu madre? ¡Si es capaz de darte cachorros antes, claro! Necesitas a un omega fuerte, criado en la política y la guerra, un omega capaz de mandar en todo un reino durante meses, de gestionar sabiamente los alimentos entre pueblerinos muertos de hambre por la guerra, un omega capaz de tomar el trono asumiendo, si un día no vuelves, que has muerto y que él es el rey ahora. —la alfa suspira, sonando de repente más compasiva y triste —Ese omega es dulce sin duda y no me sorprende que te hayas enamorado de él, Harry, pero no es capaz de ser un rey. Es solo un pobre cachorro al que hallaron perdido en un bosque, él es un huérfano desamparado que sin su alfa se echaría a llorar y no sabría tener la entereza suficiente para tomar decisiones militares, ordenar ejecuciones, evitar una guerra civil o luchar si el castillo es asaltado. Entiéndelo, cariño, que lo ames no es suficiente.

—He entrenado personalmente al omega, Hermalias. Él es no está desamparado. —Kajat dice, mirándola duramente a través de la mesa. La mujer achica los ojos, viéndolo casi con desprecio. Kajat se siente achantado, él es tan o más habilidoso que Hermalias, pero en las batallas políticas sabe que una alfa con sangre real tiene miles de veces más fuerza que él.

Aun así, Kajat se alegra de ver que sus palabras han dado fuerza suficiente a Harry para seguir.

—Él no es así, él es fuerte y valiente; sobrevivió años en Kez él solo, ocultándose, es asusto. Kajat y yo le hemos enseñado a usar la espada y... —Harry habla rápidamente, sintiendo que cada vez suena más inseguro y desesperanzado.

—Harry —lo llama Paola, sus ojillos están llorosos y le tiemblan los labios mientras le habla —, me rompe el corazón decir esto, pero León... él sabe mucho de ser un bandido y un ladrón, pero ¿Cuánto sabe sobre ser un rey?

—Puede aprender. —dice el príncipe, casi suplicando.

—Pero es que ahora no necesitas un aprendiz —insiste Hermalias y después golpea la mesa con el puño —¡No hay tiempo! No hay tiempo para que él aprenda de política o para que aprenda a usar la espada mejor, no tenemos sino días, Harry. Sé que lo amas, él es maravilloso, pero ser rey implica hacer sacrificios.

—Él puede hacerlo, yo lo sé, yo lo... Gandel, por favor. —dice Harry con la voz temblorosa, sintiendo como se ahoga cuando el anciano niega.

Harry está acostumbrado a ganar, lo suficiente para ser un poco engreído y merecérselo, pero ahora siente desamparado y a merced de un enemigo contra el que no tiene armas y que no tiene piedad. Se pregunta si los soldados a los que él ha matado y torturado sentían la misma presión en el pecho, el mismo horror, la misma certeza de que podrían luchar con todas sus fuerzas y no estarían nunca cerca de ganar. Es una sensación que hace sentir al alfa como si lo destrozasen de dentro a afuera. Su corazón araña, busca salir de su pecho, huir de ese cuerpo lleno de dolor.

—Los dioses temen por el reino, Harry, y pese a que aceptan que vuestros corazones tienen un amor genuino, ellos han creado a los lobos negros para guerrear y a los blancos para ser débiles y para ser protegidos. Un lobo blanco es demasiado inocente, demasiado bueno, demasiado blando para el trono.

—¡Basta! —Gerard grita, levantándose de golpe, haciendo temblar la mesa con su puño —Harry está indeciso en una decisión como esta, intenta convencernos de poner a un idiota en el trono que haría peligrar el reino y todo solo porque él es incapaz de renunciar a un maldito omega ¿Es que no lo veis? Esto es una prueba de que Harry no está listo para ser rey.

—¿Y qué propones entonces? —pregunta el príncipe con un tono hostil, sus cuervas vocales vibrando en un rugido que acompaña sus palabras.

—Propongo hacer yo el sacrifico, ocupar tu lugar casándome con Lady María.

Kajat bufa y va a oponerse, pero Harry lo interrumpe soltando una risa sarcástica y diciendo:

—Ocupar mi trono para ti no es ningún sacrificio, Gerard, no disfraces tu avaricia de compasión. Y ¿Sabes? Puede que yo no esté listo para reinar, pero si algo sé es que tú lo estás menos.

—¡Por los dioses! —grita el pelinegro rodando los ojos y alzando sus manos. —¿Qué más da si es un sacrificio o no para mí? Lo importante es que un príncipe debe casarse con Lady María. Ni el consejo ni los ancianos del templo aprueban al lobo blanco, debe ser Lady María. Si no eres tú quien la despose, seré yo. —el tono de amenaza alarma a Harry, que frunce su ceño y escupe sus siguientes palabras con desprecio.

—¿Y qué harás después de la boda? ¿Aliarte con nómadas esclavistas? ¿Abrir burdeles en un nuestro reino? ¿Vender carne de betas en el mercado? Tus ideales son los de un rey corrupto, no perteneces al trono.

—Al menos yo seré capaz de dar a Seth un rey, de buscar la paz y no dejar que cientos de casas nos ataquen solo por un capricho estúpido. —sisea el otro, inclinándose sobre la mesa.

—¿La paz? —pregunta entre dientes, apretando los puños hasta que los nudillos de le ponen blancos. —¿Qué sabrás tú de paz si no has ido a la guerra conmigo y con padre? ¿De qué vale un rey que no lucha por su gente, Gerard?

—Ese rey al menos es un rey vivo. No como padre, que por dar demasiado la cara y alejarse del castillo ha dejado a huérfanos a sus dos hijos a millones de súbditos, que por ir a luchar con sus soldados dejó a su esposa morir. Eso sí que no es un rey.

Harry golpea la mesa con todas sus fuerzas y se hace el silencio por unos segundos. La venas de su antebrazo resaltan, llevando la ponzoña de su odio del corazón a todo el cuerpo, la enorme mesa de madera cruje y la respiración del príncipe heredero suena como la de una verdadera bestia.

—Sé que estás dolido, hermano, y que tu mente piensa cosas horribles, pero no te permito que uses esas palabras para hablar de padre. Luchó por nosotros, por madre y por su reino. No te atrevas jamás a decir lo contrario, no me hagas disciplinarte. —susurra eso último, mirándolo tan íntimamente a los ojos que por un segundo ambos creen que no existe nadie más en la sala y tienen la certeza de que saltarán cada uno al cuello del otro.

—Los motivos por los que luchó no importan, lo que importa es que ahora nos ha dejado solos y en la política no importa el honor, el amor o la moral, solo los resultados. Y este caos es el resultado de las acciones de padre. —responde, todavía retador, pero ahora con un tono más suave y la mirada más huidiza.

—¿Cómo dices tales palabras? ¿Pretendes ser rey de Seth? No puedes gobernar a un pueblo al que no amas.

—Tú eres quien no ama Seth, quien no es capaz de convertirse en rey. Da igual lo que digas de mí o de padre, Harry, o lo que digas de León. El consejo y los ancianos ya han decidido qué debe hacerse. O lo haces tú o lo hago yo. Lo demás es solo palabrería.

Harry observa a su alrededor, buscando una mirada amiga, pero los ojos compasivos de los presentes le muestran que no tiene más opción. Incluso Kajat baja la cabeza cuando sus pupilas se encuentran. Traga saliva con todo el dolor del mundo, notando que las palabras se le anudan en la garganta y le duele hasta respirar. Pero sabe qué es lo mejor, qué es lo que debe hacer para proteger a la familia real, al pueblo y especialmente a León. Sabe que debe reinar, incluso si es significa arrepentirse toda su vida. Ya ha perdido a su padre, no quiere perder a León también o nadie manos en manos de un rey inepto como su hermano.

Prefiere traicionar a León que ponerlo en peligro. Al fin y al cabo, piensa, si le rompe el corazón él podrá curarse, encontrar a un alfa que merezca la pena y ser feliz con él, pero si le falla y muere, como su padre ha muerto, como toda la familia de León murió, eso no podría perdonárselo jamás. Esto tampoco puede perdonárselo, pero Harry sabe que un rey muchas veces tiene que elegir entre algo cruel y algo un poco menos cruel. Harry sabe que los finales felices no son siempre una opción, aunque ha pasado los últimos meses con demasiado pájaros en la cabeza que le han nublado el juicio y le han hecho creer que los dioses harían una excepción con él y León.

El alfa gruñe, tomando la más grande puñalada que nadie le ha dado nunca y mira a los presentes con lágrimas en los ojos cuando dice:

—Me casaré. Me casaré con Lady María.



Fin del cap :D ¿Os ha gustado? 

¿Esperábais que esto sucediese?

¿Os ha dolido lo que ha hecho Harry? ¿Qué habríais hecho en su lugar? ¿Creéis que ha sido una buena o una mala decisión?

¿Qué os parece Gerard?

¿Cómo pensáis que lo tomará León?

Despositad vuestras lágrimas aquí si queréis xd 

Nos vemos <3<3 Gracias por leer bbs


Comentarios